Ser el candidato de CC-PNC por Lanzarote y número dos por la provincia de Las Palmas al Congreso de los Diputados es una oportunidad irrechazable, al menos para mí.
Creo firmemente en el proyecto de un partido que lucha por los intereses de todos los canarios, los de nacimiento y los que se sienten canarios de corazón, de los más jóvenes y de los que tienen mayor experiencia y trayectoria a sus espaldas. Todos sumamos, todos aportamos y todos somos necesarios para conseguir que Lanzarote y Canarias, sean escuchadas alto y claro en Madrid.
No somos ciudadanos de segunda, no señor. No nos merecemos las migajas que nos dejan en los presupuestos generales del Estado, mientras nos sonríen esperando encima que les demos las gracias.
Soy joven, es cierto, pero tengo ganas de trabajar por mi isla. Los años que llevo en política y mi experiencia al frente de las concejalías de Economía y Hacienda y Urbanismo en el Ayuntamiento de Arrecife, me han hecho ver las cosas claras.
No podemos estarnos quietos, sentados en un sillón, a la espera de que sean otros los que den el primer paso. ¡No! Si queremos que Canarias ocupe el sitio que le corresponde de una vez por todas, ha llegado el momento de que nos impliquemos con actos y no con palabras.
Estamos en un momento de cambios legislativos muy importantes que afectarán a la Constitución y al REF, y que, por supuesto, afectarán a Canarias. Si no estamos donde tenemos que estar para reclamar y exigir el lugar que nos pertenece en esa tarta que se llama Estado, luego no podremos quejarnos.
Si hay alguien que lucha por nuestros intereses, yo tengo claro que es Coalición Canaria-Partido Nacionalista Canario. El diálogo y la fuerza de nuestro proyecto son las mejores armas que podemos utilizar.