La empresa conejera Cofalanz quiere aprovechar estas fechas tan especiales para agradecer muy especialmente la fidelidad de sus clientes y también para felicitar la Navidad y desear un muy próspero año nuevo a las lanzaroteñas y lanzaroteños.
“Desde que empezamos en este negocio siempre hemos tenido claro que la vocación de servicio y la humildad eran claves para el éxito”, comenta Andrés Falero, fundador y propietario de la compañía. En poco más de una década, han conseguido tener una cartera de cerca de un millar de clientes, repartidos por toda la geografía insular.
Entre sus clientes hay desde discotecas, restaurantes a ventorrillos, y todos son tratados por igual. “Cuando un cliente tiene un problema, buscamos la solución por encima de todo. Ayudar a nuestros clientes me genera una felicidad enorme que me llena de vitalidad” explica Andrés, que siempre insiste en los valores de humildad y constancia y que acredita a lo largo de estos años una vocación inquebrantable de trabajo.
Comienzo desde los 18 años
Este empresario empezó a trabajar a muy temprana edad como comercial del gigante de la distribución Osborne. “De ellos aprendí que se pude crecer sin perder esa identidad humana familiar que siempre ha tenido la mítica marca del toro”. Posteriormente se fue haciendo un nombre con los récord de ventas que iba logrando, y se decidió a emprender. “Mis proveedores me acompañaron en el difícil camino del nacimiento de la compañía, y esto es algo que siempre he llevado dentro. Ayudar como a mí me ayudaron, sin importar lo grande o humilde que pueda ser el cliente ha sido el modelo. Hay que estar con la gente, nunca sé decir que no a un cliente, a veces me toca cumplir un domingo, pero aunque sea duro me realiza como persona”, detalla Andrés Falero.
Asesoramiento clave
Desde Cofalanz se le pretende dar valor añadido a todos los que confían en la empresa. Por eso, cuando alguien quiere acercarse a comprar bebidas u otros productos “no le hacemos la lista de la compra, sino que intentamos asesorar entendiendo las necesidades y aconsejándole a cada negocio que le conviene mejor. He aprendido algo en este trabajo a lo largo de 38 años pero también aprendo todos los días de mis clientes”, explica Andrés Falero.
Desde Cofalanz saben que montar una empresa y consolidarla es algo muy difícil y, por ello, comparten el reto con sus clientes: “Hay muy buena gente, debemos de apoyarnos los unos a los otros”.
