Las aguas cristalinas de Lanzarote y La Graciosa, el buen clima y la biodiversidad marina que habita en las costas canarias atraen cada año a miles de turistas. Estas islas atlánticas aguardan en su litoral delfines, ballenas, tortugas y hasta tiburones. Sin embargo, la llegada de visitantes no concienciados a veces trae consigo prácticas dañinas para el medioambiente y riesgo para la preservación de los animales marinos.
Las especies marinas de Lanzarote y La Graciosa se enfrentan cada vez más a prácticas que distorsionan su rutina e incluso ponen en riesgo su conservación. Entre ellas, el feeding, que consiste en alimentar animales salvajes para atraerlos ya sea para verlos más de cerca o fotografiarse con ellos. A lo que se suman, otros malos hábitos mientras se hace snorkel o buceo, por ejemplo, no respetar la distancia adecuada e incluso tocar a los animales.
Entre los animales marinos de las islas amenazados por las malas prácticas bajo el agua, los tiburones se enfrentan a diferentes amenazas, desde la pesca incidental, también conocida como bycatch, cuando estas especies son capturadas por accidente, la pesca fantasma, producida por redes abandonadas en los fondos oceánicos, e incluso la pesca turística ilegal de tiburones que ha llevado recientemente a una condena en Lanzarote, pasando por la contaminación, la masificación turística en zonas de reproducción a la destrucción de los ecosistemas marinos.
"La alimentación de animales salvajes crea malos hábitos en el animal y riesgo", alerta el biólogo marino Giacomo Palavicini, que además de científico ha sido durante años instructor de buceo en Lanzarote y se encarga de divulgar en la isla buenos hábitos a la hora de interactuar con especies marinas, como los tiburones.
Este experto explica que los animales que son alimentados por bañistas o por algunos buceadores, pueden acostumbrarse a demandar alimento a otras personas y, en ocasiones, aquellos que deciden no darle comida pueden acabar sufriendo mordidas e incluso ocasionando que el animal los persiga durante una inmersión.
"Nosotros nos metemos en el mundo de los animales marinos y tenemos que respetar ese entorno y entender que si bien podemos disfrutar de las playas, hay que ser responsables con los animales y el medioambiente", señala Palavicini durante una entrevista con La Voz.
Las morenas sacrificadas en Honduras
Para explicar cómo esta mala praxis puede suponer un riesgo para la vida de los animales, Palavicini indica que durante el tiempo que vivió en Honduras tuvo que trasladar a varias morenas a otros espacios marinos porque existía la costumbre de alimentarlas y estos animales comenzaron a protagonizar encontronazos con los bañistas. "Es un predador, puede ser muy agresivo y ha habido casos de incidentes muy graves", indica. A raíz de estos incidentes, tuvieron que pescar a las morenas y cambiarlas de sitio. Aquellas que no se adaptaban, como última alternativa, tenían que ser sacrificadas. "Por una mala práctica ponemos en riesgo la vida de un animal", resalta el experto.
A pesar de estos casos, explica que hay esperanza. "La ventaja es que si se para la actividad de la alimentación, los animales después de un periodo de tiempo largo recuperan otra vez su costumbre y pueden seguir su camino", explica el instructor. Antes de Lanzarote, Palavicini trabajó en el mar Caribe en proyectos de conservación de tiburones. En este sentido, mantiene que "que podamos ver a un tiburón bajo del agua, a un delfín, a una ballena o a un chucho es un privilegio del que muchos lugares no gozan" y, por ello, hay que cuidar el océano.

El angelote, que tiene en Lanzarote su última esperanza
Durante el día, el angelote (Squatina Squatina), una especie de tiburón, se oculta sobre los fondos arenosos de Lanzarote, La Graciosa y el resto de islas Canarias. El archipiélago atlántico es para este pez ángel, uno de los más amenazados del planeta, un halo de esperanza para su supervivencia y el único sitio donde aún puede avistarse con frecuencia.
