- ¿Cuáles son los objetivos y prioridades que se ha marcado al frente de la confederación para el próximo mandato?
Tal vez el instinto interior del empresario, hablo en general, es que no han valorado la importancia y la trascendencia que tiene ser miembro de la Confederación Canaria de Empresas. Lo primordial es intentar hacer llegar al empresario la importancia que tiene la Confederación y las aportaciones que podemos conseguir con ella. Porque hasta ahora la ven como algo lejano y distante. Tenemos que cambiar el chip. Estamos sentados en más de 72 mesas con representatividad directa desde el sector empresarial. Y a lo mejor no lo hemos sabido aprovechar desde la parte proporcional que nos correspondía. Estoy intentando que cualquier sectorial, que está integrada en la Confederación, se aproveche de la influencia, fuerza y valor de la organización para conseguir objetivos que nos beneficien al conjunto de la sociedad empresarial y a la sociedad en general.
- Usted dice que los empresarios tienen que ser conscientes, pero ¿de qué forma redunda positivamente el estar integrado en esta Confederación para las empresas, especialmente, para las pequeñas y medianas empresas?
Tanto Lanzarote como la isla de Fuerteventura están integradas en la Confederación. A través de esas organizaciones empresariales que existen en Lanzarote, las grandes, pequeñas y medianas empresas están integradas en esa Confederación de Lanzarote, que tiene representantes en la Junta Directiva en la Confederación Canaria y tiene a un miembro, su presidente Juan Guerra, en el Comité Ejecutivo de la organización. Por tanto cualquier asunto relacionado con el sector empresarial va a tener una representación directa para defender los intereses generales de su sector. ¿Cómo intervenimos? A través de los presidentes y corporaciones como son los Cabildos. Tenemos líneas directas con los ayuntamientos, con el propio Gobierno de Canarias, con el Gobierno central. En un momento determinante, como ahora, donde estamos negociando el desarrollo del reglamento del REF canario, que se aprobó en diciembre del año pasado, intentamos resolver algunas lagunas que entendemos que existen, y poder evitar malas interpretaciones, sobre todo, en lo que concierne a la reserva de inversiones. Estamos ya inmersos en esa batalla desde Madrid y desde el propio Gobierno de Canarias para resolver ese asunto, porque tenemos un plazo máximo hasta el próximo mes de octubre.
- ¿Tanta importancia tiene ese reglamento para los empresarios?
Es una situación donde todos los sectores, grandes, pequeños o medianos vamos a beneficiarnos. Porque incluso yo diría que el más perjudicado con esta nueva REF es el pequeño y mediano empresario donde tiene que decir previamente, con mucha antelación, donde van a invertir el dinero en mejoras para su empresa. Pero es demasiado la antelación y eso es algo que el pequeño y mediano empresario no puede establecerlo. Además, estamos representados en la Autoridad Portuaria, somos asesores del presidente del Gobierno de Canarias, en la Universidad, en el Consejo económico y social, en la zona franca. Es un abanico tan amplio que no han sabido transmitir los representantes sectoriales...
- ¿Y qué otros retos se plantean?
Ahora mismo tenemos un problema, porque a partir del 2009 una directiva europea hará que se puede instalar cualquier negocio libremente, sin normas de actuación ni crecimiento en todo el territorio de la Unión Europea y desde Canarias creemos que nuestra situación es complicada. Porque son islas dispersas, pequeñas, muy pobladas, y para Canarias no puede existir una ley tan abierta porque ya es difícil convivir el mediano y pequeño empresario del sector, sobre todo, de comercio. Estamos llevando a esa denunciaa Madrid y ellos están en la misma línea. Ya no sólo para defender a Canarias. Le han visto también las orejas al lobo y en la península tienen que tener mucho cuidado, porque las empresas pequeñas lo pueden pasar mal.
- Da la sensación de que existen demasiados enfrentamientos entre los empresarios y son incapaces de defenderse ellos mismos.
Yo creo que lo que ha existido en Canarias es que hay muchas personas que van a las patronales para defender intereses particulares o de grupos particulares. Y ha sido un error que nos ha pasado factura. El empresario tiene que ser plural. El que llega a una patronal tiene que trabajar, la mentalidad es ir voluntaria y altruistamente. A partir de ahí tienen que trabajar por el bien colectivo. Para el grande, pequeño o muy pequeño. Desde esa concepción hemos perdido muchos años, en esas peleas absurdas, y veo en la distancia la situación que existe en Lanzarote. Yo apoyo el tema del puerto Schengen, igual que en Fuerteventura, porque es primordial para generar valor añadido y tener ese control de fronteras para poder recibir visitantes, o mercancías de otros países a través del Puesto de Inspección Fronterizo, PIF. Pero a lo mejor en vez de estar en los medios con denuncias debería existir más diálogo con la Administración. Y eso sería más positivo que salir en los medios, porque al final hay un enfrentamiento y la gran perjudicada es la Isla, ya que se retrasa algo que con buena voluntad y diálogo se puede resolver en cuestión de meses. Si unificamos criterios ante Canarias, Madrid, Bruselas, si estamos juntos, nos van a prestar más atención y nos van a respetar mucho más. El trabajo de unidad empresarial, del mismo diálogo. Tener el mismo discurso aquí que allá, y allá que aquí nos va a hacer mucho más fuertes. Tenemos que estar en estos meses de negociación del REF, que aparece en artículos del nuevo Estatuto. Si nos ven juntos nos hacemos fuertes, si nos ven de forma individual nos debilitamos.
- Habla de esa expansión incipiente apoyada desde el Gobierno de Canarias hacia el continente africano, pero ¿qué posibilidades reales brinda esa expansión? Sabemos que las grandes empresas, son las que tienen más facilidad para instalarse, pero ¿de qué manera puede repercutir en esas las pequeñas y medianas empresas?
Si hacemos una política de comercio exterior más práctica, más real. Menos viajes, menos ferias y más trabajo entre empresarios de ambas orillas. El pequeño y mediano empresario es el que toda la vida ha desarrollado el comercio exterior con África. Los últimos años por muchos factores, por la mala negociación de la integración de Canarias en la Unión Europea, nos prohibieron exportar productos, sobre todo, productos de alimentación. ¿Y quién se ha aprovechado de esta deficiencia? Francia.Nos va a costar volver a conquistar países tradicionales nuestros de la costa africana. Desde noviembre del pasado año, ya podemos volver a llevar ese tipo de productos, aunque con una burocracia excesiva, pero ya se puede y se puede ir mejorando. Es el pequeño y mediano empresario el que puede hacer más negocio en esos países porque tiene una mentalidad más abierta. Las grandes empresas irán a cosas muy puntuales. Los empresarios canarios, grandes o medianas constructoras ya están participando en concurso desde la UE y construyendo en Mauritania, Cabo Verde, Marruecos, Senegal, Guinea, pero no hacer viajes para ir a una feria estar cuatro días, comer y hacerse las fotos. Lo que tenemos que hacer es analizar ese viaje tres meses después. ¿Qué repercusión tuvo? ¿Qué continuidad? Las cámaras tienen la obligación de invertir el 80 por ciento de su presupuesto y reinvertirlo en exportación. La Cámara de Comercio de Gran Canaria, que es la que más cerca tengo, ha hecho excesivos viajes pero ha tenido poca repercusión o poco aprovechamiento. Lo que tenemos que hacer es desde el sector empresarial que es la Confederación, el auténtico representante empresarial, es llegar a esos mercados a través de ese conjuntos de empresarios que sabemos que tenemos en nuestro entorno.
