Estimado Ángel,
En mi carrera política he ocupado múltiples Cargos Orgánicos en el Partido Popular, desde Secretario Insular de Estudios, Formación y Programas o Presidente del Comité Electoral Insular durante 10 años, hasta Presidente del Partido en Costa Rica, cargo éste equivalente a Presidente Autonómico, pasando por Cargos Regionales como Secretario del Comité Electoral Regional o un relevante Cargo Nacional como fue ser miembro de la Junta Directiva Nacional. Asimismo, he formado parte, como Cargo Público, de dos Poderes del Estado; tanto del Poder Ejecutivo cuando fui Director General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias como del Poder Legislativo cuando fui Diputado Autonómico.
Precisamente, siendo Director General del Gobierno de Canarias, allá por el año 2004 y tras las elecciones generales de marzo, el clima entre los socios del Gobierno de Canarias se tornó enormemente hostil y cierto día de junio, el Presidente del Partido Popular de Canarias, que en ese momento era Presidente del Cabildo de Gran Canaria, nos convocó a todos los Altos Cargos del PP del Gobierno de Canarias y nos propuso la dimisión voluntaria, justificándola como dignidad política. Ningún Alto Cargo del PP en aquella coalición de Gobierno dudó en presentar al Presidente Rivero la irrevocable renuncia y todos argüimos la misma causa: dignidad política.
Estoy seguro de que nada de lo expuesto te suena extraño, pues tú también has demostrado en diferentes ocasiones altura política. Pongo como ejemplo de ello la frase "el Partido Popular no se deja usar para luchas internas", pronunciada por ti cuando abandonabas un Pleno del Cabildo de Lanzarote, escenificando dignamente uno de tus numerosos desencuentros con el despótico Presidente del Cabildo, Pedro San Ginés.
Entonces, ¿qué ha ocurrido ahora?
Ángel, has pasado de vender sonoros choques con San Ginés a darle oxígeno; de enarbolar una furibunda oposición a su gestión, a gobernar con él. Fue tan incomprensible, inesperado y mal llevado tu abrazo al cuestionado Presidente, cuestionado hasta por la Justicia, que incluso el Consejero del PIL y Vicepresidente huyó, dándote a ti y a tus dos compañeras toda una lección de estilo. De la noche a la mañana te convertiste en Vicepresidente del Cabildo y olvidaste lo malo que siempre fue San Ginés, según tus propias innumerables manifestaciones, para los intereses de Lanzarote. Pero esa flamante vicepresidencia te ha durado tan poco como la reentrada de quien la ostentaba antes, que tras su decisión de volver en las mismas condiciones que estaba, has vuelto a bajar más, si cabe, tu ya paupérrima imagen.
Pero voy a ser yo quien responda a la pregunta arriba formulada, es decir, voy a responder a qué ha ocurrido para que todos estos inauditos cambios se hayan producido. Lo que ha pasado, Ángel, es que tu dignidad política naufragó en el mar de la ambición de la Presidenta del PP de Lanzarote. Astrid Pérez quería ser Alcaldesa de Arrecife y creyó que con el apoyo a San Ginés en el Cabildo y el hipotético recíproco apoyo de CC a su deseo en la capital, bastaría para arrastrar a otras fuerzas municipales hacia la consecución de su objetivo personal. Tanta argucia para nada, ya que en Arrecife y pese a que CC siguiera apoyando la idea de que Astrid fuera alcaldesa, cosa muy poco probable, ningún otro Partido haría lo propio; insisto, ningún otro Partido político hubiera apoyado, apoya o apoyará la ambición de tu jefa.
Llegado a este punto, voy a darte una lección de visión política, cosa para la que me considero sobradamente autorizado por mi dilatada experiencia Orgánica y Pública, además de por pertenecer al mismo Partido al que tú perteneces. De entrada, habría que haber gestionado el asunto del Cabildo de manera absolutamente independiente del Ayuntamiento de Arrecife. Las negociaciones deberían haber partido del presupuesto de que el Cabildo debe presidirlo alguien de CC, por haber sido la lista más votada y porque a nivel insular no hay reproche sustancial al balance de gestión de ese Partido político, pero alguien que indudablemente no fuera Pedro San Ginés. Es decir, Pedro San Ginés no puede seguir donde está, ya que sus propias formas le han invalidado para ello; soy de los muchísimos convencidos de que el actual Presidente acabará juzgado y condenado por prevaricador. A CC habría que haberle ofrecido seguir presidiendo el Cabildo, sin San Ginés, con PP y PIL o, de haberse negado, moción de censura apoyada por todos para echar al Presidente actual y dejar a CC fuera. Por supuesto, el PP debería haber estado en ambas opciones así como haber liderado toda la negociación. A consecuencia de las negociaciones expuestas para conseguir estabilidad en el Cabildo, prescindiendo del actual Presidente, las posibilidades de que Astrid Pérez hubiera podido ser alcaldesa habrían sido considerables.
Porque el PP no es la mísera y excluyente jaula de grillos que muestra tu jefa, y su equipo, en Lanzarote, el PP es el Partido que lanzó a Las Palmas de Gran Canaria al siglo XXI, es quien suprimió el impuesto de sucesiones y donaciones y es quien maniobró anticipadamente en Canarias contra la crisis cuando otros la negaban. También es, a nivel nacional, quien superó las dos ruinas socialistas de los últimos veinte años y quien ha situado a España como locomotora de crecimiento de la UE y paradigma de creación de empleo. Todo ese extraordinario capital político, que ya quisiera para sí cualquier otro Partido español, exige a todos sus Cargos Orgánicos y Públicos una altura de miras que Astrid Pérez, tú y tus compañeras habéis echado por los suelos en Lanzarote.
De ahora en adelante, más cuidado y la dignidad debida.
Por Sigfrid Soria