La Asociación de Vecinos de Titerroy ha instado al Ayuntamiento de Arrecife y al Gobierno de Canarias a establecer una mesa de trabajo y a mediar "de forma urgente" para abordar de forma integral las deficiencias "estructurales y sociales" del barrio capitalino. En esta línea, ha solicitado ser participe de esa mesa de trabajo.
En un comunicado, dicha Asociación ha pedido a las instituciones a que realice una inspección técnica inmediata de los seis edificios que componen las cien viviendas de Titerroy, conocidas como las cien viviendas de Juan Salazar. En esta línea, ha solicitado que elaboren un plan de rehabilitación integral, financiado con dinero público, y a través de programas de ayuda a la vivienda.
Desde la Asociación de Vecinos de Titerroy han trasladado la "urgencia y gravedad de la situación", que han ido denunciando en los últimos años. Así pues, ha insistido en que se incluya a este grupo de viviendas dentro de los programas de rehabilitación y mantenimiento de viviendas sociales promovidos por el Gobierno de Canarias.
En dicho documento, remitido también a La Voz, la Asociación de Vecinos de Titerroy ha señalado que "pese a los numerosos esfuerzos realizados y la constante voluntad de colaboración mostrada por esta Asociación, las demandas vecinales no han obtenido una respuesta efectiva ni soluciones que frenen el progresivo deterioro de las edificaciones".
A lo que ha añadido que, "la situación actual", según manifiestan los vecinos y vecinas afectados, "es crítica e insostenible". Las viviendas de Juan Salazar fueron construidas en los años sesenta y están localizadas en las calles Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila. Los vecinos han denunciado que "presentan riesgo evidente de derrumbe, con cornisas desprendidas, techos agrietados y humedades severas derivadas de la acumulación de agua en los sótanos".
Esta asociación ha señalado que "no se ha realizado ningún mantenimiento ni pintado en más de 25 años" y que esto "ha acelerado el deterioro estructural y generado graves consecuencias sobre la salud y el bienestar de los residentes", que en su mayoría son personas mayores y de escasos recursos.
Así pues, los vecinos han hecho "esfuerzos personales y económicos por mantener sus hogares en condiciones mínimas de habitabilidad, pero la magnitud de las obras necesarias supera con creces sus posibilidades económicas". "Ante la falta de apoyo institucional, muchos de ellos se sienten abandonados e impotentes", ha concluido.









