Cuando el pintor conejero Santiago Alemán (Arrecife, 1952) le dijo a sus padres que quería estudiar Bellas Artes pusieron el grito en el cielo. Le llegaron a decir incluso que acabaría viviendo en las calles y pintando por las esquinas. Sin embargo, su tozudez y el apoyo de uno de sus abuelos, del más amañado de los dos, le llevó a poder llevar a cabo su pasión. Ahora, la vida vista desde sus lápices puede observarse en la exposición Contra el Olvido que se localiza hasta finales de mes en la Casa Amarilla, la antigua sede del Cabildo de Lanzarote en Arrecife.
Ataviado con un bastón, una camiseta a cuadros y una gorra Santiago Alemán recibe a La Voz en la primera de las salas de su exposición. Junto a él, hacemos un repaso por la historia de su pintura que, irremediablemente, también es la historia social y cultural de Lanzarote. Esta visita se hará viajando desde el presente, con sus trabajos más recientes, hasta el pasado.
La primera sala llama la atención desde el comienzo. En ella expone su obra más actual sobre una pared completamente negra. Los cuadros que se muestran en esta zona son el reflejo de las enfermedades que ha padecido el autor desde el año 2011 y de cómo estas dolencias han influido en su carácter, en su forma de ver el mundo. Primero fue un cáncer de sarcoma en los tejidos blandos, después algunos carcinomas, todos malignos, y luego el reciente diagnóstico de epilepsia.
"En mi obra he tratado de representar la lucha contra los poderes fácticos, aquellos sectores privilegiados que viven y maniobran de espaldas a la población", confiesa a La Voz.
Los poderes políticos, la Iglesia como institución, la aristocracia o las Fuerzas Armadas son, para Santiago Alemán, estos poderes fácticos de los que dibuja en su obra. "Están por encima del bien y el mal, llegando a convertirse en auténticas alimañas", continúa Alemán. De esta situación, de su lucha contra estos poderes y la llegada de la enfermedad a su vida, nació su serie Animaladas.
En este espacio se pueden observar obras de sátira como una de Adolf Hitler junto a un paisaje volcánico y una gran Luna que evoca los paisajes de Lanzarote y alude a cuando los rumores hablaban de que el nazi se podía haber escondido en Fuerteventura.
O por ejemplo, otra pintura con tintes políticos donde se puede ver a Manuel Fraga, fundador de Alianza Popular, cogido de la mano de José María Aznar del Partido Popular, de Mariano Rajoy y delante de las figuras de Francisco Franco o el rey Emérito, vestido como en la fotografía donde se le pilló cazando elefantes.
En este apartado, si se mira con paciencia y detenimiento, se pueden ver a cardenales religiosos caminando junto a las clases burguesas o al presidente ruso Vladimir Putin en una imagen junto al dictador norcoreano Kim Jong, pero también a otros rostros del independentismo catalán. La crítica social, religiosa y política que está escondida entre estas paredes podría ser propia de las viñetas periodísticas. Además, emanan referencias de las Pinturas Negras del pintor español Francisco Goya, del que Santiago Alemán se siente un gran admirador.
Archipiélago de migrantes
Dando pasos firmes y apoyado en su bastón, Santiago Alemán muestra sus obras más recientes en las que habla del drama migratorio a las puertas de Lanzarote y Canarias. A través de sus dibujos las escenas se suceden. Canarias es una de las rutas migratorias africanas hacia el continente europeo y también una de las más mortíferas del mundo. Las personas procedentes del continente africano que deciden poner rumbo a Europa arriesgan su vida cruzando países enteros y el desierto para subirse a una embarcación precaria, como ya hicieron los antepasados canarios.
"Esto que le está cayendo a esta pobre gente que al llegar a Europa es recibida por todo lo alto con balas de goma", reflexiona el pintor. Frente a él, una pared que recoge parte de sus obras más descarnadas: la vida que se queda en el intento de llegar a Canarias. Tras él, como si fueran realidades enfrentadas, la vida de los canarios que partieron en busca de una vida mejor.
En cada cuadro, se detiene con calma y explica las historias que cuentan sus personajes. "Una madre que huye con su hijo en brazos y detrás, los cantamañanas estos con metralletas y todo tipo de artilugios para hacer daño. Esto es lo que se entiende por solidaridad y amor al prójimo", esboza sobre una de las piezas donde se ven a niños pequeños, en peligro.
