El muro de silencio

Sigue La Gomera, aunque nosotros no nos lo creemos del todo, siendo la isla más cara de todo el Archipiélago en lo relativo a la cesta de la compra; y según el Instituto Canario de Estadística, Lanzarote sigue ocupando un ...

9 de junio de 2005 (09:45 CET)

Sigue La Gomera, aunque nosotros no nos lo creemos del todo, siendo la isla más cara de todo el Archipiélago en lo relativo a la cesta de la compra; y según el Instituto Canario de Estadística, Lanzarote sigue ocupando un ...

Sigue La Gomera, aunque nosotros no nos lo creemos del todo, siendo la isla más cara de todo el Archipiélago en lo relativo a la cesta de la compra; y según el Instituto Canario de Estadística, Lanzarote sigue ocupando un "honroso" segundo lugar, teniendo además el triste "ránking" deu los productos más caros en tres grupos: Charcutería, carne, pescado y conservas y sus preparados y además verduras y frutas -que en los datos estadísticos figuran en último lugar cuando estimamos que son los primeros en carestía, demostrándolo ampliamente datos anteriores-. El hecho de que seamos isla "periférica" y que padezcamos de la enfermedad del doblo o triple flete, no llega a explicar las diferencias brutales de precios de la cesta de la compra con respecto a las islas "capitalinas", entre otras razones porque La Palma, que padece la misma "enfermedad" que nosotros, no llega, ni de lejos, a las cifras disparatadas de precios que aquí padecemos, algo hay que hace que por el camino se produzcan curiosas y lamentables circunstancias que originan esa repercusión en nuestros precios, algo tiene que haber, y ese "algo" tiene urgentemente que ser analizado por los responsables políticos de la Isla, con el fin de no seguir permitiendo el disparate de precios actual y la situación de fraude al consumidor que padecemos. Concretamente en lo que se refiere a frutas y verduras las diferencias de precio son aún más elevadas y brutales, algo que no se puede entender por la influencia de un simple flete de los buques que operan con nosotros desde Gran Canaria o Tenerife y mucho menos en la fruta y verdura que nos llega directamente desde la península -al igual que en las islas restantes- en embarques directos hasta el muelle de Arrecife. Alguna mano negra trastea en el camino, alguien, algunos, deben estarse beneficiando de esta situación marginatoria, pero ya nos lo había advertido una persona muy introducida en este mundo de los mercados, supermercados, hipermercados, etc., nos dijo que nos íbamos a encontrar un auténtico muro de silencio a la hora de intentar averiguar los contenidos de facturas de origen, precios de venta, márgenes que se aplican, etc. ¡Nadie sabe nada, nadie quiere saber nada! Y esto, señores, es altamente sospechoso. A pesar de que se habla -y en la práctica existe- libertad de precios de mercado, las diferencias que se están pagando en Lanzarote y otras islas, son inadmisibles, desde el departamento de Consumo del Cabildo se debería investigar a fondo, porque se está ocasionando un grave perjuicio a la economía insular, y esto es intolerable. Y si la razón se origina fuera o durante el trayecto de las mercancías, ¡que se apliquen subvenciones de esas, por ejemplo, que el Gobierno canario otorga a algunas navieras!, ¡o lo que sea!, pasando por disposiciones reguladoras al respecto. Está en juego la economía de los consumidores insulares y además nuestra propia dignidad ¿O no?

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