“Que los echen al agua” o cómo crecen los mensajes de odio con el aumento de pateras a Canarias

El experto en Psicología Social Daniel Buraschi revela que "los mensajes de odio en redes sociales no son la expresión de racismo más preocupante, pero que ayudan a legitimar la violencia"

4 de noviembre de 2023 (07:42 CET)
Actualizado el 4 de noviembre de 2023 (07:43 CET)
Salvamento Marítimo traslada a migrantes a Puerto Naos junto a un crucero (Fotos: José Luis Carrasco)
Salvamento Marítimo traslada a migrantes a Puerto Naos junto a un crucero (Fotos: José Luis Carrasco)

"Que los devuelvan al agua" o "que los echen al mar" son algunas de las consignas más escuchadas y leídas en las últimas semanas, entre los mensajes racistas que corren por las redes sociales en Canarias. El mes de octubre ha roto todos los esquemas en número de llegadas de pateras a las islas. También en la cantidad de personas que han desaparecido en el mar. Mientras Lanzarote, la isla que encabeza las recepciones de migrantes, lleva dos semanas sin recibir embarcaciones precarias, El Hierro y Tenerife han visto incrementados los rescates. Sin embargo, la cantidad de personas migrantes que arriban a las costas del Archipiélago no es lo único que ha crecido, de manera proporcional también lo han hecho los comentarios racistas y de odio.

"Los mensajes de odio en las redes sociales no son un reflejo directo de la opinión pública canaria", desvela el doctor por la Universidad de Castilla-La Mancha, Daniel Buraschi. El autor de la tesis Racismo y fronteras morales en la mediapolis. Estrategias discursivas en comentarios a noticias on-line y una propuesta de intervención social antirracista (2019) apostilla que esta narrativa en línea "no es la expresión de racismo más preocupante". Para él, el racismo institucional repercute de forma mucho más negativa que el discurso de odio en internet. 

Sin embargo, no resta importancia al ambiente hostil creado por los comentarios racistas. "Seguramente el discurso del odio online es una realidad preocupante y que puede tener efectos negativos en las dinámicas de convivencia y de acogida", arranca. Al mismo tiempo señala que en diferentes estudios se ha demostrado que estos discursos ayudan a "legitimar la violencia, normalizar el racismo y deshumanizar a las personas migrantes".

Para este experto, afiliado a la Red de Acción e Investigación Social, el discurso en línea tiene muchos elementos en común con el odio que se puede encontrar fuera de estas plataformas. Sin embargo, puntualiza que las redes sociales facilitan más la polarización de ideas. "La sensación de estar en lo que se denomina una cámara de eco, es decir, pensar que lo que piensas tú lo piensa la mayoría porque los algoritmos y tu forma de navegar y gestionar las redes sociales te hace interactuar, ver y leer posiciones y opiniones similares a la tuya", ejemplifica este catedrático en Psicología Social. Además, la realidad del anonimato tras una pantalla proporciona a los usuarios una "sensación de virtualidad", de estar actuando y hablando "en un mundo que no es real" y genera la sensación de impunidad.

Sin embargo, el mensaje no solo se construye desde las redes. Daniel Buraschi defiende que estas reacciones de odio y rabia hacia las personas migrantes tienen una relación con la forma de mediatizar el fenómeno migratorio, así como el enfoque que prevalece en parte de los discursos y redes. "La inmigración es una supuesta amenaza a la seguridad, al empleo, a la economía, a los valores culturales", apostilla.

Nosotros frente a ellos 

A pesar de la cercanía del Archipiélago canario con el continente africano, no solo geográfica sino también histórica, hay un pensamiento generalizado donde se crean dos grupos: nosotros y ellos. El investigador señala que un elemento fundamental del racismo pasa por la deshumanización de la otra persona. "Esta separación entre 'nosotros' y 'ellos' no nace de la nada sino que es un proceso de categorización social complejo que depende de dinámicas sociales, políticas, ideológicas e históricas", analiza.

En este punto, el experto en Psicología Social revela que no se pueden entender las dinámicas de deshumanización sin hablar de la herencia colonial que ha separado a Canarias del resto de África. "La deshumanización de las personas de origen africano tiene mucho que ver con la representación colonial, por parte de Occidente, de la persona árabe, negra, musulmana o subsahariana”. Para Daniel Buraschi la respuesta es clara la deshumanización de las personas migrantes africanas parte de un reflejo de la mirada colonial. 

A todo ello se le suman las dinámicas políticas y sociales, donde entra en juego el papel que tienen los medios de comunicación. "Se deshumaniza a un grupo cuando se representa en las redes sociales, en ciertos medios y en determinados discursos políticos como una amenaza y como un peligro", arranca. Al mismo tiempo en que refleja que las imágenes vividas en los últimos años, desde el trato indigno, el hacinamiento en un muelle, el encierro en un Centro de Internamiento de Extranjeros o la acogida en macrocentros, genera esta deshumanización. 

"En ocasiones hasta las mismas entidades que deberían apoyarlas contribuyen a su deshumanización cuando la tratan como víctimas pasivas, paternalistas, sin respectar su autonomía y su proyecto migratorio", defiende el investigador.

El primer paso para combatir los discursos de odio pasa por combatir el racismo institucional, desvela Daniel Buraschi, ya que es este sistema el que "genera las condiciones" que dan paso al racismo social. Así pues, desde el Archipiélago hay muchas experiencias que tratan de luchar contra la discriminación racial. Entre ellas, este doctorado señala a las asociaciones de migrantes y antirracistas por su contribución a construir desde el antirracismo político que es, a su entender, más crítico con el sistema y más eficaz. Por ejemplo, Dignidad Negra, Mujeres Afro (en) Canarias, Escuelita Antirracista o Red Migrantes. 

Varias personas migrantes duermen en el suelo del muelle de Puerto Naos ante la falta de recursos. Foto: José Luis Carrasco.
Varias personas migrantes duermen en el suelo del muelle de Puerto Naos ante la falta de recursos. Foto: José Luis Carrasco.

Asimismo también señala a las iniciativas populares (asambleas, redes, asociaciones informales de personas que ayudan y apoyan a personas recién llegadas), desde donde se realiza un trabajo de denuncia y visibilización del racismo. Ejemplos de ellos son plataformas como Canarias libre de CIE, Aquí estamos, Asamblea de apoyo a personas migrantes en Tenerife, entre otras.

Al mismo tiempo continúa señalando proyectos y programas institucionales que promueven la convivencia en las Islas. En este caso hace especial mención a las iniciativas Juntas en la misma dirección, CEAR Canarias, Cáritas, Raíz del Pueblo o Tenerife antirrumores.

Para combatir estos discursos, Daniel Buraschi señala la importancia de otras iniciativas que nacen en las escuelas, espacios artísticos, sanitarios o empresariales que tratan de combatir los discursos de odio. En este punto, hace especial mención al papel de los periodistas que llevan a cabo "un importante trabajo de información, pero también de dignificación". Para el doctor por la Universidad de Castilla-La Mancha todas estas iniciativas "contribuyen a combatir el discurso del odio porque informan, denuncian, visibilizan, dan herramientas para comprender el fenómeno de las migraciones, promueven la empatía y la responsabilidad".

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