Ante la petición de la asociación por la falta de espacio

El Ayuntamiento de Arrecife cede una nave a Calor y Café en Puerto Naos

El Ayuntamiento de Arrecife ha cedido una nave en Puerto Naos a Calor y Café, que había reclamado un espacio mayor para atender a todas las personas que acuden a la asociación para poder comer. El acto ...

23 de octubre de 2009 (14:31 CET)
El Ayuntamiento de Arrecife cede una nave a Calor y Café en Puerto Naos
El Ayuntamiento de Arrecife cede una nave a Calor y Café en Puerto Naos

El Ayuntamiento de Arrecife ha cedido una nave en Puerto Naos a Calor y Café, que había reclamado un espacio mayor para atender a todas las personas que acuden a la asociación para poder comer. El acto de entrega de la llave a Sor Ana, la principal persona de este colectivo, se realizó este mismo viernes a las 12.15 horas en el Consistorio de la capital de Lanzarote, según ha confirmado el concejal socialista Alberto Morales.

La nave se ubica en Puerto Naos, en la zona comercial. Calor y Café podrá utilizar este espacio para alimentar a las decenas de personas que acuden diariamente a recibir comida. De esta manera, el Ayuntamiento de Arrecife responde a la petición de Sor Ana, que aseguró que era "imposible" atender a tanta gente en el local que tiene el colectivo en la calle Juan de Quesada, junto al Hospital insular.

Calor y Café lleva más de 13 años atendiendo a personas y familias que solicitan alimentos y ayuda. Algo que en los últimos meses, debido a la situación general de crisis, paro y falta de recursos que se vive en Lanzarote, ha provocado un importante colapso para esta asociación."Diariamente atendemos en el comedor a casi 70 personas en tres habitaciones que no llegan a sumar 50 metros. Unos comen de pie otros sentados, otros encima de las cajas y otros el cualquier lado si lo encuentran", informaron desde Calor y Café.

Para la asociación es muy importante, "atenderles dignamente", pero debido al incremento de personas que necesitan de su ayuda, "nos es imposible debido al poco espacio del que se dispone". Por ello, realizó una petición desesperada al Ayuntamiento de Arrecife con el objetivo de conseguir un espacio mayor para dar cobijo a los más necesitados.

Se trata de una nave de más de 500 metros cuadrados situada en la zona

industrial de Puerto Naos, donde se prevé en unos días comiencen las obras

para instalar las cocinas, las duchas y el resto de instalaciones del

nuevo comedor.

Según Alberto Morales, con "la cesión de este local el Ayuntamiento de

Arrecife pretende dar respuesta a las necesidades de esta asociación que

venía reclamando un espacio digno donde poder atender a las decenas de

personas que acuden cada día hasta sus instalaciones" de la calle Juan

Quesada.

Desde Calor y Café, su responsable, la monja asturiana Sor Ana, ha

expresado "su alegría por poder contar con un nuevo un comedor" que

permitirá aliviar las difíciles condiciones en las que trabaja actualmente

este colectivo saturado por la falta de espacio. Un colectivo formado por

21 voluntarios que lleva más de 13 años ayudando a toxicómanos y excluidos

sociales y que ahora se ve desbordado por la crisis para dar de comer a

más de 70 personas cada día.

Sor Ana destacó "la generosidad que ha tenido del Ayuntamiento de Arrecife

para proporcionar un espacio donde se pueda atender a las personas con un

mínimo de dignidad porque realmente están viviendo una difícil situación"

y afirmó que para Calor y Café, este nuevo comedor, "se había convertido

en una prioridad".

Necesidades básicas

El Centro Calor y Café abrió sus puertas hace 13 años para dirigir sus servicios a personas con problemas de abuso de drogas y socialmente excluidas para, por una parte, atender las necesidades más básicas de higiene, alimentación y contacto con la "normalidad", y por otra, promover conductas saludables que ayuden a las personas que hasta allí se acerquen, a alejarse del consumo de drogas. Asimismo, actúa como servicio puente, facilitando la derivación a los recursos sociosanitarios de las personas atendidas en el centro.

Calor y Café plantea, por lo tanto, su intervención desde el ámbito social, sanitario y terapéutico, desde un modelo de reducción de daños y riesgos, priorizando el objetivo de minimizar los riesgos asociados al comportamiento adictivo.

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