La noche de los fuegos artificiales que despiden las fiestas capitalinas tiene varias alternativas para ser disfrutada: por un lado la playa de El Reducto, los balcones de la avenida, cafeterías de la zona... y, para aquellos que quieran pueden encontrar satisfacción de cenar a la altura de los voladores en lo más alto del Arrecife Gran Hotel . Sus terrazas hacen las delicias de los espectadores, porque en el Arrecife Gran Hotel uno puede sentir a unos metros la fuerza de la pólvora mientras se deleita con un gran vino o una buena copa.
El año pasado la experiencia se solventó con éxito y este año ya preparan la esperada noche mágica. En palabras del director del hotel, Don Miguel Álvarez: "el año pasado fue una sensación diferente que solo este edificio puede conceder, yo no había visto un espectáculo así".