Clavel, el podenco que llegó a la protectora de animales con un "ojo estallado" después de la intervención del Seprona, se recupera favorablemente en las instalaciones de Sara. "Está cada vez mejor", afirma una de las voluntarias, Flavia Baridón. El perro fue operado y ya se le han caído los puntos, pero todavía no ha encontrado una familia que lo adopte.
Baridón asegura que Clavel se acerca "mucho más" a los voluntarios sin necesidad de que éstos le llamen. "Está muy cariñoso, es un perro muy dulce. Ha cambiado mucho desde que llegó. Cuando le das cariño a un animal abandonado enseguida se te aferra. Con amor se solucionan los problemas de comportamiento", afirma esta voluntaria, que asegura que Clavel ha pegado un cambio "bastante importante y muy rápido, a pesar de lo que pasó".
De momento, Clavel no ha encontrado una familia que lo adopte, aunque desde Sara mantienen la "esperanza" de que aparezca o bien alguien que lo adopte o un padrino. "Yo tengo esperanza porque estos casos conmueven y siempre suele aparecer alguien. A la gente le llega el caso y deciden elegir antes a este perro que a otro que no haya sufrido tanto", afirma Baridón.
Fue el Seprona de la Guardia Civil el que denunció el pasado 8 de septiembre el estado de este perro podenco y levantaron contra su dueño, un cazador, "cuatro expedientes administrativos por cuatro conceptos diferentes" relacionados con el animal. El Seprona acudió a la vivienda de este hombre, al que denunció y pidió que llevara el animal a la protectora para que fuera tratado.
Gatos con "infecciones en los ojos o cojos"
Además, esta voluntaria advierte de que están llegando muchos cachorros, tanto de perros como de gatos, a las instalaciones de la protectora. "De gatitos estamos desbordados, como siempre. Pero muchos llegan con infecciones en los ojos, o cojos con problemas en la cadera", afirma Baridón. Cuando los gatos llegan en este estado, primero tienen que curarse en la sede de la protectora antes de ser adoptados.
Esto demora el trámite y aumenta los gastos a la protectora, ya que "cualquier cosa que se le tenga que hacer como una ecografía es carísima". Y es que el precio se eleva por encima de los 200 euros y llega a alcanzar los 400 euros en caso de que el gato necesite cirugía. "El problema de los huesos es muy caro", señala Baridón.