A raíz de la pandemia del coronavirus han cambiado un gran número de cosas, como la forma en la que se trabaja, no solo en España, sino también en otras partes del mundo. El teletrabajo en las empresas sigue aumentando de manera progresiva y, según las previsiones, la demanda se incrementará en un 30 % en los próximos siete años. Momento en el que la generación Z ya empezará a formar parte de la bolsa de empleo.
Cada vez es más habitual encontrar ofertas de trabajo en remoto, lo que ha dado lugar a que otros sectores se vean favorecidos. La opción del home office o coworking empieza a ser una de las favoritas de muchos freelances, autónomos y empleados, sin embargo, no todos los sitios se encuentran entre los favoritos. Cabe destacar, el creciente interés de los profesionales europeos por trabajar en la costa de España.
La costa española favorece el teletrabajo
Si de algo puede presumir nuestro país es de una situación estratégica privilegiada, por este motivo, contamos con una excelente climatología durante todo el año. Hoy en día, muchos trabajadores solo necesitan un portátil y un dispositivo móvil para trabajar, por lo que es mucho más fácil la movilidad. Esto ha determinado que valoren trasladarse a zona de playa por su calidad de vida.
Esto es un factor importante a tener en cuenta, porque ha aumentado la demanda de viviendas en venta y alquiler y se ha reactivado la economía en estas zonas costeras. El teletrabajo no solo favorece la flexibilidad del empleado y permite ahorrar al empresario, sino que su impacto es muy positivo, porque impulsa la inversión inmobiliaria y el turismo.
En un principio, una de las grandes preocupaciones de las empresas se centraba en si el trabajo desde la playa o, incluso, el mismo lugar de vacaciones podría afectar a la productividad laboral. Sin embargo, encuestas recientes aseguran que 9 de cada 10 trabajadores indican que su rendimiento es mayor.
Hoy en día, uno de los principales obstáculos y desafíos es que la playa no siempre presenta las mejores condiciones por la falta de infraestructura y la baja velocidad de internet. Las conexiones en estos lugares suelen ser más inestables que en la ciudad o un centro de trabajo. Incluso la fibra o el cable ofrecen peores resultados, porque la tendencia a la saturación es muy habitual.
Por otro lado, es necesario que la infraestructura y los servicios se adapten a las nuevas necesidades de los trabajadores en las áreas de playa. En este sentido, el Gobierno de España, en conjunto con las administraciones locales, tienen que buscar medidas para fomentar esta modalidad de trabajo desde las zonas costeras. Esto ayudaría a seguir atrayendo más profesionales y propiciar el desarrollo económico.
En definitiva, el teletrabajo ha llegado para quedarse y esto supone una oportunidad para las ciudades costeras del país. Este modelo laboral tiende a consolidarse con el paso del tiempo, por lo que es momento de tener una visión de futuro y empezar a mejorar las infraestructuras para garantizar un servicio de calidad.
