DEBE CUMPLIR UNA PENA DE TRES AÑOS Y MEDIO DE PRISIÓN

La madrastra de Verónica se entrega y acude a la cárcel de Tahíche a cumplir la condena

Estaba en busca y captura desde este lunes, cuando agentes de la Guardia Civil acudieron a su domicilio y no hallaron rastro de ella

19 de junio de 2018 (16:22 CET)
La madrastra de Verónica se entrega y acude a la cárcel de Tahíche a cumplir la condena
La madrastra de Verónica se entrega y acude a la cárcel de Tahíche a cumplir la condena

La madrastra de Verónica, condenada por maltratar durante años a la joven y profanar después su cadáver, se ha terminado entregando este martes y ha acudido al Centro Penitenciario de Tahíche, después de que este lunes se dictara una orden de busca y captura sobre ella. Carmen Delia Tejera fue condenada a tres años y medio de cárcel el pasado mes de octubre y tras declararse firme la sentencia, se inició la ejecución del fallo y se ordenó su ingreso en prisión.

Al no presentarse voluntariamente en Tahíche, agentes de la Guardia Civil acudieron este lunes a su domicilio, pero no encontraron rastro de ella, por lo que pasó a estar en busca y captura. Finalmente, sobre las 14 horas de este martes ha terminado acudiendo por su propio pie a la cárcel de Tahíche, según han confirmado a La Voz desde la Benemérita.

Fue en febrero de 2013 cuando la Policía Nacional halló los restos de Verónica, calcinados y ocultos dentro una bolsa en un muro de la vivienda de Tinajo donde residía, después de que su hermano biológico denunciara su desaparición. Sin embargo, las circunstancias de su muerte nunca pudieron esclarecerse, por lo que se archivaron los cargos por homicidio, por lo que Carmen Delia Tejera llegó a estar imputada. 

 

Quemó el cadáver de la joven, a la que maltrató "de modo frecuente"


No obstante, la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Arrecife consideró probado que Carmen Delia Tejera "golpeaba de modo frecuente y tuvo sometida a malos tratos psíquicos a la hija de su esposo, Verónica Molina Lillo, quien sufría una minusvalía de un 68%, desde que alcanzare la mayoría de edad" en el año 2003, hasta su fallecimiento por causa desconocida en el año 2012".

Según el tribunal, la acusada "obligaba a su hijastra a realizar tareas domésticas y labores del campo, haciendo un completo abandono de las necesidades de higiene y salud de la misma, forzándola a permanecer oculta y encerrada en una de las dependencias anexas al domicilio, carente de las condiciones necesarias de salubridad".

Después, una vez fallecida Verónica, Carmen Delia Tejera "metió su cuerpo en bolsas, la enterró en un agujero en el jardín del domicilio familiar, y posteriormente en el mes de enero de 2013 la desenterró, quemó sus huesos, y los introdujo en una bolsa de basura dentro de una mochila que oculto en una grieta existente en las dependencias anexas a la vivienda". 

 

Los hermanastros de Verónica fueron absueltos


En la causa también fueron enjuiciados dos de los hijos naturales de Carmen Delia Tejera y hermanastros de Verónica, aunque estos fueron absueltos al considerar que no había quedado acreditada su participación en los hechos. 

Respecto a la muerte de la joven, aunque quedó fuera de la causa, la sentencia puso en duda la versión en fase de instrucción de la madrastra y sus hijos, que culparon al padre de Verónica, que falleció poco después de ser detenido. Sin embargo, antes de morir éste llegó a prestar declaración ante los agentes, negando que hubiera violado, dejado embarazada, matado o descuartizado a su hija, y que "no entendía" por qué su mujer le atribuía esos hechos.

 

Un deterioro cognitivo "simulado"


Durante el juicio, que se celebró en septiembre del año pasado, la madrastra de Verónica se negó sin embargo a declarar e, incluso, su abogado pidió que la vista se celebrara sin ella alegando que presentaba "un deterioro cognitivo" y que no estaba en condiciones de prestar declaración, petición que fue rechazada sin embargo por el tribunal. 

De hecho, el estudio forense determinó que Carmen Delia Tejera "no presentaba alteraciones en su juicio de realidad, siendo consciente de sus actos y sus consecuencias" y que sus síntomas "no se correspondían con ninguna patología psiquiátrica", no pudiendo descartar que se corresponda con una simulación.

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