YA VIENEN LOS REYES MALOS...

Como cada año, los reyes que menos trabajan del mundo ya están aquí (me refiero a los imaginarios). Melchor con su espesa barba blanca copiada de Papa Noel y madera de líder es un guiri capitalista que en realidad subcontrató a los ...

9 de enero de 2006 (21:00 CET)

Como cada año, los reyes que menos trabajan del mundo ya están aquí (me refiero a los imaginarios). Melchor con su espesa barba blanca copiada de Papa Noel y madera de líder es un guiri capitalista que en realidad subcontrató a los otros dos reyes para la misión. William Melchor Smith.

Gaspar es un rey de origen hispano-italiano. Trae al primero por el camino de la amargura, parando en todas las ventas que se encuentran con la intención de, como dice él "darle de beber a los camellos". Pero lo peor no es que siempre esté retrasando al grupo sino que está continuamente peleándose con los pajes de los demás y con los suyos propios. Cuando no es por el fútbol, es por política y cuando no, es simplemente porque empezaron

con las burlas y acaban a trompazos limpios, enzarzados en cualquier recodo del camino...todo un espectáculo. El uno utilizando la corona a modo de puño americano y los pajes a patadas limpias agarrándose los unos a los otros por el cuello. Y no es hasta que da la vuelta Melchor (que siempre va el primero) que dejan de golpearse e insultarse:

- Gaspar, hijo mío, podrías dar un poquito de ejemplo ¿no te parece?- le increpa con su voz grave, mesurada y acento de la base de Rota - y la próxima vez, no le des tanto de beber a los camellos que se empachan...

El de la barba marrón le mira con los ojos entrecerrados y la nariz enrojecida, casi tambaleándose, asiente afirmativamente con la cabeza. Pero lo que le entra por una oreja le debe salir por la otra porque a los diez

minutos ya está protagonizando otra tangana.

Baltasar es el que menos habla, es el rey que precede casi siempre a los dos primeros. Creo que todavía no se siente seguro dentro de este "tri-reinato" . En principio no iba a hacer la marcha como monarca sino como paje, pero teniendo en cuenta la envidiable formación universitaria y sus exquisitos modales Melchor utilizó sus influencias para que le tramitaran los papeles y ya tiene la sangre tan azul como los demás. Sin embargo en las decisiones casi nunca se le tiene en cuenta. Cuando hay una diferencia de opiniones monacal o bien es Melchor el que le recuerda quiénes mandan, o es Gaspar, el que le hace un chiste xenófobo sin mala intención pero de dudosa gracia.

Baltasar termina por no querer meter cizaña y aceptar su papel en la misión, después de todo, él es musulmán.

(CONTINUARÁ)

David Sergio

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