"La canariedad, lo que nos identifica como pueblo, es nuestro dialecto. También hay otros aspectos culturales relevantes, pero el lingüístico es el fundamental", comienza José Antonio Martín Corujo, miembro de la Academia Canaria de la Lengua y nacido en San Bartolomé, durante una entrevista a La Voz con motivo del Día de Canarias para hablar sobre los riesgos a los que se enfrenta el dialecto canario con el crecimiento demográfico en la actualidad.
Este dialecto del español, que está compuesto por su fonética, pero también por su léxico y gramática particular, "ha ido calando en los últimos años derivando en el orgullo del español en Canarias", recalca. "Ninguna de las variedades del español es mejor ni peor. Eso cada vez ha ido calando más", resalta.
Incluso, la Constitución Española reconoce en su artículo 3.3 "la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España" y expone que es parte de su "patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección".
"El principal riesgo es el que viene determinado, como en cualquier otro lugar, por la globalización", señala el experto. Así, asegura que esta situación se agrava "especialmente en nuestra tierra, que es una tierra turística". A pesar de ello, Martín Corujo se muestra optimista y asegura que "nuestro dialecto permanecerá vivo" gracias a su peculiar fonética.
Este entendido en el uso del lenguaje expone que junto a la fonética, parte del léxico de las islas Canarias "no se va a perder nunca". Así, estima que "todo aquel que tiene que ver con la flora, con la fauna, con la toponimia" va a permanecer en la cultura lingüística del archipiélago, al igual que otros conceptos como "gofio, guagua, baifo" y otra serie de palabras que forman parte del uso diario del lenguaje.
En estos años, José Antonio Martín indica que con la pérdida de actividades económicas también ha ido desapareciendo el léxico asociado a ellas. Por ejemplo, las actividades relacionadas con el cultivo de la tierra o la pesca.
Durante la entrevista telefónica expone que aunque el léxico vaya quedando en desuso, es importante preservarlo y registrarlo. "El pasado hay que leerlo porque encontramos mucho de lo que tenemos que hacer en el presente. Si no lo recogemos eso se perdería", continúa. Una de las labores de la Academia Canaria de la Lengua es recoger el léxico propio de las islas, tanto el que está en vigor como el que se ha ido perdiendo.
Los riesgos de la globalización y del inglés
Al tiempo en que se sustituyen unos términos locales por los anglicismos, la historia de Canarias muestra que, en ocasiones, "cambiamos, modificamos" términos en inglés para canarizarlos, yendo "casi a lo fónico de cómo se pronunciaría en el idioma original".
Por ejemplo, en Canarias se han incorporado nuevos términos derivados de las intercambio de mercancías agrícolas con Reino Unido e Irlanda. Entre ellas, el nombre de las papas por ejemplo Chinegua o Quinegua, que procede del inglés King Edward, o la papa Autodate, que venía de los sacos de papas importados en los que se podía leer Up to Date.
Al mismo tiempo, expone que los anglicismos, propagados rápidamente a través de internet, repercuten "sobre todo en la gente joven" e influye en la conservación del dialecto canario. Por ejemplo, el uso del concepto 'bro', del inglés brother (hermano) que se ha popularizado entre las poblaciones más jóvenes y se usa como saludo, donde anteriormente se utilizaban otros conceptos como chacho. "Habrá términos que llegarán aquí y y seguramente le daremos algún giro y terminarán siendo palabras un tanto modificadas", añade.
Martín Corujo califica de "lamentable" que las instituciones públicas apuesten por promocionar eventos deportivos o culturales del archipiélago en inglés. "Parece que para trascender hay que utilizar el inglés, pero nosotros tenemos nuestras palabras para poder indicar lo mismo", añade.
El canario, "una rareza" en algunos municipios
En algunos municipios de Lanzarote, pero también en Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife la población canaria es minoría frente a residentes extranjeros, sobre todo procedentes de Reino Unido, Irlanda, Italia, Alemania o Marruecos.
Por ejemplo, en Yaiza el 46,7% de la población nació en el extranjero, mientras que solo el 31,9% nació en Canarias. El municipio conejero es el que tiene menos habitantes canarios y el de mayor población peninsular. A ello le sigue Tías, donde los canarios son un 48,4% y los extranjeros un 43,1%; así como Teguise, con un 59,1% de canarios, un 24,1% de extranjeros y un 16,8% de peninsulares.
"Cuando la población foránea supera a la de origen es posible que comiencen imponiéndose muchas culturas", señala. "Es un tanto lamentable la dificultad de los propios canarios para conseguir una residencia y les lleva a alejarse de núcleos de núcleos donde los canarios terminan siendo casi una rareza", añade.