Llegar a Mancha Blanca es, para cualquier habitante de la isla de Lanzarote, un momento de reencuentro con la tradición y la veneración que se le tiene a la Virgen de los Dolores, a la que se vincula con la historia de fuego y lava que ha hecho de estas tierras un lugar único en el contexto de Canarias. Llegar en septiembre, en los días que se celebraba la romería y la ofrenda a la Virgen de los Dolores, inevitablemente es un momento de íntima emoción para cualquier conejero, pues se recuerda con nostalgia la alegría de otros tiempos.
Y así vimos a la Alcaldesa de Arrecife, Ástrid Pérez, "muy emocionada" al depositar a los pies de la Virgen de los Volcanes la ofrenda que realizaba en nombre de su pueblo que, debido a los condicionantes impuestos por la pandemia, no ha podido peregrinar en romería, y que se ha tenido este año que hacer municipio por municipio, de forma escalonada.
Ástrid Pérez entregó alimentos y productos no perecederos, además de material para la higiene y el aseo personal, destinadas a atender la demanda social que es atendida desde las ONG's, los comedores sociales y las entidades religiosas.
En palabras de la alcaldesa de Arrecife: “son tiempos de seguir ayudando a los más vulnerables, a las personas con pocos recursos asistenciales, y si se hace a través de la intersección de la Virgen de los Dolores, todo parece que se multiplica”.