Un grupo de investigadores ha descubierto que Lanzarote, Tenerife y Gran Canaria registraron al menos cinco megatsunamis durante el último millón de años que, en el caso de la última isla, habrían generado olas de hasta 290 metros en Agaete.
Así lo han revelado en una nueva publicación científica que ha sido recogida en la revista GeoHazards y difundida por EFE, en la que se explica que estos megatsunamis habrían sido provocados por gigantescos deslizamientos de tierra y, ocasionalmente, por erupciones volcánicas explosivas.
El trabajo ha sido liderado por Mercedes Ferrer, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), y Luis González de Vallejo, director de Riesgos Geológicos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), que han indagado sobre los megatsunamis generados por grandes derrumbamientos de los flancos de los edificios volcánicos insulares de Canarias.
Los principales resultados de este trabajo se han obtenido de las investigaciones geológicas, geomorfológicas, paleontológicas y geocronológicas realizadas sobre los depósitos de tsunamis identificados en las tres islas citadas, así como de sus posibles zonas de origen y frecuencia.
Para ello se han identificado y descrito en detalle depósitos marinos fosilíferos compuestos por conglomerados caóticos en varios sitios de Tenerife (Teno e Isla Baja), Gran Canaria (Agaete) y Lanzarote (Piedra Alta). En todos ellos, según afirman los investigadores, hay rasgos sedimentológicos, geomorfológicos y paleontológicos comunes que indican inequívocamente que los generó un tsunami.