Claudia Cabrera, la joven química de Tinajo que lucha por salvar las tuneras de Lanzarote

Su Trabajo de Fin de Grado analiza las diferencias entre la cochinilla tradicional y la invasora mexicana que amenaza el paisaje insular, y reclama más inversión en investigación para frenar la plaga.

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Juan Mateos
26 de julio de 2025 (17:57 WEST)
La química Claudia Cabrera. Foto: Juan Mateos
La química Claudia Cabrera. Foto: Juan Mateos

La lanzaroteña Claudia Cabrera, de 25 años y natural de Tinajo, se graduó hace solo unos días en Química por la Universidad de La Laguna y en el momento que tuvo que pensar el tema de su Trabajo Final de Grado, no dudó por un momento. Titulado Extracción y estudio de ácido carmínico en Dactylopius coccus y Dactylopius opuntiae, este proyecto analiza las diferencias entra ambos tipos de cochinilla e intenta buscar una solución ante la cochinilla mexicana que está destruyendo las tuneras de Lanzarote y otras islas de Canarias.

A partir del siglo XIX, Lanzarote se convierte en un gran productor de la cochinilla gracias al tinte natural que se podía extraer de ella, el carmín. De hecho, Cabrera cuenta que le sorprendió conocer a través de los distintos documentos que ha leído que en Lanzarote se llegaba a pagar con sacos de cochinillas en una especie de trueque.

A pesar de que su comercialización va disminuyendo hasta casi desaparecer, las tuneras y la cochinilla son un elemento típico del paisaje de la isla que se ha visto afectado por la llegada de la cochinilla mexicana (Dactylopius opuntiae) que comenzó en La Palma y que luego se extendió a Tenerife y Lanzarote.

Como explica Claudia Cabrera, "es una especie de cochinilla que no es capaz de convivir con la tunera, como sí lo hace la cochinilla que conocemos de toda la vida (Dactylopius coccus), y lo que hace es matar a la planta porque se adhiere a los estomas y la asfixia porque no la deja respirar".

La joven cuenta que quiso realizar este trabajo porque "le encantan las tuneras, los higos picos en verano y estaba viendo la problemática que existe, por lo que mi madre me animó a poner mi granito de arena para encontrar alguna diferencia entre ambas cochinillas para poder salvar el paisaje".

 

Falta de investigación para erradicarla

El estudio de la "cochinilla mala" para saber cómo erradicarla en Lanzarote es de vital importancia para conservar las tuneras y, con él, el paisaje de la isla. En este sentido, Cabrera dice que "en Lanzarote no se está realizando ningún estudio sobre ello, pero sí en otros países como Portugal e Italia, pero a nosotros nos interesa aquí, en el archipiélago porque no se está apostando por la investigación de este tema o, por lo menos, yo no lo he visto".

La joven apunta que pequeñas investigaciones como la suya o la apuesta por otras más grandes "sí que podrían conseguir avances a corto plazo porque simplemente es encontrar una diferencia clave entre ambas para lograr pesticidas selectivos para este tipo de cochinilla".

"Yo pido e imploro que se invierta en investigación, pero no solo por las tuneras, sino por la propia cochinilla porque tiene un valor enorme", expresa. Y es que el ácido carmínico, como indica la química, se encuentra en diversos productos que consumimos diariamente como el salchichón, en refrescos, etc. "Creo que a la cochinilla no se le da el valor que se debería", dice.

Tales son las ganas de la lanzaroteña por continuar con esta investigación para erradicar la "cochinilla mala" que asegura que "por mí trabajaría este proyecto hasta llegar al final porque es algo que me apasiona, he disfrutado haciendo este trabajo de fin de grado".

Su ímpetu por realizar esta investigación para terminar la carrera de Química ha hecho que se tope con personas como Chana Perera, quien la ayudó en el trabajo facilitándole insectos de Dactylopius coccus (cochinilla buena) porque "ya casi no hay en Lanzarote", algo que agradece mucho. También contactó con otras fuentes personales de gran ayuda como el biólogo Juan Cazorla.

 
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Proceso de infectación de la Dactylopius opuntiae (cochinilla mala) en las tuneras

 

Diferencias entre Dactylopius coccus y Dactylopius opuntiae (cochinilla mala)

En la investigación realizada por la joven, por un lado se encuentran las diferencias morfológicas en relación al tamaño. "La cochinilla mala es mucho más pequeña pero tiene un recubrimiento ceroso formado por filamentos blancos que le hace ser mucho más resistente ante los depredadores que la cochinilla buena", explica.

Por ello, analizó en el laboratorio el porcentaje de cera que había de cada una porque la Dactylopius coccus tiene también esa capa pero no es tan densa y, por otro lado, se comprobó el porcentaje de ácido carmínico (el tinte). "La cochinilla buena tiene una cantidad superior, casi el doble, de esta sustancia que segrega el propio insecto para protegerse de los depredadores, por lo que nos hemos preguntado por qué la cochinilla mala segrega menos cantidad de esta sustancia que la otra", declara.

En relación a ello, Cabrera apunta que "la propia cochinilla mala ha dado por sentado que es mejor una protección externa que el ácido carmínico", algo que puede servir como línea de investigación para encontrar una solución ante esta plaga. "Si se encuentra cómo el insecto está generando esa capa exterior y creamos un pesticida selectivo para que no sea capaz de generar ese recubrimiento, lo dejamos indefenso ante los depredadores", detalla.

Uno de los datos más curiosos que señala Claudia Cabrera es que "en el pueblo de Tinajo no ha llegado todavía la cochinilla mala", como sí lo ha hecho en diversas zonas como Guatiza, Tías, Mala, Arrieta o Tahíche. "Sería interesante hacer un estudio en la zona de Tinajo porque cabe la posibilidad de que haya alguna tunera resistente a la cochinilla mala", finaliza.

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Diferencia entre la 'cochinilla mala' (izquierda) y 'cochinilla buena' (derecha)
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