El IX Concurso de Microrrelatos de Radio Lanzarote ? Onda Cero, dedicado este año a César Manrique con motivo de su centenario, continúa recibiendo más historias. El plazo de presentación se abrió el pasado 1 de julio y terminará el 31 de agosto. Hasta entonces, los interesados pueden enviar sus relatos al email concursorelatos@lanzarotemedia.net, con una extensión máxima de 100 palabras, incluido el título en el caso de que lo lleve.
En cuanto al tema, en esta edición deberá tener como protagonista a César Manrique o alguna de sus obras paisajísticas, como pueden ser los centros turísticos de Jameos del Agua o las Montañas del Fuego, o alguna de las casas que habitó el artista.
El fallo del certamen, organizado en colaboración con la Fundación César Manrique, se hará público en la segunda quincena de septiembre. En cuanto a los premios, el ganador recibirá una televisión valorada en unos 300 euros, un pack de productos del centenario de Manrique y un pack de libros editados por la Fundación. El segundo premio será una tablet valorada en unos en 200 euros, un pack de productos del centenario y un pack de libros editados por la FCM; y el tercer premiado se llevará unos auriculares inalámbricosvalorados en unos 100 euros, así como un pack de productos del centenario y un pack de libros.
Cada autor podrá enviar un máximo de cinco relatos, que podrá firmar con pseudónimo, aunque deberá indicar siempre un nombre y un teléfono de contacto. Los relatos se leerán en el espacio 'Lectura en la Radio' de Radio Lanzarote-Onda Cero y se irán publicando por orden de recepción en La Voz de Lanzarote.
FAMARA
Había recorrido los treinta y un kilómetros desde la Costa Norte, en una fría noche invernal, hasta aquel lúgubre lugar a escasos metros de la Casa del Volcán.
Al entrar solo respirabas el olor intenso a tabaco y alcohol, de hombres que solo buscaban el mercadeo de mujeres ambiciosas de dinero.
No era mi mejor opción, pero llevaba demasiado tiempo enamorado de aquel paisaje de Famara ilustrado en un cuadro y al que aquella marchante de arte me acercaría para su compra.
Pero tonto de mí, porque ella lo vendió al más rápido que iba con dinero en mano.
Despertar
-Usted estaba allí, ¿puede contarnos lo sucedido?-
Anne empezó a mover los labios, pero lo único que rompió su silencio fueron sus lágrimas temerosas del recuerdo. Volvía a ver con absoluta nitidez las piedras de la tumba de César Manrique cayendo, empujadas por el aire del interior, arrastradas por la tierra, y una sombra abalanzándose sobre ella, fue lo último antes de desmayarse.
El locutor no apartó el micrófono, ni desvió su mirada.
Anne bajó la cabeza, se llevó una mano al cuello, como para colocarse bien el pañuelo, palpando bajo sus dedos dos pequeñas heridas circulares... y sonrió.
Conciencia
A la mañana siguiente destacaban las huellas de unos pies descalzos encaminándose hacia El Palmeral. Allí, en el estudio, la luz permaneció encendida toda la noche. Cuando llegaron, claramente pudieron ver las pisadas frente al portón principal, cerrado. Los intentos por abrirlo terminaron cuando éste se abrió bruscamente de par en par mostrando, ante los incrédulos ojos, la falta de color. Ni uno sobrevivía tras los muros: coche, plantas, paredes, maderas, vidrios... Incluso la niebla que cubría todo hasta las rodillas era gris. En cuanto alguien puso un pie dentro decenas de coloridos extraños peces se abalanzaron sobre él.
Sin título
Hace tiempo que la bestia duerme. Hilario, rey auto- ungido del reino de escorias surgido del averno, se adentra cual Quijote enloquecido. Como escudero, su camello. Atrás queda el desvencijado caserío. Planta una higuera, que cuida con mimo pero nunca da fruto.
Abril, 2019. En el jardín muerto, allí donde un joven César la rescató del olvido, la higuera reverdece como amor invernal. De sus esqueléticas ramas cuelgan tímidas hojas. Protegiéndola, su fiel escudero. Y de pronto, surge la flor. La de Hilario. Dentro, un corazón, chiquitito y arrugado late fuerte. El corazón de la bestia, dormida pero nunca muerta.
Realidad
Prestos agarraron al compañero impidiendo lo arrastraran. A poco ellos tornaronse también en gris, así como la tierra levada y todo en derredor. Los peces pasaron tirando de una amalgama de hierros, vidrios y maderos convertidos en carroza. No fue difícil seguir su ruta, era lo único colorido, cuando no se miraba al cielo o al mar. De camino a la playa?. "Llevo unos días en que te siento distante, aunque pudieran ser años" pensó mientras sus manos, convertidas en pinceles, no cesaron sus movimientos sobre el esperpento, única su visión, mirase donde mirase. En el Taro se detuvo.
BRUJAS
Cuando el sol cae y nadie queda en el lugar del Diablo, montadas en sus escobas aterrizan en Timanfaya: Guatiza, Famara y Tahíche. Melenas canosas, alguna verruga y oscuros ropajes.
