Denuncia el “acoso” de una empresa de desocupación para abandonar un apartamento: “Solo pido un poco de tiempo”

Al igual que otros vecinos de Teguisol que han sido desalojados, dejó de pagar el alquiler cuando "quebró la inmobiliaria", pero siguió abonando los recibos y la comunidad. Ahora, denuncia los métodos a los que está recurriendo la nueva propiedad

4 de octubre de 2021 (19:08 CET)
Actualizado el 5 de octubre de 2021 (20:56 CET)
Imagen de los apartamentos Teguisol
Imagen de los apartamentos Teguisol

Una mujer que reside en los apartementos Teguisol, en Costa Teguise, denuncia el "acoso" que sufre de una empresa de desocupación de Lanzarote, contra la que asegura que tiene previsto presentar una denuncia por "coacciones". Dicha empresa ha iniciado un procedimiento para intentar desalojar varias viviendas en ese complejo,  que se encontraban sin pagar el alquiler. Al respecto, la mujer explica que dejó de pagarlo en 2020, cuando "quebró la inmobiliaria" con la que asegura que tenía el contrato y "desapareció el lugar donde se ingresaba la mensualidad", pero defiende que durante este tiempo ha seguido pangado "los recibos y la comunidad".

Ahora, la mujer sostiene que su casa y otras viviendas de la urbanización han sido adquiridas por una sociedad de Barcelona, que ha contratado a la empresa de desocupación para llevar a cabo los desalojos. “Solo pido un poco de tiempo”, reclama esta vecina, que explica que tiene una hija menor de edad que está embarazada.

Otro vecino que reside legalmente en el mismo complejo ha salido en su defensa y ha sido el primero en cuestionar las formas empleadas por la empresa de desocupación, que considera que emplea "métodos ilegales". Según relata, el lunes de la pasada semana se presentaron allí con vigilantes de seguridad para impedir a esta mujer y a otras familias el acceso a las viviendas, e incluso asegura que a ella, que fue la única que se negó a abandonar la casa, le dieron "un empujón".

“Pusieron un vigilante en la puerta y no me dejaban entrar. Tuve que quedarme por fuera, con mi hija embarazada dentro. Tuvo ella que pasarme la documentación entre las piernas del vigilante”, explica por su parte la afectada, que despúes acudió al cuartel de la Guardia Civil para poner los hechos en conocimiento de la Benemérita.

Al respecto, desde la Guardia Civil confirman que acudieron al complejo, aunque apuntan que no se llegó a interponer una denuncia y que lo que hicieron los agentes fue identificar a los vigilantes, para posteriormente pasar los datos al juzgado, al tratarse de un tema “civil”. Sin embargo, la afectada asegura que presentará la Policía Nacional "una denuncia por coacción y acoso" contra la empresa de desocupación.

Además, tiene previsto solicitar a los Servicios Sociales del Ayuntamiento "un certificado de vulnerabilidad", al convivir "con una menor con un embarazo de riesgo", para intentar evitar el desahaucio y "conseguir algo más de tiempo" para así poder encontrar un nuevo hogar. 

 

Una propuesta de alquiler que duró menos de veinticuatro horas

La afectada también explica que, mientras se encontraba fuera del domicilio en la mañana del martes, la llamaron ofreciéndole “un contrato de alquiler por la vivienda”, diciéndole que en la misma tarde se lo entregarían. Sin embargo, llegado el momento la volvieron a llamar “pidiéndole el dinero en efectivo y en el momento”. “Les dije que esperaran un momento, que estaba en Arrecife, y me dijeron que o me presentaba en diez minutos o significaba que no quería el contrato”, asegura.  

“Yo estaba dispuesta a quedarme en el lugar pagando un alquiler”, afirma la afectada, que cuestiona por qué “la empresa quería el dinero en efectivo”. Tras retirar desde la empresa de desocupación la oferta del alquiler en menos de veinticuatro horas, la mujerconcluye que “no les interesaba que estuviese allí”. “Me querían echar”, sentencia.

La última oferta desde la empresa de desocupación contratada por la nueva propiedad fue darle “300 euros” si se marchaban en ese mismo momento, o en caso contrario, darle de plazo hasta este pasado domingo para abonar la casa, pero sin el dinero. “Solo pido un poco de tiempo. Además de mi hija, tengo animales”, insiste, apuntando que por si no consigue retrasar este desalojo, ya está "preparando las cosas para marcharse del apartamento”, colocando la mayoría de las pertenencias "en una lavandería".

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