La coherencia de Ástrid Pérez y Joel Delgado, a prueba

Sigfrid Soria
1 de marzo de 2018 (08:11 CET)

Estuve totalmente de acuerdo con la presidenta del Partido Popular de Lanzarote cuando exigió la dimisión del presidente del Cabildo Insular por ser "un peligro para el presente y futuro de Lanzarote".

Corría el mes de octubre de 2012 y ASOLAN envió una carta a Pedro San Ginés en la que calificaba las declaraciones del presidente hechas en el Pleno del GSTC (Global Sustainable Tourism Council) en Washington el 26 de septiembre de "totalmente desafortunadas y lamentables", acusándole de manchar "el nombre de nuestra isla".

Ástrid Pérez se alineó entonces con la profunda preocupación de ASOLAN porque el "Mesías ungido con la verdad" hubiera sembrado injustificables dudas sobre la seguridad de Lanzarote como destino turístico.  Tanto se alineó la presidenta insular del PP con ASOLAN que no solo hizo suyos los reproches de los empresarios al de los "delirios de grandeza" por estar "jugando con la economía de la isla", sino que públicamente pidió su dimisión.  ¡Qué buenos aquellos tiempos en que Ástrid denunciaba sin complejos las "formas dictatoriales" de Pedro y lamentaba que el presidente salvaguardara "su sillón y los intereses de su Partido"!  ¡Qué buenos aquellos tiempos en que Astrid exigía la dimisión de quien manchaba la imagen de Lanzarote, aun no estando imputado!  Por cierto, de aquello han pasado ya casi cinco años y medio y ahora el presidente del Cabildo sí que está imputado penalmente.  Apesta el hecho de haber pasado de exigir la dimisión de quien perjudicaba el prestigio de Lanzarote, sin estar imputado, a darle oxígeno estándolo.  Como decía aquel ministro, ¡MANDA HUEVOS!

Dar cera, merecidísima, al presidente del Cabildo y a la presidenta insular del PP en este artículo de opinión es una cuestión colateral que me sirve para entrar al asunto que verdaderamente interesa.  Una de las lacras del PP y motivo de su evidente desgaste electoral es la manera en que ha gestionado el choriceo de algunos de los suyos, vamos, la corrupción.  Recientemente se ha hecho pública la denuncia de PODEMOS al Senador Joel Delgado por "cobros irregulares".

En septiembre pasado, el Senador por Lanzarote del PP, Joel Delgado, afirmaba: "Si un señor que está imputado dirige el Cabildo, habrá que buscar fórmulas para cambiar esa situación".  Al soltar la lapidaria y acertada frase, el Senador no pensó que muy poco después la fórmula que iba a buscar el PP de Lanzarote iba a ser la de apoyar al imputado con la entrada de los tres peones al Gobierno; tampoco imaginó que él mismo sería denunciado.  Cuando escupes hacia arriba, corres el riesgo de que el esputo te caiga en toda la cara.

El quid de la cuestión se resume en una pregunta: ¿qué harán tanto la presidenta del PP de Lanzarote como el propio Senador si la denuncia presentada por PODEMOS deriva en su imputación?

Dado que estoy seguro de que ni la una ni el otro van a contestar a mi pregunta, procedo a hacerlo yo mismo: EN EL MOMENTO EN QUE EL SENADOR SEA IMPUTADO, ASTRID PÉREZ TIENE QUE EXIGIR SU DIMISIÓN Y EN EL MISMO DÍA, JOEL DELGADO TIENE QUE PRESENTARLA.

Nadie entenderá que la presidenta insular del PP haya exigido la dimisión del presidente del Cabildo, sin estar imputado, por perjudicar la imagen de Lanzarote; le apoye con la entrada del PP en el gobierno, estando imputado; y no exija la dimisión del Senador Joel Delgado, estando también imputado y perjudicando enormemente la imagen de Lanzarote y del Partido Popular.  Tampoco comprenderán los conejeros que Joel Delgado se niegue a presentar su dimisión por ser imputado cuando en septiembre habló de la dimisión de Pedro San Ginés, por estarlo.

Pero de algunos Cargos Orgánicos y Públicos del PP de Lanzarote puede esperarse todo, me refiero a todo lo esperpéntico.

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