Un usuario en silla de ruedas denuncia que Vueling no le ha permitido volar a Lanzarote

La batería de la silla del pasajero, que presenta un 71% de discapacidad, superaba la potencia permitida por las aerolíneas comerciales

3 de diciembre de 2022 (08:42 CET)
Actualizado el 3 de diciembre de 2022 (08:44 CET)
Vueling
Vueling

Un usuario de 60 años en silla de ruedas y con un 71% de discapacidad ha denunciado, a través de la Fundación Disgrup, que la compañía Vueling no le ha permitido volar a Lanzarote porque la batería de su silla superaba la potencia permitida por las aerolíneas comerciales.

Los hechos ocurrieron el pasado 29 de noviembre, cuando el hombre acudió al Aeropuerto del Prat, en Barcelona, para coger un vuelo con destino Lanzarote, siendo este el primer viaje que realizaba desde que está en silla de ruedas -más de cinco años-.

Al llegar al aeropuerto, el pasajero acudió al mostrador de facturación de la firma habilitado para familias y personas con discapacidad, donde entregó los documentos de identificación pertinentes y abonó el importe por las maletas de mano, tanto suya como de sus acompañantes.

Una vez efectuado el check-in, la empleada que lo atendió solicitó la presencia de la coordinadora, quien determinó que el usuario no podía subir al avión porque la potencia de la batería de litio de su silla era mayor que la estipulada en la política de la aerolínea

“¿Dónde está la humanidad de Vueling?”

Ante esta situación y conociendo “la necesidad de esta persona de transportarse en silla de ruedas debido a su discapacidad severa”, la única solución que le ofreció la compañía, según han indicado desde la asociación, fue “que dejase su silla allí y volara”.

Tras explicarles la imposibilidad de esta acción, las trabajadoras ofrecieron otra opción: quitar la batería de la silla y enviarla a Lanzarote por separado. Sin embargo, cuando el usuario preguntó cómo se mandaría, la coordinadora le respondió que “por avión”.

Como ambas soluciones no eran viables, el pasajero decidió no volar y solicitó el reembolso de las maletas, ya que no iba a poder efectuar su vuelo, pero las trabajadoras señalaron que “ya no se podía” y que si quería “que fuese a reclamar”.

Desde Disgrup afirman que esta situación corresponde a una “vulneración del derecho de las personas discapacitadas a tener una vida digna”, y se cuestionan “¿dónde queda la humanidad de Vueling?” al causar este problema a “una persona vulnerable, débil y con escasos medios de movilidad”.

LO MAS LEÍDO