La pelotamano, un deporte tradicional canario que se aferra con fuerza en Lanzarote para no desaparecer

Este juego, que existe en Canarias desde hace siglos, se practica en un campo largo pero estrecho y con una pelota del tamaño de un huevo a la que se le puede golpear únicamente con la mano

11 de octubre de 2025 (19:45 WEST)
XLVII partida de pelotamano en el pueblo de Tiagua
XLVII partida de pelotamano en el pueblo de Tiagua

En el mundo existe un gran abanico de deportes que abarca desde los más conocidos y practicados como el fútbol o el baloncesto hasta los más desconocidos y minoritarios como es el caso de la pelotamano. Este deporte tradicional de Canarias, muy popular en Lanzarote y Fuerteventura, se lleva practicando en las islas desde hace siglos. De hecho, se conservan evidencias de la existencia del “juego de la pelota” en algunas islas, como Lanzarote o Gran Canaria, en el siglo XVII.

La pelotamano es uno de los juegos tradicionales de las islas que mejor ha mantenido su forma original, por lo que apenas ha presentado variaciones a lo largo de los años. Además, es un juego que no se llega a conocer en profundidad hasta que se practica con regularidad y se experimentan todas las situaciones posibles.

Juan Hernández es una de las personas que lleva cincuenta años luchando por conservar y difundir la pelotamano. Desde muy pequeño, aprendió a jugar a este deporte en la casa de su abuela, en Tiagua, uno de los epicentros de la pelotamano en Lanzarote. "Nos sentábamos en la calle con cinco o seis años a ver jugar a la gente", recuerda.

Con la llegada de la Guerra Civil y la posterior dictadura, este juego dejó de practicarse durante años. Cuando Hernández se trasladó a Gran Canaria, comenzó a trabajar junto a Paco Osorio y otras personas para recuperarlo. 

De joven, Juan Hernández cuenta que jugaban la mayoría de las partidas en Teguise. "No había teléfonos y avisábamos que el fin de semana íbamos a jugar", explica. Entre los jugadores se encontraban Cayetano Tavío, Benigno Rodríguez, Manuel Arbelo o Juan Bonilla, que "fueron de los últimos que mantuvieron el juego hasta los años sesenta de una forma esporádica, casi todos procedentes de Soo".

 

Cómo se juega

A la hora de jugar, se llama "partidos" a los equipos, que están formados por jugadores de Tiagua, Soo y Teguise. Precisamente Tiagua es la localidad lanzaroteña que sigue celebrando, desde hace casi cincuenta años, un torneo por las fiestas del Socorro. 

A la hora de jugar, se hace con dos equipos de cinco jugadores y con una pelota del tamaño de un huevo, de aproximadamente 45-47 milímetros de diámetro, la cual está hecha de goma, cuero de cabra y lana. "Siempre se ha intentado que el cuero sea de origen animal pero la lana sí que se puede sustituir por una sintética", aclara.

Antiguamente, se jugaba en canchas de tierra o caminos, cualquier superficie era válida para pasar un buen rato practicando la pelotamano. Sin embargo, en la actualidad se juega en canchas municipales con pavimento, aunque Hernández recalca que este cambio "apenas ha supuesto ninguna variación". Además, hay destacar que es un deporte en el que no se cuenta con árbitro y tampoco con un tiempo determinado de juego.

Un dato en el que hace hincapié Juan Hernández es que "a la cancha se le llamaba juego pelota", motivo por el que existen documentos a principios del año 1600 donde se nombra este término en la venta de casas en Teguise. 

El terreno de juego comprende entre 60 y 70 metros de largo por ocho o nueve de ancho, en el que juegan cinco contra cinco a través de dos "partidos", es decir, de dos equipos, para "mantenerse la tradición". El juego comienza sacando la pelota con el bote, una especie de banqueta que puede ser de madera o de piedra, dependiendo de la zona de la isla. "En Maciot, Femés, Yaiza o Las Casitas se utilizaba de piedra, mientras que en Teguise era de madera", cuenta.

Desde el bote se saca al lado contrario y tiene que pasar por encima de la división del campo de juego, tal y como se hace en el tenis, pero sin red. Sin embargo, al ser devuelta por el equipo contrario, puede ser devuelta en cualquier campo, como en el fútbol. De cada equipo, solo puede golpear la pelota uno de ellos en cada partida. Si golpean la pelota dos jugadores se convierte en falta. También es falta que se golpee la pelota con otra parte del cuerpo que no sea la mano y si se sale fuera del campo.

Por otra parte, estas faltas llevan a contar los puntos de 15, 30, 40 y 50. Al llegar a 50 se cuenta como 'chico', y cada cinco chicos, es un 'pajero'. "En la línea que divide el campo se van marcando los chicos con unas rayas y cuando se hacen cinco chicos, se borran y se hace un círculo alrededor de la piedra. Antiguamente, por analogía, la gente relacionaba la forma con un pajero de paja, por eso se llamó así", detalla Hernández.

La pelotamano bebe de otros deportes similares que se practican alrededor del mundo como en Italia u Holanda . "Lo que ha hecho la pelotamano es adaptarse a la idiosincrasia de Canarias", asegura Hernández. "Cuando hemos jugado con holandeses, no comprendíamos el idioma pero tienen prácticamente las mismas reglas en el juego que practican ellos, por lo que nos entendimos a la perfección", continúa.

Juan Hernández, jugador de pelotamano
Juan Hernández, jugador de pelotamano

 

Una lucha incansable por preservar la pelotamano

El poco conocimiento que existe sobre este deporte pone en peligro su supervivencia. Muchas de las personas que practicaban este juego hace décadas en Lanzarote ya ha fallecido o son muy mayores, por lo que el relevo generacional se complica.

La conservación y difusión de la pelotamano pasa por algunos colegios e institutos de Lanzarote, donde se ha fomentado su práctica para que los estudiantes lo conozcan y sean conscientes de su importancia histórica e identitaria. 

Que se practique en los centros educativos "depende del profesor que dé clase y de su grado de sensibilidad que tenga porque normalmente cuando más te invitan es por la celebración del Día de Canarias y ya uno no quiere ir porque solo te llaman durante esas fechas", apunta.

En este sentido, Hernández destaca que la Dirección General de Deportes está llevando a cabo unos cursos de juegos tradicionales canarios como la pelotamano. "Cuando dábamos los cursos a profesores sobre la pelotamano, el Cabildo les daba a cada uno un bote, y cuesta alrededor de 300 euros, lo que suponía una gran ayuda. Nosotros nos encargábamos de darles una pelota para que pudieran jugar con los niños", recuerda. Ahora, la administración pública ha otorgado algo de material en algunos institutos.

En lo que respecta a la inexistencia de clubes de pelotamano en Lanzarote, Hernández explica que "los estatutos del antiguo club que había se dejaron caducar y no se han vuelto a renovar por la enorme burocracia que conlleva su creación".

XLVII partida de pelotamano en Tiagua
XLVII partida de pelotamano en Tiagua
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