Isabel Arrocha tiene un hijo "diagnosticado de inteligencia límite, politoxicología y trastorno de personalidad mixta" y lleva meses luchando para que lo ingresen en un centro especializado. Según relata, su hijo, que tiene 39 años, ya ha estado internado en dos ocasiones, pero desde hace cinco meses ha vuelto a casa. Desde entonces, ha alterado sus rutinas, entra y sale de noche y se pone "muy violento". Tal es la tensión, que Isabel ha tenido que recurrir a la Policía hasta en cuatro ocasiones cuando se ha puesto "agresivo" y ha llegado al domicilio "gritando". "Le tengo miedo", admite esta madre sexagenaria, que afirma que no se "atreve" a dejarle unas llaves de la casa o a dejarlo solo en la vivienda, "porque no está bien".
Isabel Arrocha explica que lleva meses pidiendo ayuda a las instituciones sin recibir una "nada". Se ha dirigido a la consejera de Bienestar Social en varias ocasiones, pero asegura que "ya no cree nada". "Tengo miedo de que a mi hijo en cualquier momento le pueda pasar algo. Estoy advirtiendo, anticipando: le puede suceder algo, porque la noche es mala, lo pueden atracar, me lo pueden matar", afirma esta madre, que considera que la enfermedad de su hijo requiere que esté en un centro donde pueda estar supervisado y sea tratado por personal médico. Según relata, el médico encargado de Salud Mental no considera que su hijo deba permanecer internado, pero recibe opiniones dispares de otros facultativos. Ante esta situación, su última opción, dice, son los medios de comunicación: "Sólo me queda recurrir a esto". Éstas son sus palabras:
Mi nombre es Isabel Arrocha, muchos me conocen como Pabela la de Titerroy y otros muchos por ser la madre de Saturnino, al que quiero con locura y quiero que viva feliz cuando yo no esté en este mundo.
Paso las noches en vela sin saber dónde estará, con quién estará y cómo llegará a casa, si es que llega. He puesto mi cama cerca de la puerta de la entrada, como si fuese una vigilante en mi propia casa, pero no para vigilar mi vivienda sino para vigilar a mi hijo. Porque una madre que ama a su hijo, lo debe cuidar hasta la muerte, por eso quiero que los últimos pasos que me queden en la vida sean para ayudarlo.
Llevo años luchando para que a mi hijo lo internen en un centro especializado ya que está diagnosticado de inteligencia límite, politoxicología y trastorno de personalidad mixto, una enfermedad que lleva arrastrando desde que era pequeño, con tan solo 8 años me destrozaba la casa, me decía que una voz le gritaba que lo iban a matar, un calvario que he arrastrado hasta hoy, y digo hasta hoy porque ya no puedo más, se me agotan las fuerzas, se me agotan las lágrimas y la voz para gritar ¡Ayuda!. No hay institución a la que no le haya tocado la puerta y en muchas ocasiones, al Diputado del Común, al Director Insular de Sanidad, al Consejero de sanidad del Cabildo y a su Presidente, no solo a los que están ahora sino a los que estaban anteriormente.
Ya no recuerdo el número de denuncias que le he puesto a mi hijo, y cada vez que tengo que hacerlo me siento mala madre, porque denunciar a tu propio hijo es muy triste, pero es la única forma de que quede constancia de lo que estoy pasando cada día, pero a pesar de esto nadie ha sido capaz de ayudarme.
Yo solo pido que internen a mi hijo en un centro especializado de internamiento de larga duración y que lo traten de su enfermedad. Soy una ciudadana que tiene un problema y al que los políticos a día de hoy no le han dado una solución por eso quiero pedir desde aquí que escuchen, que tengo un problema y que necesito una solución antes de que sea demasiado tarde.