En torno a 1.000 personas en las Islas Canarias están sometidas a diálisis. La comunidad canaria tiene una prevalencia mayor de enfermos con un tratamiento renal sustitutivo que otras comunidades autónomas y que muchos países europeos

Los pacientes canarios podrán recibir el tratamiento de hemodiálisis en sus domicilios

Unos 1.000 canarios necesitan someterse a diálisis: cien de ellos recurren a la diálisis peritoneal y 900 a la hemodiálisis, un proceso que requiere una media de cuatro horas en el centro de salud o el hospital tres veces por ...

19 de junio de 2008 (07:33 CET)
Los pacientes canarios podrán recibir el tratamiento de hemodiálisis en sus domicilios
Los pacientes canarios podrán recibir el tratamiento de hemodiálisis en sus domicilios

Unos 1.000 canarios necesitan someterse a diálisis: cien de ellos recurren a la diálisis peritoneal y 900 a la hemodiálisis, un proceso que requiere una media de cuatro horas en el centro de salud o el hospital tres veces por semana. Estos últimos pacientes podrán tener la opción ahora de recibir el tratamiento en su domicilio.

Los hospitales canarios están trabajando para dar este servicio a los ciudadanos de la comunidad autónoma, tal y como se hace en otros centros hospitalarios de la Península. Éste será uno de los temas, junto a diversas novedades en el tratamiento de los pacientes con enfermedad renal crónica, que se abordarán durante el encuentro nefrológico que ha organizado la Sociedad Canaria de Nefrología esta tarde en el Hotel Escuela de Santa Cruz de Tenerife.

Según explica el doctor Manuel Macía, del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (HUNSC) en Tenerife, la comunidad canaria tiene una prevalencia de pacientes con un tratamiento renal sustitutivo -diálisis o trasplante- mayor que muchas comunidades autónomas españolas e incluso que muchos países de nuestro entorno.

Se estima que en esta comunidad hay 968 enfermos por millón de habitantes, en torno a 300 más que la media nacional o que en países como Bélgica, Rumanía, Austria, Suecia, Alemania, Reino Unido, Noruega o Finlandia y similar a las de Estados Unidos y Japón.

Este experto -según informa en un comunicado- atribuye este dato a que durante años no se ha optimizado el manejo de la diabetes y la hipertensión, una situación sobre la que asegura se han puesto en marcha acciones y cuyos frutos se verán en unos años.

Un enfermo requiere de un tratamiento renal sustitutivo cuando su deterioro renal es tal que el riñón ya no puede funcionar por sí mismo. Lo habitual entonces es que el paciente entre en diálisis.

La opción más escogida es la hemodiálisis ?limpieza de la sangre con una máquina-, que se realiza en sesiones de cuatro horas de duración tres veces por semana en un centro sanitario (hospital, clínica o centro de diálisis), aunque hay pacientes que por diferentes factores médicos o por decisión propia prefieren un tratamiento que les permita mayor autonomía, como es el caso de la diálisis peritoneal; en este tratamiento el filtrado se hace en el cuerpo del propio paciente con la ayuda de un líquido que se introduce a través de un catéter en el abdomen.

HEMODIÁLISIS DOMICILIARIA

Los recientes avances técnicos, junto con la experiencia desarrollada en otros centros, ha permitido disponer de una nueva opción de tratamiento, como es la posibilidad de tener una máquina de hemodiálisis similar a la de los hospitales en la propia casa, y realizarse la terapia en el domicilio, con la supervisión de sus responsables del hospital de referencia.

Según explica el doctor Macía, en un principio cualquier paciente puede optar a recibir tratamiento en su casa; lo único que se requiere es que no padezca una enfermedad neuropsiquiátrica avanzada que le impida someterse a un proceso de aprendizaje o bien un deterioro importante del estado general o enfermedad que le obligue a ser atendido en un centro hospitalario.

Además, debe reunir unas condiciones mínimas en su domicilio para poder conectar la máquina. Las ventajas con respecto al proceso de hemodiálisis hospitalaria tradicional son claras: el paciente no necesita trasladarse a un centro sanitario, y al dializarse en su domicilio se podrá individualizar el tratamiento por lo que se harán sesiones de menor duración (2 horas) y más frecuentes (5-7 veces por semana) ya que no se tiene que salir de su casa.

El doctor Macía explica que ya hay varios centros en la península que están utilizando esta posibilidad, con unos resultados en salud excelentes, que van desde un mejor control de las complicaciones asociadas a su enfermedad (anemia, hipertensión) y menos necesidad de fármacos hasta una mejora en la calidad de vida. Por este motivo se está intentando hacer extensiva su aplicación en la comunidad canaria.

Esta nueva opción de tratamiento será uno de los temas que se abordarán durante el encuentro de esta tarde en el que además se hablará del tratamiento de la anemia en estos enfermos, un trastorno que les merma sensiblemente su calidad de vida y supone un factor de riesgo cardiovascular adicional. Según el doctor Macía, prácticamente el 100% de los pacientes en diálisis, si no se les ha tratado, tienen anemia.

Esto se debe a los problemas metabólicos propios del riñón cuando su función se deteriora en un 50% (estadío III): se acorta la vida media de los hematíes, disminuye la producción de hormonas que favorecen la producción de glóbulos rojos (eritropoyetina) y se reduce la capacidad de producir y almacenar hierro.

Como consecuencia de ello, el transporte de oxígeno disminuye y, además de producir el característico síntoma de cansancio, deteriora la función de diferentes órganos y tejidos. Según asegura este experto, el tratamiento de la anemia mejora la calidad de vida del paciente y además disminuye sustancialmente el riesgo cardiovascular y la morbimortalidad.

En el tratamiento de esta patología, ha sido revolucionaria la aparición de la eritropoyetina recombinante, hormona que estimula la producción de glóbulos rojos y que corrige los niveles bajos de hemoglobina.

En este marco, la reciente aparición de un activador continuo de la eritropoyesis como Mircera® ha sido un nuevo punto de inflexión puesto que disminuye drásticamente la frecuencia de administración del medicamento ya que "en situaciones de estabilidad se puede dar una vez al mes. Pasar de tres veces por semana a una vez al mes supone una enorme diferencia tanto en calidad de vida como en el tiempo de enfermería", asegura este experto.

ACN Press

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