El proyecto se inició hace 20 años, con la intención de reproducir y propagar la flora endémica de la isla, aunque se paralizó en 1996. Ahora, el trabajo se ha concluido con un libro que pretende ser una herramienta para salvar unas 50 especies

El manual para potenciar las plantas autóctonas en peligro de extinción ve la luz dos décadas después

El origen de la obra es remoto. Hace 20 años el Cabildo inició un plan para la reproducción y propagación de flora endémica y autóctona de la isla, de la mano de un reducido grupo de amantes de la naturaleza local. En las ...

17 de diciembre de 2007 (11:33 CET)
El manual para potenciar las plantas autóctonas en peligro de extinción ve la luz dos décadas después
El manual para potenciar las plantas autóctonas en peligro de extinción ve la luz dos décadas después

El origen de la obra es remoto. Hace 20 años el Cabildo inició un plan para la reproducción y propagación de flora endémica y autóctona de la isla, de la mano de un reducido grupo de amantes de la naturaleza local. En las instalaciones de la Granja Experimental, Estanislao González, Alejandro Perdomo, Eloíno Perdomo y Lalo Betancort trabajaron con mimo y entrega para recolectar, sembrar y hacer germinar semillas de unas 50 especies, algunas de ellas en peligro de extinción y otras muchas incluidas en los catálogos de especies amenazadas de Canarias.

La intuición y el ingenio llevaron a estos investigadores aficionados a mudar los semilleros en función de la posición del sol, a sembrar en las épocas húmedas, a trasladar las plántulas de las bandejas a macetas con el cariño necesario para mantenerlas lozanas.

Tras tres años de dedicación, miles de plantas de cerca de 50 especies autóctonas de Lanzarote empezaron a distribuirse por la isla con gran éxito. Jardines públicos y privados prestaron espacio a las especies locales, algunas de las cuales todavía sobreviven hoy a la dura competencia con las flores ornamentales de la jardinería estándar. Es el caso de los jardines del Castillo de San José, Jameos del Agua, Monumento al Campesino o el aeropuerto de Guacimeta.

El proyecto se paralizó por diversos motivos en el año 1996, cuando el vivero detuvo su actividad y el personal se dispersó.

Conscientes de la importancia y significación de aquel trabajo, los técnicos de la Oficina de la Reserva de Biosfera decidieron organizar las notas de los responsables del vivero, elaborar fichas con imágenes, características de los cultivos, descripción de cada especie, zona donde habita, grado de protección y propiedades medicinales y culinarias. Es este trabajo, coordinado y revisado por biólogos y expertos de reconocido prestigio, el que ha convertido en el libro "Las plantas autóctonas de Lanzarote. Su uso en jardinería", gracias al apoyo económico del Club Rotario, AENA y el Ayuntamiento de Arrecife.

El estudio pretende convertirse en herramienta de trabajo de los profesionales de la jardinería y el paisajismo pero también de todos aquellos amantes de la botánica que crean sus pequeños jardines con la mirada puesta en el entorno y en la rica flora endémica de la isla.

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