Reuniones cultas para dar cuenta de problemas sociales y posibles soluciones. Escondite ardiente donde preparan suculentos manjares con gaseosa y escaso vino porque el vuelo con alcohol no está permitido.
Sobre la rejilla colocan sus viandas y el calor de las entrañas terrenales hace el resto. ¡Qué gran desarrollo sostenible! Murmuran mientras devoran.
¿Pensaría Manrique en tan pacífico Aquelarre?
"El camino a seguir"
-"¿Orzola?"- Repitió el empleado de la gasolinera, y señalando hacía el norte le indicó: -"Siga hasta la rotonda, continué todo recto otros 300 metros y verá un cartel grande, a la derecha pone Punta Mujeres, Jameos del Agua, Cueva de los Verdes y Orzola, ¿si? Pues siga ese camino pasando un cangrejo metálico en medio de la carretera, pase el cruce de los centros turísticos, verá unas playas de arena blanca, hasta llegar al final al puerto, eso es Orzola."
Retorno
Tal cantidad de lágrimas brotaron de sus ojos que pronto formaron un río por el que, incluso, se podía navegar. Así, del Taro al Reducto no le llevó más de cinco minutos. Allí se integró entre el público congregado. Ya habían pasado siete días y todos seguían esperando, aún sin saber qué, aún sin saber que entre ellos se encontraba. Si hubiesen mirado a la orilla hubieran visto a un hombre descalzo dejándose acariciar por el mar. Con los primeros fuegos la cubierta del hotel explosionó en millones de mariposas multicolores? el hombre en la orilla... ya no estaba.
MUTACIÓN
La tierra abrió la boca mostrando su garganta de fuego, que en arcadas convulsas vomitó incandescentes detritos.
Fosa gigante a cielo descubierto desprovista de vida y de muertos, que el artista pinceló de verde, de espinas, de efímeras motas de color.
Eden en medio del infierno.
Paraíso detrás de muros franqueables, que espera la llegada de otros Adan y Eva.
Hermosas Burbujas Simbióticas de Arte-Naturaleza,
El insaciable y temido Volcán brotaba por la inmensa e intrincada naturaleza salvaje en perfecta simbiosis vanguardista con el arte y la conservación, que conjugaba con el amor a los valores etnográficos.
Emanaban inmensas y bellas burbujas de ardiente y viscosa lava que se mimetizaban con el hermoso paisaje y la defensa de enraizados convencimientos en una arquitectura mental inédita.
Indescriptibles burbujas explotaban para crear un hermoso y excéntrico hogar para el disfrute, visión intrépida de la naturaleza.
Desde otra burbuja, el Mirador del Río, veía el cosmos y astrofísicamente, ondeaban bellas banderas.
Sin Título
Titán!. Mazinguer mecano!. Quien te alzó en lugar tan prominente, dominando horizontes, te erigió en guardián y memoria.
Hacia ti hay que levantar los ojos, geométrico gigante blanco!, y tener el valor de sostener la mirada de tus cuencas acuosas.
Porque no se puede, no se debe olvidar, el trabajo, el sudor y la sangre que te esculpieron!
Ahí sigues, inamovible en tu silencio elocuente, a la espera que algún día alguien sepa interpretar tus palabras.
Liturgia nocturna
Cada día, tras apagar las luces, un baile de imágenes vaporosas emergen de la oscuridad de la cueva.
En las paredes, delante de una fogata, están ahora reflejadas las sombras de los aborígenes que rinden culto a sus dioses protectores. No tienen una imagen real de esos seres que veneran.
Tras un largo silencio esperan, con respeto, escuchar las voces atrapadas entre aquellas paredes cóncavas. Esas mismas palabras, las que un tal César y Jesús pronunciaron en torno a la iluminación, son repetidas con devoción durante la noche; hasta que alguien, al alba, prende la luz.
Cautivo de tu hermosura
A César Manrique
Desde el mar hacia tierra adentro
un ponto negro, extenso, diviso
y aquella puerta al paraíso
abre el corazón a mi encuentro.
Paso la mirada hasta el centro
donde la negra piedra es el piso
el Timanfaya humilde, sumiso
en tu lecho clivoso vive dentro.
Y con ansias de querer protegerte:
tierra, costumbre, cultura, presencia,
soy, con todo honor, tu fiel lacayo.
Y bendigo a la vida mi suerte
al brindarme tan noble indulgencia
de nacer donde más beldad no hallo.
Sin Título,
Hace tiempo que ha descubierto que Lanzarote es su lienzo, aunque en realidad todo haya estado siempre. Con ojos infantiles el artista contempla maravillado los paisajes calcinados. Fecundas barrigas encaladas al sol se combinan con níveos cubículos rectilíneos, mientras la reja del arado completa el juego de simetría perfecta, rindiendo homenaje al sudor ancestral. Suaves murmullos de sal bañan las costas de su isla imaginada. Las palmeras, molinos al viento, bailan la danza del alisio. Mientras contempla satisfecho su obra, piensa en que sólo pide que la cuiden. Saber ver y no mirar, dice, es la clave. Cuánta razón lleva.