Los establecimientos hoteleros de Lanzarote cuyas licencias han sido declaradas ilegales podrían estar buscando la complicidad de los sindicatos para "evitar que se cumpla la sentencia", que en algunos casos, conllevaría la demolición. Lo ha denunciado este miércoles el secretario de acción sindical de Comisiones Obreras en Lanzarote, Ramón Pérez, en el programa Buenos Días Lanzarote, de Radio Lanzarote, donde ha asegurado que están recibiendo "orientaciones" de las cadenas de hoteles sobre "qué hacer y qué no hacer, en cuanto a la pérdida de puestos de trabajo".
El sindicato siente que las cadenas hosteleras se intentan "aprovechar" de una situación que "han generado ellos por el afán y por todo este tipo de intenciones tan tremendas y todo ese dinero que ha circulado por el territorio". Aseguran que no pretenden abrir ninguna guerra contra las empresas, pero creen que "quien no ha cumplido la legalidad tiene que cumplirla ahora". Eso no impide, según Ramón Pérez, que busquen vías para modificar o subsanar lo que "han hecho mal".
"Es que hacen las cosas mal y luego vienen a recurrir", ha valorado el secretario sindical. Además, se ha mostrado especialmente duro con la fiebre de la construcción vivida en los últimos años en Lanzarote. "Ha habido un bienestar en un momento determinado, que sonaba a algo y que nos tenía embobecidos, pero eso era pan para hoy y hambre para mañana",ha descrito Pérez, "y ahora estamos en el hambre".
Entre las licencias que ha recurrido el Cabildo y las que ha impugnado la Fundación César Manrique, se han acumulado sentencias que han dejado a más de veinte establecimientos fuera de la legalidad, aunque no todas derivarán en la demolición. Lo cierto es que, de momento, el único caso explícito es el Hotel Papagayo Arena, ya que al margen de la nulidad de la licencia, tiene un expediente de expropiación abierto por la Dirección General de Costas para proceder a la demolición.
Por su parte, la presidenta de la Primera Institución, Manuela Armas, está manteniendo reuniones con promotores con el fin negociar alternativas al derribo, regularizando su situación, aunque ya aseguró en su momento que en muchos casos iba a ser "muy difícil".