"La primavera ha venido.
Nadie sabe como ha sido. "
Antonio Machado.
Para algunas personas, la llegada del buen tiempo es un martirio. Por alguna extraña razón entran en desarmonía con lo que le rodea: en lugar de sentirse vivaces y de buen humor, se encuentran increíblemente cansadas y deprimidas. Es la astenia primaveral, una enfermedad psicosomática.
Toda la naturaleza incluido el ser humano se encuentra sometido a una serie de ciclos. Con la llegada de la primavera tanto el entorno como el organismo humano se preparan para una renovación que se repetirá el año próximo. Tras los meses de invierno mucho más sosegados e introvertidos, se inicia bruscamente una mayor actividad. Además por otro lado, el organismo también inicia todo un mecanismo de renovación: el sistema metabólico ha de prepararse para enfriar el cuerpo, aprovechar la luz que sintetizará ciertas sustancias presentes en el organismo, activar todo un sistema de defensa ante la acción solar, etc. Todo eso coloca el organismo en una situación estresante.
Está comprobado que el estrés disminuye la eficacia del sistema inmunitario hasta el punto de que bajo situaciones estresantes es mucho más fácil adquirir enfermedades. Con la llegada de la primavera se produce una sobrecarga en el organismo y muchas personas se sienten súbitamente cansadas, somnolientas, irritables e, incluso, deprimidas. Padecen astenia primaveral.Otras dolencias como asma, alergia, e, incluso, algunos tipos de tumores, hacen su aparición en los meses de primavera.
Los síntomas de la astenia estacional, que también se padece a la entrada del otoño, se mantienen durante el espacio breve de una semana o quince días.
La astenia primaveral se considera una enfermedad psicosomática, ya que en el 80% de los casos no existe ningún síntoma concomitante. Además de las razones físicas de renovación en el organismo es necesario hablar de unas causas de origen psíquico. La astenia constituye muchas veces, la somatización de un conflicto emocional. El número de suicidios aumenta con la llegada de la primavera, lo que hace pensar que esta estación del año saca a la .luz problemas emocionales que durante el invierno permanecen más o menos ocultos. Las personas con tendencia a la depresión perciben un contraste tan grande entre el estado de ánimo interno, gris y triste, y el despliegue vital del entorno, que se sienten deprimidas.
Aunque la astenia sea un mal pasajero es razonable querer acabar con ella lo antes posible. Para conseguirlo, una serie de buenos hábitos resultan eficaces. Nada mejor para la fatiga física que el ejercicio suave. Media hora de paseo al día es suficiente para activar todo el sistema metabólico, aumentar la oxigenación y la eliminación de toxinas y estimular el trabajo cardíaco, además de servir para fortalecer los músculos y facilitar el descanso. Es un antídoto contra el estrés. Todo ello acompañado de un régimen de vida sano y adecuado.
La necesidad de descanso aumenta durante el periodo de astenia. No se trata solo de más cantidad de sueño, sino de una buena calidad, es decir, un descanso tranquilo y cómodo. Y es que, como dijo el poeta: "Puedo parecer que soy/ y no ser lo que parezco. /Puedo dormir y soñar / que me despierto en un sueño".
Francisco Arias Solis