Lanzarote tiene un clima templado, seco y con muchas horas de sol anuales, lo que permite cultivar fuera de temporada si se controla debidamente el agua, el viento y la temperatura con el invernadero adecuado.
Clima de Lanzarote: ventajas y restricciones
Lanzarote presenta temperaturas medias muy estables durante el año, con máximas que rondan los 25–29 grados en verano, y mínimas invernales moderadas que rondan 14–17 grados. Esta variable térmica no presenta pocos elevados, por lo que facilita ciclos de cultivo continuos.
No obstante, la isla se caracteriza por su aridez, ya que las precipitaciones anuales suelen estar en torno a 100–150 mm, concentradas en los meses de noviembre a marzo. Por tanto, el riego y la captación de agua son claves para que un invernadero sea productivo.
Además, Lanzarote es ventosa; los vientos alisios moderan las temperaturas, pero aumentan la evapotranspiración, por lo que la protección frente al viento es tan importante como el control del riego.
Elegir el invernadero adecuado para la isla
Dadas las condiciones de Lanzarote, conviene optar por estructuras que protejan del viento adecuadamente, que controlen la radiación solar y que permitan una gestión eficaz del agua. Por ejemplo, los modelos con cobertura rígida (policarbonato o vidrio) brindan un mejor aislamiento térmico y las cubiertas de malla antiviento protegen las zonas expuestas.
A la hora de ver alternativas prácticas y medidas estándar, puedes consultar este sitio, donde se comparan tipos y tamaños que encajan con parcelas domésticas y pequeñas explotaciones.
Materiales y orientación
La orientación norte-sur permite aprovechar de manera efectiva la exposición solar a lo largo del día. En cuanto a la estructura, el policarbonato de 6 a 10 mm proporciona una combinación idónea entre aislamiento térmico, transmisión de luz y resistencia frente al viento, un factor especialmente importante en la isla de Lanzarote. También conviene colocar un anclaje firme al terreno y, cuando sea posible, incorporar barreras naturales o vallas exteriores que hagan de cortavientos para disminuir la pérdida de calor y el impacto de las ráfagas de viento más intensas.
La gestión hídrica es clave para cultivar todo el año
La prioridad es la eficiencia hídrica si las precipitaciones son escasas. Por ello, es recomendable instalar riego por goteo con emisores ajustables, así como medidores de humedad en el suelo. Esto se puede complementar con almacenamiento de agua de lluvia (cisternas), y si la normativa y recursos lo permiten, mediante sistemas de desalación a pequeña escala o captación de agua generada por condensación nocturna.
El control del riego por zonas y cultivos evita sobreconsumos y favorece un rendimiento uniforme. Por su parte, los programadores y sondas reducen el desperdicio y mantienen la humedad adecuada para las hortalizas y las plantas aromáticas.
Calendario práctico: qué cultivar y cuándo
Dada la climatología templada de Lanzarote, los cultivos de hoja (lechuga, acelga, espinaca), aromáticas (albahaca, perejil, cilantro) y solanáceas (tomate, pimiento) funcionan muy bien en ciclos continuos. En invierno, son más adecuadas las variedades de hoja y microgreens; en verano, el control de la sombra y la ventilación son cruciales para evitar los golpes de calor.
Además, la ventilación cruzada y los sombreados móviles permiten modular la radiación en julio y agosto, periodo en que las temperaturas máximas suben y la radiación es más intensa.
Prácticas adecuadas y control de plagas
Un invernadero cerrado reduce las plagas, aunque favorece la aparición de hongos si la humedad es alta. Debe mantenerse una adecuada circulación de aire, rotar los cultivos y aplicar un control biológico —depredadores como las crisopas o la tarántula beneficial resultan eficaces—. Asimismo, conviene realizar limpiezas periódicas y evitar que los sustratos permanezcan encharcados.
En definitiva, un invernadero bien diseñado es la mejor manera de aprovechar el clima templado y soleado de Lanzarote para el cultivo, puesto que permite cosechar durante todo el año si se controla adecuadamente el viento, el agua y la temperatura.
