"Troveros de Asieta" llevan muchos años en el mundo de la música, ¿en qué momento se encuentra actualmente el grupo?
Hemos tenido bastante evolución, tras catorce años en la música canaria. Comenzamos en el año 91 como un cuarteto en nuestra isla de La Palma, con un disco que llevaba por título "Tradicional" y que recogía un poco la herencia de las influencias de la música canaria traída por nuestros abuelos, por nuestros antepasados. Después fuimos creciendo como músicos y como personas, y hemos ido añadiendo la creatividad de nuevos componentes. Nosotros hemos unido el concepto tradicional con música de raíz y de fusión. Lo que predomina es el patrón básico rítmico cubano, pero las armonías se pueden ubicar perfectamente en otras músicas. Por ejemplo, dentro del latin jazz, o de la música africana.
¿Cómo describiría su nuevo disco, basado en el espectáculo musical "Bailando con Lecuona"?
Pues ha sido el aglutinante de un espectáculo formado por un elenco de veinte artistas, con baile y audiovisual, que hemos elaborado a lo largo de los dos últimos años. Ya teníamos previsto hacer un espectáculo homenaje a Ernesto Lecuona y cada vez que tropezábamos en un escenario con artistas importantes, como Olga Guillot, Cachao, Michel Camino o Manolito Simonet, le hacíamos una entrevista. También hemos incorporado una parte documental con audiovisuales que van hablando de las vivencias personales de estos artistas que compartieron momentos con Lecuona.
¿Por qué Ernesto Lecuona?
Ernesto Lecuona tiene ascendencia canaria, su padre era de Tenerife, y nosotros buscábamos a alguien que uniera América con Canarias. De hecho, él muere en Tenerife en 1963. Al mismo tiempo, Lecuona es el músico cubano más importante del siglo pasado, al que, hasta ahora, no se le había hecho ningún homenaje con un espectáculo en directo o con un disco en Canarias. Ernesto Lecuona era tan importante que Alfredo Kraus le dedicó un disco entero, así como Los Panchos Michel Camino, o Chucho Valdés. Pero nosotros le hemos querido dar otro toque, hemos transgredido un poco lo que se había hecho hasta ahora, siempre respetando las melodías y el concepto básico de su creador.
¿Cuáles han sido los resultados de esa labor de documentación e investigación sobre el músico "canario-cubano"?
Cada uno sabía cosas sueltas sobre Lecuona, pero muchas de ellas no se habían puesto en común, y en ese sentido sí ha habido un trabajo de investigación. Además, partimos de setenta obras y al final se hizo un espectáculo de catorce. Pero éste siempre ha sido pensado como un espectáculo en directo, algo que al público le resulte bonito, divertido y estimulante. La selección de obras de Lecuona son obras que se interpretan con una banda de doce músicos y a veces con baile, y en otras, por ejemplo, con un cuarteto de músicos para un tema instrumental de latin jazz, o un tema para piano, voz y cantante, por ejemplo, "La malagueña", que incluso es una fusión entre "La malagueña" de Lecuona y nuestra "malagueña" canaria.
¿Y cómo cree que recibirá el público conejero este espectáculo?
Pues yo creo que, por lo menos, con curiosidad. La filosofía del trovero es mimar al público, así que nosotros pensamos al revés: las cosas tienen que funcionar en directo y después, al estudio de grabación. Queremos hacer vibrar y llorar al público, crear sentimientos en ellos.
¿Cómo ve actualmente el panorama musical canario?
Yo creo que se da pocas alternativas a gente nueva que está haciendo cosas diferentes. Nosotros, después de tantos años, nos codeamos con diferentes grupos, pero se echa en falta caras nuevas, por lo menos a nivel mediático. En Canarias también faltan lugares alternativos para que los músicos puedan desarrollar su música. Aunque ahora, nosotros tenemos que agradecer un nuevo circuito que está empezando a funcionar, con el que vamos a Fuerteventura y Lanzarote, el Circuito de Islas de Música, Teatro y Danza, pero está empezando a funcionar ahora. Además, hace falta más dinero y presupuesto para la música popular y de raíz. Nosotros, para salir a Madrid, Barcelona, Francia o Cuba, nos ha costado un ojo de la cara y parte del otro.
¿Y cómo se han sentido al tocar en Cuba?
La verdad es que nos pareció un atrevimiento. La ventaja es que nosotros no estábamos en el patrón tradicional por lo que podíamos hacer todo aquello que los propios músicos cubanos no hacían ya que allí la música tradicional cubana se ciñe a formatos muy ortodoxos. Así que les sorprendió y al final les gustó porque habíamos sido más transgresores.
