El guineano murió en la comisaría de la Policía Nacional

La extraña muerte de Antonio Fonseca

Se llamaba Antonio Augusto Fonseca. Tenía 32 años y era natural de Guinea Bissau. Falleció en la madrugada del 20 de mayo del 2000 en la comisaría de la Policía Nacional de Arrecife, poco después de haber ...

15 de mayo de 2010 (14:55 CET)
La extraña muerte de Antonio Fonseca
La extraña muerte de Antonio Fonseca

Se llamaba Antonio Augusto Fonseca. Tenía 32 años y era natural de Guinea Bissau. Falleció en la madrugada del 20 de mayo del 2000 en la comisaría de la Policía Nacional de Arrecife, poco después de haber sido detenido por presunta posesión de droga. Según el auto de archivo dictado por el Juzgado número 1 de Arrecife, murió de muerte natural, pero su fallecimiento puso bajo sospecha durante un tiempo a la comisaría de la Policía Nacional.

La hermana del fallecido exhibió entonces varias fotografías como prueba de su denuncia contra la policía, a la que acusaba de haber propinado una paliza mortal al fallecido, lo que provocó que se abrieran las diligencias pertinentes para determinar lo sucedido.

Un total de tres forenses comparecieron entonces en el Juzgado, mostrando posiciones contradictorias. El juez acabó dando por buenos los testimonios de dos de los tres peritos médicos que intervinieron en el caso, Casimiro Robayna y María José Meilá, que señalaron que ningún golpe podía haber causado su muerte. Así desestimó las afirmaciones hechas por el forense José Antonio García Andrade, contratado por la familia del fallecido, quien sostenía que la causa de la muerte del inmigrante se debió a un fuerte golpe en el cuello por considerar sus afirmaciones "poco profesionales y exhaustivas".

El auto judicial hacía referencia también a las declaraciones de Juan José Hormiga, un testigo presentado por la familia de Fonseca que había sido detenido esa noche por atracar un bar de la localidad de Tías, que aseguró en su momento haber presenciado desde su celda cómo los dos policías golpeaban a Fonseca. Sin embargo, el juez dio por buenas las declaraciones de un testigo de la defensa que situaba la detención de Hormiga horas después de que se produjese la muerte de Fonseca.

El caso Fonseca, que tuvo repercusión a nivel nacional, conmocionó al pueblo de Lanzarote, hasta el punto que se sucedieron numerosas movilizaciones en la isla, por parte de distintos colectivos.

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