En Lanzarote se registra una media de 40 robos en viviendas al mes. "Cuando entro en mi casa ya no me siento cómoda. Me han quitado la intimidad", declara una de las últimas víctimas

Inseguros en su propia casa

[LOS ROBOS, MUNICIPIO A MUNICIPIO->12847]

5 de julio de 2007 (20:30 CET)
Inseguros en su propia casa
Inseguros en su propia casa

Robos que no necesitan grandes planificaciones, ni tampoco grandes medios para llevarlos a cabo, porque son rápidos y fugaces."Están cinco minutos dentro de la casa y roban lo que pillan a mano", comentaba el teniente de la Guardia Civil, Juan Carlos La Fuente, para definir el "modus operandi" o forma de actuar de los ladrones que atentan contra las casas particulares "de manera habitual" durante todo el año. Aunque, según afirma, "no se puede hablar de bandas organizadas", sí que parece que vigilen la casa "porque saben cuando no hay nadie dentro". El teniente resta importancia a estos casos porque considera que el número de denuncias, en los últimos meses, no sale de lo habitual. "No es nada reseñable, es algo que sucede en todas las localidades españolas", explica La Fuente, que no quiere hablar de datos concretos pero asegura que "todos los meses detenemos una media de diez personas por estos delitos en toda la isla".

En verano se producen más casos, según el sargento de la Policía Local de Tías, Francisco Hernández, "porque los ciudadanos estamos un poco más despistados y nos dejamos alguna ventana abierta". Es por ello que la Policía Nacional, habitualmente, en esta época, hace una campaña advirtiendo a la ciudadanía sobre los posibles riesgos de dejar la casa sola durante las vacaciones. Las recomendaciones, que pasan por dejar encendida alguna luz en el domicilio, intentan concienciar a la ciudadanía a la hora de tomar precauciones de seguridad para evitar los robos.

Además, el sargento también ha destacado que "en los últimos tiempos se ha producido un aumento de los robos en locales comerciales a altas horas de la madrugada".

El perfil del ladrón

Del perfil de los últimos ladrones detenidos por allanamiento de morada en el municipio de Teguise, la concejala de seguridad, Rita Hernández, explica que son "varones de más de 35 años, normalmente canarios, de Las Palmas de Gran Canaria y de Lanzarote, aunque también hay extranjeros". La Villa, Nazaret, Tahiche y Costa Teguise han sido los lugares donde se han producido las denuncias en el municipio de Teguise los dos últimos meses. Según los datos que maneja Hernández, los delincuentes son reincidentes todos ellos y por lo tanto conocidos por los cuerpos de seguridad. "Son los típicos que pasan un tiempo en la cárcel y al salir vuelven a delinquir", comentaba la concejala, coincidiendo con la versión de los cuerpos de seguridad. El problema, según Rita Hernández, "radica en que estos ladrones comunes no pasan largas temporadas en prisión, por lo que una vez salen de la cárcel delinquen de nuevo".

El miedo de las víctimas

Siempre actúan cuando los inquilinos de la vivienda no se encuentran en casa, lo que hace pensar a las fuerzas de seguridad, que tienen un sistema planificado de vigilancia de las viviendas. Teresa, una de las últimas víctimas de Costa Teguise también tiene esa misma percepción. "Tengo la impresión de que están vigilando toda mi calle", afirmaba Teresa, "porque hacía sólo unos días que había muerto mi perro, cuando se decidieron a entrar en mi casa". Ella confiesa tener "cierto sentimiento de inseguridad" ahora que le ha sucedido. En su caso, cuando llegó a casa, después del día de trabajo, se encontraron con toda la casa "patas arriba". Los ladrones habían forzado un ventanuco de la vivienda y "habían movido los muebles, vaciando toda la ropa y repartiendo los enseres por el suelo".

Ahora confiesa tener miedo por las noches hasta el punto de no poder dormir bien. "Cuando entro en mi casa ya no me siento cómoda. Siento que me han quitado la intimidad. Es muy fuerte llegar a tu casa y ver hasta tu ropa interior tirada por el suelo", explica. Sin embargo, lo peor es el temor, "sobre todo pensando en mis hijos". Por eso, Teresa ya ha contratado un sistema de seguridad. "No dormiré tranquila hasta que no esté conectada la alarma". Y si no funciona con eso, tendrá perro de nuevo "y lo que haga falta".

Los ladrones, en estos casos buscan el dinero en efectivo y las joyas, que fue lo que se llevaron de la casa de Teresa. "Iban sólo buscando eso, porque no se llevaron ni el televisor", explicaba la afectada. En el corto espacio de tiempo con el que cuentan desde que rompen la ventana o fuerzan la puerta hasta que se van, este tipo de delincuentes comunes sólo buscan aquello que puedan vender en el mercado negro con mayor rapidez. Un mercado negro en el que, en menos de dos o tres días, venderán todos estos objetos sustraídos en casas particulares, según fuerzas policiales. Las cantidades sustraídas no suelen ser muy cuantiosas, aunque depende del dinero que encuentren en la casa y el valor de las joyas de los inquilinos. "Las joyas tienen más el valor sentimental que otra cosa", declaraba Teresa preguntada por la cantidad de sus pérdidas en el robo. Anillos, pulseras, relojes y pendientes son el festín que los ladrones se encuentran en estas casas, y en el menor número de las veces, dinero en efectivo.

María José Docal, la última víctima

Una de las últimas víctimas de este tipo de robos en casas particulares ha sido María José Docal, consejera del Cabildo de Lanzarote por el Partido de Independientes de Lanzarote. "Todavía vivía con la tranquilidad de que en Las Caletas no ocurrían estas cosas", lamentaba Docal, quien explica que era la primera vez que le ocurría una cosa así. Como muchas otras personas de la isla, María José Docal no tenía alarma en su casa porque en el barrio de Las Caletas, donde vive, "no conocíamos a nadie al que le hubiese ocurrido".

Por eso, cuando el pasado viernes, 8 de junio, alrededor de las 18:30 horas, ella y su familia entraban en casa, descubrían "asustados" cómo los ladrones habían dejado la vivienda. "Estaba todo revuelto, sacaron todos los cajones, del ropero sacaron todo", relataba unaMaria José Docal que no salía de su asombro.

Habían entrado por la parte trasera, rompiendo la ventana de la cocina, y había sido a plena luz del día. "Ningún vecino vio nada", asegura. Las pérdidas han sido importantes. "Aunque no encontraron dinero, se llevaron todas las joyas, que tienen un gran valor emocional", relataba. A partir de ahora, dice sentirse más insegura que antes, pero espera que se le pase con el tiempo "el miedo de pensar que pueden volver a entrar".

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