Una sola línea de Internet y un teléfono comparten los tres trabajadores permanentes de la Dirección General de Trabajo y la de Industria del Gobierno de Canarias, que aunó el pasado 25 de enero todos sus servicios en unas nuevas dependencias en Lanzarote. Entre ellos, el Servicio de Mediación y Arbitraje de Canarias (SEMAC), con una sola persona encargada de tramitar más de 60 expedientes en un solo día, los lunes. Día en el que viene a la isla un conciliador laboral desde Las Palmas para mediar en los encuentros entre demandantes y demandados. Este lunes, los usuarios, acomodados en los bancos del exterior por la falta de espacio en las oficinas, entraban hasta con tres horas de retraso.
Demoras que son la tónica habitual, según los profesionales que acuden al SEMAC cada semana. Como Andrés Barreto, sindicalista y asesor laboral, quien califica de "tomadura de pelo" las nuevas oficinas que se crearon para dar respuesta al alto número de conflictos laborales existentes en la isla. "Hoy tenemos 70 juicios. Es la una de la tarde y aún queda el 50 por ciento de los juicios por terminar", comentaba a las puertas del local donde este lunes esperaba su turno.
"Este local es aún más pequeño que el otro (en el Cabildo)", comenta otro de los profesionales poco después de firmar la falta de acuerdo de un conflicto a las 13.30, cuando su cita estaba fijada a las 11 de la mañana. "La sala donde se concilia es pequeña, no hay intimidad para conciliar. Hay más de una empresa conciliando," describe el asesor laboral de una empresa privada, quien aseguraba que durante la mañana se habían acumulado más de 50 personas esperando en el exterior.
Además de la falta de espacio en las salas de conciliación y de espera, los usuarios y profesionales se quejan de la falta de intimidad en la parte administrativa, ya que las mesas de trabajo de los empleados están separadas por poco más de dos metros y subrayan lo delicado de los temas que se exponen. "Estamos incomodando a los que vienen a solventar problemas de industria y problemas de trabajo", ha expuesto Andrés Barreto.
Los funcionarios prefieren no hablar, pero lo cierto es que además de las caras de resignación de los usuarios, la única empleada permanente de Trabajo, encargada de redactar las actas de los juicios, tecleaba a destajo en el ordenador durante la mañana del lunes, con expresión de "agobio", mientras cuatro de las personas implicadas en el conflicto ? dos sentadas y tres de pie - rodeaban la mesa de la administrativa. Situación que se ganaba la comprensión de los usuarios que hacían cola en las puertas de la oficina. Aunque los que acudían por primera vez al SEMAC aseguraban no entender los retrasos en sus procedimientos.
Según la Consejería de Empleo, Industria y Comercio, el cambio de sede de las oficinas de la Dirección General de Trabajo en Lanzarote se decidió al "constatar que el local en el que se prestaban estos servicios no reunía las condiciones necesarias para ello". Sin embargo, para los usuarios y profesionales sigue sin reunirlas y exigen soluciones. Andrés Barreto ha propuesto a sus compañeros un plante hasta que se tome alguna solución, porque considera que la situación tanto de los funcionarios como de los usuarios es "infrahumana".