En esta ocasión, Walter había escogido las dos canciones que debía defender sobre el escenario ante el jurado y los miles de telespectadores. Quizás por eso, "se le notó tan a gusto y feliz en las dos últimas actuaciones", relatan sus familiares mientras visionan una y otra vez los vídeos grabados de su hijo. "En la última gala, Renato", como le llaman sus seres queridos, "consiguió transmitir perfectamente el mensaje de las canciones y por eso la gente le apoyó con sus votos", explica su madre, Marissa quien agradece el apoyo de todo Lanzarote, con los ojos brillantes después de ver la actuación de su hijo. Llevan más de dos meses sin tener contacto con él porque, desde que pasó el segundo casting, en Las Palmas, sólo han podido hablar algunos minutos por teléfono, y por eso, aunque saben que está cumpliendo su sueño, le echan un poco de menos.
Con tan sólo 20 años, Renato, "ya ha renunciado en más de una ocasión a sus estudios por la música", dice su madre Marissa que se siente orgullosa de que su hijo haya conseguido tener la posibilidad de luchar por lo que le gusta. "Para él, la música es lo primero", por eso cuando se presentó a las pruebas de selección en plena época de exámenes, estudia Derecho en Las Palmas, sus padres no le pusieron ningún impedimento. "Es un chico muy responsable y tiene los pies sobre la tierra", le describe su padre, Walter, que tienen mucha confianza en él y que junto con el resto de su familia, se declara contento porque Renato consiga vivir de lo que le gusta: la música.
En la familia de Walter no hay precedentes de artistas, en su árbol genealógico ninguno de sus parientes se ha dedicado al mundo del espectáculo, pero la pasión del chico por la música queda patente cuando se atraviesa el dintel de su habitación. Al lado de la cama, el micrófono conectado a la cadena de música delatan las inquietudes del joven. Walter también tiene una bicicleta estática en su cuarto pero según dice, entre risas, su madre "la tiene de adorno", algo que no le preocupa ya que afirma que su fuerte es "el torrente de voz limpia". "Mi hijo no es bailarín" dice rotunda su madre, acostumbrada a las críticas de algunos miembros del jurado en relación a su físico. Además, una estantería llena de trofeos, menciones y premios de los diversos certámenes musicales, celebrados a nivel insular, regional y nacional, dejan de relieve que Walter, a pesar de su corta edad, ha participado en una multitud de concursos musicales.
"A los 14 años dijo que le gustaría ser cantante", dice Marissa y desde ese momento se ha presentado a los sucesivos Festivales de la Canción de la Isla de Lanzarote, además de acudir en dos ocasiones a los castings de Operación Triunfo, otro de los concursos realities musicales del momento. Además, Walter es miembro del Colectivo de "Amigos de José Vélez" con los que ha participado en un par de discos de versiones.
"Sus géneros favoritos y en los que se encuentra más cómodo", dice su novia María, de 17 años, son las baladas románticas y los ritmos latinos. Curiosamente los dos géneros que a ella le gustan más, aunque se sincera diciendo que "se derrite" con todas las canciones que le canta. "Walter tiene una voz muy bonita y potente" añade su madre orgullosa y relata como "cuando el niño se pone a cantar en la casa se le oye en toda la casa". Con el hermano pequeño, Fabricio, ha tenido alguna pequeña disputa porque, en alguna ocasión, no le ha dejado escuchar la televisión "porque subía demasiado el volumen del micrófono", explica el pequeño de la familia.
El próximo lunes, Walter volverá a cantar para toda España, junto con sus otros compañeros que rivalizan con él por conseguir ganar la final del concurso Factor X. Los finalistas de esta primera edición del programa en nuestro país además de Renato son Angie, el grupo United y la solista María. La familia de Walter sabe que no lo tiene fácil, "porque la calidad de los artistas a estas alturas de programa es muy alta", pero reconocen que su hijo tiene las mismas posibilidades que el resto de ganar. "Ahora mismo Walter tiene la posibilidad de cumplir uno de sus sueños en el mundo de la música" dice Marissa y "nosotros estaremos apoyándole todo lo que podamos hasta que por fin vuelva a casa".
De momento y hasta que no acabe el programa de televisión, la casa de los padres del joven seguirá "empapelada", literalmente, con los carteles de la candidatura de su hijo. Las ventanas, el coche, la mesa del salón y decenas de carteles por toda la isla de Lanzarote permanecerán a la vista para que los conejeros que quieran y les guste cómo lo hace Walter sobre el escenario envíen un sms con su clave y consiga así el sueño de grabar un disco con Sony BMG. Para la familia, novia y amigos "Walter ya es un ganador".