El empresario grancanario Juan Fernando Marrero se ha desnudado en la mañana de este jueves ante el Ayuntamiento de Yaiza, en reclamo por los pagos que le adeuda esta corporación, al igual que el Ayuntamiento de Arrecife, cuya cifra asciende a alrededor de los 11.000 euros, entre las dos instituciones.
Juan Fernando Marrero inició el 8 de febrero una huelga de hambre que duró 54 días, "con desvanecimientos, agotamientos y caídas", relata, con el fin de que las instituciones canarias, que son más aparte de las de Lanzarote, le paguen lo que le deben, ya que "el problema es que me quiere embargar la Seguridad Social cuando a mí me deben los demás".
En esta ocasión se ha trasladado hasta Lanzarote para reclamar esos pagos a las instituciones de la isla, para lo que se ha desnudado ante el Ayuntamiento de Yaiza, donde le han echado "como a un perrito", cuenta. "No se niega a pagarme. Sólo me dicen que no tienen un duro, que ni han cobrado la nómina y que me irán pagando en dos o tres meses. Yo le he dicho que entiendo que el personal tiene que cobrar, pero es que a mí me van a embargar".
Sin embargo, por parte del Ayuntamiento de Arrecife asegura que se han comprometido a pagarle en los próximos días, así que "voy a creer en su palabra", afirma.
Contra el Gobierno español
El empresario, al que las instituciones canarias, según relata, le deben alrededor de 60.000 euros, ha mostrado su indignación también con el propio ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en relación a los casos de Aminatu Haidar, "a quien el Gobierno español le puso un avión y le doy hospitalización", y del disidente cubano Guillermo Fariñas, que tras estar en huelga de hambre, "se le ha puesto un avión mecanizado para que venga y cuidarlo en España".
"Me parece muy bien que den dinero afuera pero, ¿qué pasa con los españoles? A los que pagamos nuestros impuestos se nos humilla y embarga", se pregunta.
Juan Fernando Marrero declara que seguirá adelante en su batalla, ya que "también estoy luchando por el resto de empresas, porque como yo hay cientos de personas en España". "Yo posiblemente puse la primera piedra, pero hay que seguir", concluye.
