Tras la publicación, el pasado mes de noviembre, de la memoria acerca del estado de salud de la justicia en la comunidad en 2006 por parte del Tribunal Superior de Justicia de Canarias en el que se hacía hincapié en la falta de formación del personal, las reacciones entre los trabajadores funcionarios no se ha hecho esperar. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-CSIF) se ha manifestado en "total desacuerdo" sobre lo expuesto en la memoria, concretamente en lo que se refiere a la Justicia en Lanzarote.
Para los trabajadores, el hecho de que la memoria del TSJC aludiera "de forma generalizada" a la falta de formación, subrayando que "no son los más adecuados para el servicio de la Administración de Justicia", ha producido un "profundo malestar a los funcionarios que desempeñan su trabajo en el Partido Judicial".
Según el comunicado de prensa firmado por la Central Sindical, "la única falta de formación existente es la de las nuevas incorporaciones". Algo que afirman que es responsabilidad de la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia (DGRAJ) que "no ha impartido cursos de formación previos al desempeño de los puestos de trabajo recogido en la norma que regula el nombramiento de funcionarios interinos pero que en la práctica nunca se ha llevado a cabo". Asimismo, aseguran que esta "falta de formación" repercute en los funcionarios no interinos que deben enseñar al nuevo "sin ninguna contraprestación a cambio y teniendo además que continuar con el trabajo de su mesa".
Además, aunque reconocen que el Palacio de Justicia de Lanzarote tiene un alto índice de litigiosidad, "no se ha caído en la cuenta de que dichos juzgados no se colapsan", declaran en un comunicado de prensa en el que explican que esto es así "gracias al desempeño en sus funciones de los funcionarios que ejercen su trabajo con prontitud y esmero, más de lo que les corresponden en muchas ocasiones", exponen.
Por otro lado, desde el sindicato aseguran que en la plantilla funcionarial "hay muchos compañeros que duplican y triplican en años de experiencia a los jueces de dichos órganos judiciales". Además, declaran congratularse de que cuando dichos jueces llegaron de la escuela judicial sin experiencia alguna la suplieron gracias a "la indispensable profesionalidad de los funcionarios que ya trabajaban allí y el conocimiento en sus tareas".
