Impresentable, lamentable, deleznable, vergonzoso, humillante, traicionero... Son sólo unos cuantos de los calificativos que se nos ocurren para describir el comportamiento que ha tenido la compañía Iberia. Sentimos mucho tener que ...
Impresentable, lamentable, deleznable, vergonzoso, humillante, traicionero... Son sólo unos cuantos de los calificativos que se nos ocurren para describir el comportamiento que ha tenido la compañía Iberia. Sentimos mucho tener que recordarlo, pero ya lo dijimos. Fue en la edición de ayer, en la que nuestro compañero Alex Salebe, cumpliendo con el viejo ritual periodístico de contrastar todas las informaciones, llamó al Gabinete de Prensa de la antigua compañía pública para conocer algo más del tremendo comunicado que enviaron en las horas previas a la teórica negociación con el Comité de Huelga de Lanzarote. Fue el propio Gabinete de Prensa el que advirtió a nuestro compañero de que los directivos de la compañía no se iban a presentar a la cita que se había organizado para intentar resolver un conflicto que ha puesto en serio riesgo la imagen de nuestra Reserva de la Biosfera. La excusa, mentirosa teniendo en cuenta que había dos billetes reservados que luego se cancelaron, era que no se les había convocado.
Aunque confiábamos en que todo fuera una confusión del Gabinete de Prensa, y no al revés, al final se confirmó la información. Los directivos de Iberia no se presentaron al encuentro que había organizado el Cabildo insular en coordinación con la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Canarias, la Inspección de Trabajo y la Dirección Insular de la Administración General del Estado en Lanzarote. Sólo había que ver las caras de los asistentes al encuentro para darse cuenta de la magnitud del desplante hecho por una de las partes encargada de resolver el conflicto. ¿Cómo se puede permitir el lujo una compañía privada de dejar plantadas a tantas autoridades, cómo pueden hacer una cosa así sin que suceda nada, sin que se les aplique inmediatamente una sanción por irresponsables?
Una simple compañía como es esta, de capital privado después del cuestionable proceso de privatización al que fue sometida, no puede hacer algo como lo que ha hecho. Aunque sólo fuera para hacer el paripé, tendrían que haber mandado a alguien. No han tenido en cuenta que personajes tan importantes como el jefe de la Inspección de Trabajo en Canarias, Juan de Dios Fernández, ha tenido la generosidad de suspender sus vacaciones para venir a Lanzarote a intentar resolver un problema que evidentemente ya traspasa el ámbito insular. Es obvio que ellos no entienden de generosidad ni de nada que se le parezca. Más bien al contrario, entienden lo que es la prepotencia y la chulería de los que no comprenden lo que significa vivir en un territorio alejado del continente. Este tipo de personas son incapaces de comprender lo importante que es Canarias para la economía de todo el país.
Esta gente parece que no se ha enterado de que el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, está aquí de vacaciones.
Confiamos en que se tomen medidas, en que el propio Rodríguez Zapatero conozca la bofetada que nos han vuelto a dar desde Madrid.
Esperamos sinceramente que finalmente se decrete un laudo de obligado cumplimiento que entierre el conflicto, por el bien de los trabajadores y por el bien de Lanzarote. Ya está bien.