El concepto de bus turístico que cualquier viajero relaciona con las grandes ciudades, desde Las Palmas a Londres, pasando por Madrid, podría empezar a funcionar en Lanzarote. Eso sí, siempre y cuando la iniciativa privada que quiere echar a rodar este tipo de guaguas por las carreteras de la isla consiga superar los baches que se está encontrando en la carretera de la burocracia, ésa que hay que recorrer entre el origen que es la idea emprendedora y el destino que es la realidad empresarial.
Todo empezó en junio del año 2006 cuando los promotores de este nuevo concepto de visita turística presentaron su proyecto al Cabildo de Lanzarote. El objetivo, obtener una pronunciación por parte de la institución insular y empezar a recopilar los necesarios permisos para la puesta en práctica de la idea, implantada en los principales destinos turísticos del mundo.
La idea
Lanzarote Vision es el nombre del proyecto que aspira a facilitar a los turistas la posibilidad de recorrer toda la geografía de Lanzarote gracias a 2 rutas circulares, 18 paradas, 1 intercambiador y 4 vehículos. Cualquier turista podría subirse a una guagua de dos plantas ?la superior descubierta- y recorrer la isla a su ritmo, ya que los vehículos pasarían por las paradas cada hora.
Una de las rutas realizaría el siguiente recorrido: Costa Teguise-Arrecife-Monumento al Campesino-Teguise-Haría-Cueva de los Verdes-Jameos del Agua-Arrieta-Jardín del Cactus-Fundación César Manrique-Costa Teguise. La otra, en la parte sur de la isla, sería la siguiente: Puertos del Carmen-Tías-Monumento al Campesino-Mozaga-La Geria-Yaiza-Timanfaya-Playa Blanca-Costa Calero-Puerto del Carmen.
Así, un turista que se subiera a la guagua en Costa Teguise podría bajarse en Arrecife, dar un paseo, y una hora más tarde volver al vehículo para llegar, por ejemplo, hasta Teguise. Si una vez allí decidiera que le apetece quedarse a comer, no estaría condicionado por el transporte, gracias a la frecuencia horaria. Y de vuelta a su hotel podría detenerse en alguno de los centros turísticos y realizar la visita a su ritmo.
Se trata de un producto pensado para todos los públicos ?incluidos los residentes, que podrían ver la isla con otra mirada-, incluidos aquellos viajeros a los que no les gusta contratar paquetes, que prefieren ir a su aire, sin someterse al esquema de una excursión en grupo. Lanzarote Vision podría ser una alternativa para los que no saben o no quieren conducir, incluidas personas de mayor edad y discapacitados. Todos ellos accederían, además, a información turística en ocho idiomas, visada por un guía titulado.
Los promotores consideran que el proyecto sería beneficioso para el sector turístico ya que respondería a las inquietudes de los turistas que no quieren viajar encorsetados, conviviendo con las fórmulas tradicionales que continúan en boga en la actualidad.
Entre los beneficios se apunta, incluso, a la desmasificación de los centros turísticos, al límite en horas punta, ya que los visitantes llegarían poco a poco, con 60 minutos de diferencia, facilitando el acceso.
La idea, que atiende a cuestiones prácticas, también tiene algo de filosofía: favorecer el respeto a la isla. En la actualidad, el 65% de lo que un visitante paga por un paquete turístico se queda fuera de Lanzarote. Promoviendo la auto-excursión el visitante se dejaría más dinero en la economía local, eligiendo, entre otras cosas, dónde come y dónde compra, qué come y qué compra.
La previsión del Cabildo
El viaje de esta guagua, iniciado en el año 2006, ha "pasado" por seis ayuntamientos, los dos puertos, los centros turísticos e incluso instituciones privadas, además de por el Cabildo, porque a todas estas entidades se dirigieron los promotores para realizar los trámites necesarios previos a la puesta en marcha. Por el momento, y después de muchos trámites, la guagua sigue "aparcada" y, por tanto, la inversión parada.
Eso sí, el consejero de Transportes del Cabildo de Lanzarote, Ramón Bermúdez, asegura que en el año recién estrenado este proyecto será una realidad. "Se han ido recabando los informes oportunos, se han abierto alegaciones por parte de las empresas que podrían verse afectadas y ahora mismo lo que falta es la información sobre el kilometraje para, en base a ello, fijar tarifas". Asegura el consejero Bermúdez que ahora mismo se están acometiendo los últimos trámites ?que afectan a distintos departamentos de la institución insular- y que el futuro de esta iniciativa podría despejarse en menos de un mes. "Después sólo quedaría la adaptación de los vehículos", concluye el responsable de Transportes.
