"Vicente nos ha dejado, pero su huella queda y quedará para siempre en esta isla". Con estas palabras ha querido Julio Santiago Obeso, psiquiatra y fundador de El Cribo, rendir un homenaje a uno de los principales benefactores de la ONG, Vicente Taberner Carsi, tras conocer la noticia de su fallecimiento.
"Cuando Vicente Taberner Carsi vino de su tierra valenciana antes de 1990 y se incorporó como enfermero al Equipo de Psiquiatría en la Unidad de Internamiento Breve del Hospital de Lanzarote, vio que era imprescindible que tras el alta hospitalaria los pacientes pudieran seguir un buen programa de rehabilitación", recuerda Julio Santiago.
"Pero la asistencia en psiquiatría estaba muy en pañales en Lanzarote y no había recursos", añade el fundador de El Cribo, que explica que en esos momentos la asociación "era una ONG que empezaba a trabajar en la rehabilitación del enfermo mental con muy buena intención, pero también con muy pocos recursos".
"Cuando la vida ofreció a Vicente unas posibilidades económicas favorables, quiso compartirlo con El Cribo y subvencionó la creación del Taller ocupacional de Serigrafía y Tampografía al que pusimos, lógicamente, el nombre de "Centro Especial de Empleo Taberner", y que sigue funcionando a pleno rendimiento a día de hoy, tras haber ayudado en la rehabilitación de cientos y cientos de enfermos psíquicos en nuestra isla", destaca.
"Vicente sensibilizó a su esposa Anne y después, cuando fueron viniendo al mundo, a sus hijos, en la ayuda a El Cribo y a los enfermos mentales. Así, esta familia ha dejado una huella que siempre deberán agradecer los ciudadanos de Lanzarote", revindica Julio Santiago Obeso, que ha querido agradecer públicamente a la familia Taberner su ayuda "generosa y desinteresada" y dedicar un "hasta siempre" a Vicente.