SI VE una patera, AVISE

El Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) presentado a bombo y platillo en Lanzarote hace sólo tres años, empieza a parecerse a un chiste de Gila. Y es que detectar pateras no detectará, pero sin duda está sacando muchas dosis de ...

22 de octubre de 2010 (15:38 CET)

El Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) presentado a bombo y platillo en Lanzarote hace sólo tres años, empieza a parecerse a un chiste de Gila. Y es que detectar pateras no detectará, pero sin duda está sacando muchas dosis de ...

El Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) presentado a bombo y platillo en Lanzarote hace sólo tres años, empieza a parecerse a un chiste de Gila. Y es que detectar pateras no detectará, pero sin duda está sacando muchas dosis de humor. Así, al menos, se lleva mejor la indignación que produce que una inversión millonaria no haya servido para nada. O para muy poco.

Cuando se puso en marcha el SIVE, la etapa más dura de llegada de embarcaciones ya había pasado. Sin embargo, cuando se producen repuntes como el que se está viviendo ahora, con casi una patera diaria en las costas lanzaroteñas, el sistema queda totalmente en evidencia.

Después de meses de silencio por parte de la Guardia Civil y de la Delegación de Gobierno en Canarias y en Lanzarote, mientras iban llegando pateras sin ser detectadas, por fin la noticia ya está sobre la mesa: al menos uno de los radares del sistema no funciona. Sin duda, era una obviedad que algo estaba fallando, pero hasta el momento se habían resistido a confirmarlo, e incluso se negaban a hacer declaraciones sobre el tema.

Ahora, cuando periódicos, radios y televisiones ya han conseguido confirmar que existen graves fallos en el SIVE, por fin llegan los primeros pronunciamientos, a través de la Delegación de Gobierno. Aunque en lugar de explicar con claridad qué está sucediendo, intentan minimizar el problema y afirmar que en "cuestión de días" estará resuelto.

Obviamente, dejar que trascienda la noticia de que el sistema no está funcionado entraña un peligro porque se puede convertir en un efecto llamada en las costas africanas. Sin embargo, se podría entender el silencio si habláramos de un fallo de unos días o incluso de unas semanas. Pero cuando llevamos meses sin enterarnos de quién se acerca a nuestras costas hasta que ya está en tierra, esa excusa resulta demasiado pobre.

A no ser que pretendan dejar el SIVE como un simple efecto placebo disuasorio, lo que deberían haber hecho hace ya tiempo es resolver los problemas que pueda tener o implantar otros sistemas complementarios, y no decir ahora, cuando ya no pueden seguir ocultando la noticia, que los problemas se resolverán en "unos días".

Evidentemente, hay temas en los que la seguridad puede estar por encima del derecho a la información de los ciudadanos, pero eso no lo justifica todo. Y menos aún, las ruedas de molino que está intentando hacernos tragar en los últimos días. Aunque sólo una de las pateras llegadas a Lanzarote en la última semana fue detectada en el mar, el mensaje que intentan transmitir (ahora que sí hablan del tema), es que en realidad todas han sido localizadas. Y eso, por más que pretendan decirlo para tapar los fallos del sistema, suena incluso peor.

Madrugada del miércoles en Famara. La Policía Local de Teguise recibe una llamada de un vecino advirtiendo de la llegada de una patera. Cuando los agentes se trasladan al lugar, y retienen en un primer momento a dos inmigrantes, contactan con la Guardia Civil y ésta les dice que ya sabían que llegaba la embarcación. ¿Lo sabían y no avisaron a otros cuerpos de seguridad, como marca el protocolo habitual de actuación en estos casos? ¿Lo sabían y no lograron interceptarla antes de que llegara a la costa? ¿El SIVE es en realidad un agente subido a una montaña con unos prismáticos y una bicicleta?

Viernes 15 de octubre. Una patera consigue burlar el sistema y, cuando un vecino avisa de su llegada, la Guardia Civil dice que ha desplegado un equipo de rastreo para localizar a los inmigrantes. Ésa misma tarde, un pescador tiene que volver a llamar desde la misma zona. Se ha encontrado un "pequeño detalle" que, al parecer, había pasado desapercibido al "equipo de rastreo". Nada menos que 300 kilos de hachís.

Si no fuera por la gravedad del tema, resultaría cómico. "El SIVE no va" o "SI VE una patera, avise", son sólo algunos de los chistes que han empezado a hacerse habituales, y pronto imaginaremos a Zapatero o a sus representantes en Canarias llamando a las costas africanas, en plan "¿es el enemigo?", para preguntar a qué hora pretendía salir la patera, y diciéndole que esa mañana no le viene bien, porque se les ha roto el cacharro que las detecta.

Sin embargo, detrás de todo este despropósito hay mucho en juego. Por un lado, unas fronteras sobre las que evidentemente no hay suficiente control, y que son un auténtico coladero para quien quiera venir, bien sean inmigrantes en busca de una vida mejor, o traficantes de drogas o de cualquier otra cosa. Y por supuesto, también hay vidas en juego.

Los fallos del SIVE que ahora se han puesto sobre la mesa, en realidad, no son algo nuevo. De hecho, la mayor tragedia que han vivido las costas lanzaroteñas, con el dramático naufragio de una patera en Los Cocoteros, se produjo cuando este sistema ya estaba supuestamente funcionando. Sin embargo, tampoco fue detectada.

Entonces ya se hablaba de que hay "zonas de sombra" que no detectan los radares, aunque la versión oficial, aportada por el mismísimo Rubalcaba, fue que la confundieron con una embarcación de recreo, porque estaba demasiado cerca de la costa, y que el mal tiempo que había ese día en el mar dificultó la detección. Un año y medio después, las excusas siguen siendo igual de absurdas, inverosímiles y sangrantes.

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