Frente a la inmundicia mental de llamarme xenófobo, cuando considero fundamental para el desarrollo de España a la inmigración legal y solo la que necesitemos y nos convenga, racista, cuando tengo grandísimos amigos de todos los colores, homófobo, cuando me da exactamente igual lo que cada uno haga sexualmente siempre y cuando no adoctrine, y facha, cuando el fascismo fue un movimiento socialista y yo de eso tengo lo mismo que de cura; frente a todas esas etiquetas de la izquierda, califico a la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género como machista. La diferencia entre las calificaciones de la progresía y la mía es que yo aplico objetividad, mientras que los progres aplican ideología sectaria y manipuladora.
El PP pierde el poder en 2004 por su torpeza ante el 11-M y el PSOE lo gana por su bastarda habilidad. El caso es que la primera ley que tramitaron y aprobaron las Cortes fue un bodrio que incluso hoy día sigue vigente, una basura legislativa que enfrenta a mujeres y hombres tratando a ellas de manera diferente a ellos respecto a los mismos hechos. Algo absolutamente impensable en una democracia avanzada. Dicha ley orgánica fue aprobada por unanimidad, lo que iguala en estulticia a PSOE, a PP y al resto de fuerzas políticas que se alinearon en el sí. Por supuesto que merece la pena enumerarlas a todas: en el Congreso PSOE, PP, CiU, ERC, PNV, IU-ICV, CC, BNG, CHA, EA, NaBai; y en el Senado PP, PSOE, Entesa, PNV, CiU, CC-PNC.
Sugiero al lector que a partir de este punto gestione la lectura con cierta calma porque de no ser así, caería en un estado de agitación innecesario del que en modo alguno voy a responsabilizarme. El esperpento legislativo nace como respuesta al elevado número de muertes de mujeres en manos de hombres que había hasta el 2004, drama que la ley se proponía eliminar en un corto espacio de tiempo. Pues resulta que desde que la ley entró en vigor en 2005 han sido asesinadas 870 mujeres, más que asesinados por ETA en sus más de 40 años de actividad terrorista. Pero, además, se da la circunstancia de que aún con la misma antidemocrática ley, cuando gobernó el PSOE murieron muchas más mujeres que cuando gobernó el PP. Y ahora que vuelve a gobernar el PSOE, en el primer semestre de 2019, se ha disparado esta maldita lacra, estando ante un año con una evolución tristemente récord. Por tanto, la ley es un rotundo fracaso porque no solo no ha conseguido su principal objetivo, que mujeres dejen de morir asesinadas, sino que no ha considerado, porque no fue diseñada para ello, los asesinatos en el entorno familiar de padres, hijos, abuelos, suegros y tíos, aparte de haberse cargado el derecho constitucional de la presunción de inocencia del acusado y haber abierto la puerta de par en par a condenas sin pruebas, bastando el testimonio de la parte denunciante. Ver para creer.
En definitiva, tenemos una ley socialista, aprobada por unanimidad y sostenida durante los últimos quince años y medio tanto por el PP como por PSOE, que ha dinamitado la igualdad en el trato jurídico y judicial entre españoles y que ha permitido a los jueces imponer condenas sin pruebas, lo que la convierte es una aberración democrática. Bien, pues además de lo anterior y para el colmo de los colmos, tamaño engendro legal no ha corregido la manifestación de prepotencia más extrema de los hombres machistas y violentos respecto de las mujeres, el asesinato, que en 2008 y en 2010, es decir 4 y 6 años después de la aplicación de la ley y con los socialistas en el poder, en España tuvimos más muertes de mujeres que en 2003 y 2004 y, como el segundo semestre de 2019 sea como el primero, volveremos a tener más muertes en la actualidad que antes de que los españoles estuviéramos sometidos a este despropósito político. Eso sí, el entramado de intereses económicos derivado de esta ley ideológica en forma por ejemplo de subvenciones es como para caerte para atrás, como nos caímos todos al enterarnos de que en la Andalucía del PSOE los 43 millones para las mujeres maltratadas no llegaban a las manos de las mujeres maltratadas, sino que se quedaban en el camino de quienes enarbolan la bandera feminazi como medio de vida. Machista es perjudicar a las mujeres por serlo, machista es pues la VioGen.