Esta especie se enfrenta a situaciones de estrés cuando algunos buzos deciden removerles la arena para verlos nadar. "No podemos molestar al animal porque el animal gasta energía al enterrarse y cada vez que removemos la arena, exponemos al animal, que tiene que gastar más energía", continúa.
Estos animales también se ven molestados durante el invierno, en su época de apareamiento, cuando algunos buzos "no toman la distancia correspondiente" y "se acercan de más para hacerse la foto". "Podemos molestar al macho o la hembra y que no se dé la la copulación, lo cual ya es un riesgo para la población de tiburones", expone, a lo que añade que "si se logra la copulación tienden a ser agresivos, habiendo un riesgo de poder ser mordidos por el tiburón", resalta.
Un trabajo de conservación de tiburones en Honduras
El biólogo marino Giacomo Palavicini creó el proyecto Shark Legacy Project cuando vivía en Honduras en 2009. Entonces convenció a las autoridades hondureñas, las organizaciones no gubernamentales e instituciones privadas para trabajar con tiburones y prevenir la pesca incidental, que estaba amenazando su supervivencia en el país americano.
"Surgió con la idea de transmitir que los tiburones tienen una gran importancia ambiental, ya que se encargan de la densoregulación de las poblaciones de peces y es un indicador de bienestar, pero también es un generador de ingresos económicos fuertes vinculados al turismo en la zona", apostilla Palavicini, que lleva ocho años asentado en Lanzarote, trabajando como instructor de buceo y biólogo marino.
Un caso de pesca masiva de crías de tiburón fue el detonante de que las instituciones hondureñas decidieran aplicar a todo el país una moratoria total de pesca de tiburones, creando el primer santuario de América de estos animales marinos. "Fue muy bonito ser parte de eso y el Shark Legacy Project fue el objetivo y se logró en Honduras", continúa.
Los tiburones son predadores tope, es decir, que se sitúan en la parte más alta de la cadena trófica y se encargan de mantener las poblaciones de peces sanas. "Por ejemplo, si queremos tener unas poblaciones de peces comerciales, como meros, pargos y el resto de peces que comemos día a día, hay que cuidar a los tiburones porque se encargan de comer a peces enfermos que podrían infectar a las poblaciones sanas de peces", continúa el científico.
Por otra parte, indica que hay que desmitificar la idea de que los tiburones buscan morder a los humanos. "Cada animal tiene su temperamento, pero los tiburones no evolucionaron para comer seres humanos, evolucionaron para comer peces y animales del mar", indica.
El legado ambiental de Lanzarote
Aunque en Lanzarote no se pueden avistar especies de tiburones con tanta frecuencia como en Honduras, este biólogo marino explica que la isla se puede considerar "una zona de alta importancia de avistamiento y presencia de angelotes", una especie que está en peligro crítico de extinción. Palavicini añade que aunque su población a nivel global está en decadencia, "todavía se ve muy frecuentemente, sobre todo durante el invierno, que es su época de reproducción".
El avistamiento de especies marinas únicas, como es el caso del tiburón ángel, es uno de los atractivos turísticos que atraen a viajeros aficionados al buceo. Sin embargo, el angelote no es el único tipo de tiburón que se puede observar en la isla, donde también se hayan las tintoreras (tiburones azules) o el marrajo (tiburón de aleta corta). "Hay especies que se ven en otras islas, dependiendo del alimento que haya en la zona y del movimiento de las corrientes", continúa Palavicini.
"La gente viene a Lanzarote para ver la belleza de la vida marina y si la destruimos, pues esto tarde o temprano se acaba. De este hay ejemplos en todo el mundo, hay lugares donde solía haber vida marina abundante y hoy no hay nada", indica. "Lanzarote es igual de vulnerable, Canarias es igual de vulnerable que cualquier otro lugar en el mundo, pero se puede hacer algo, no estamos perdido", añade.
Finalmente, este biólogo marino defiende que los canarios "son gente muy orgullosa de su legado, de su historia y el mar es parte de su historia". Así pues, "hay que resaltar esa parte bonita, cuidarla".











