El hombre que fue violentamente agredido el pasado mes de enero en su casa de La Florida ha tenido que ingresar este miércoles nuevamente en el hospital. Fuentes cercanas a la familia han explicado a La Voz que se encuentra en el Molina Orosa en estado "grave", tras haber sufrido una parada cardiorrespiratoria.
Se desconoce por el momento si este nuevo ingreso en el hospital podría tener relación con las graves heridas que le causaron sus agresores durante la brutal paliza que le infligieron, aunque en su entorno creen que sí. Las mismas fuentes apuntan que el origen de este nuevo ingreso estaría en un coágulo de sangre en una pierna (un trombo), que le habría causado esta parada. Durante su ingreso en el hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, a donde fue trasladado gravemente herido tras la agresión, este hombre tuvo que ser operado, entre otras cosas, de coágulos que le habían causado esas heridas.
Este vecino del Islote, carpintero de profesión, había tenido que acudir a urgencias este martes, aquejándose de dolores, aunque finalmente recibió el alta. Sin embargo, tuvo que regresar después y finalmente fue ingresado.
Catorce días ingresado tras la agresión
Los fuertes golpes que le infligieron durante la paliza le causaron a este hombre fracturas en el brazo, las costillas y también el cráneo. La gravedad de esas heridas hizo necesario su traslado al hospital Doctor Negrín, donde permaneció varios días en la UCI y fue operado. Tras un total de 14 días ingresado, recibió el alta hospitalaria el pasado 1 de febrero.
Este asalto consternó a la isla por su inusitada violencia, ya que los agresores llegaron incluso a aplicar descargas eléctricas a este carpintero, al que maniataron y desnudaron. La Guardia Civil ha estado investigando este suceso desde el día en que ocurrió e incluso desplazó a un grupo especializado de agentes desde Gran Canaria para que diesen apoyo al equipo Policía Judicial de Costa Teguise, que es quien ha coordinado la investigación.
Hasta el momento, las pesquisas se están llevando a cabo bajo el máximo secreto. Los datos que se conocen, por la declaración que prestaron la víctima y su mujer, es que los agresores eran un grupo de entre 3 y 6 personas y que al menos uno de ellos tenía acento canario.
La pareja de este hombre agredido se encontró con uno de ellos, concretamente una mujer, a la puerta de su casa, cuando regresaba de dejar a los niños en el colegio. Afirmando que pertenecía a la agencia contra el blanqueo de capitales, la persuadió para entrar en la vivienda, donde encontró a su compañero "desnudo y maniatado" y al resto de asaltantes. Ella también fue maniatada, pero no agredida. Tras lo ocurrido, necesitó atención psicológica.