De las parrandas al mar
El trabajo que Santiago Alemán desarrolla desde hace 50 años permite subirse a una máquina del tiempo y devolver a los curiosos a los años que no llegaron a conocer. "Hay cosas que ya ni recordaba cómo eran", le dice una visitante que se topa de sorpresa con el dibujante en la galería. Ella y su marido aprovechan para mostrar a su nieto cómo era el Lanzarote que ya no es.
Entre las paredes de la exposición se cuelan guitarras y cantares con ritmo canario. La vida tradicional de los abuelos conejeros forma parte de los trabajos que Alemán desarrolló a comienzo de siglo. Con bandurrias y timples, las parrandas lanzaroteñas amenizaban las noches a base de isas o folías.
Tampoco faltó detalle de los trabajos más característicos del campo insular. Los campesinos compuestos con la ropa típica cortaban la uva para colocarla sobre los camellos y llevarla a los lagares, donde las pisarían y prepararían el mosto para el vino. "Antes se reunían familias enteras y se apoyaban para participar en la siembra, pero ahora todo se resuelve en el ejercicio de fin de semana", cuenta Alemán sobre la pérdida del trabajo en el campo.
Entre la tradición, en una de sus láminas, fechada en el año 2020, el artista homenajeó a las mujeres gracioseras que subían el Risco de Famara, sombrera a la cabeza, para transportar pescado salado y otro tipo de alimentos. "Ya con la venta realizada intercambiaban cosas para llevar a La Graciosa alimentos o medicinas, lo que hiciera falta", explica Alemán.
En esta serie sobre la vida cotidiana en Canarias no faltan los detalles de las plañideras conejeras, las mujeres canarias ataviadas con una saya, un tocado en la cabeza y una mantilla, todo de color negro, que asistían a llorar a los entierros.
"Era una estampa muy común, muy habitual en los entierros. Las plañideras, esas señoras que se prestaban a velar a los muertos y lloraban y llevaban sus cositas, mientras permanecían acompañando a la familia del fallecido", narra.
Los 'Tesoros de la Isla' (2000)
La política, los fenómenos migratorios y la vida cotidiana no es todo lo que este autor ha almacenado en su obra. En su publicación Tesoros de la Isla (2000) recopiló todos los elementos que de un solo vistazo teletransportan al paisaje de Lanzarote.
Entre ellos, dibujó especies que están al borde de la extinción, plantas endémicas o animales que forman parte del trabajo en el campo.
No faltó en esta publicación el Águila Pescadora o Guincho, un ave rapaz que vivió durante años en el islote de Alegranza. Este animal forma parte del escudo de la ciudad de Arrecife, en el que se le puede ver pescando. Sin embargo, cada vez es más difícil poder toparse con él a las puertas de la ciudad marinera.
Santiago Alemán también dedicó tiempo a enmarcar para el recuerdo a los burros, las cabras o los camellos que ayudaban a los campesinos conejeros a trabajar la tierra. Tampoco faltan en sus hojas animales tan característicos de las Islas como el podenco canario.
Santiago Alemán comenzó a pintar desde muy pequeño y ya entonces dibujaba todo aquello que veía y le llamaba la atención. "Es fundamental llegar a los diez años con la mente abierta y sintiendo formas, mezclas y combinaciones. Hasta que llegan los adultos y vienen a titerear la imaginación", recuerda sobre sus años como profesor de dibujo en las escuelas de arte de Lanzarote y Gran Canaria.
De esos recuerdos y de esa imaginación guarda también parte de la historia de la arquitectura de la isla dentro de su obra Arquitectura Tradicional de Lanzarote . "Antes no era todo de color blanco", explica al mostrar uno de sus libros. A través de sus páginas se puede viajar a lugares que el paso del tiempo y la falta de conservación han hecho desaparecer. Desde el antiguo mercado municipal de La Recova, donde unos bonitos arcos decoraban un patio interior hasta la antigua fachada de la iglesia de Haría.
En esos dibujos también se puede encontrar un apartado dedicado a las formas del almacenamiento del agua en la isla. Alcogidas, maretas o aljibes, entre las obras de los abuelos y abuelas lanzaroteñas para captar el agua.
Y allí muestra durante un largo rato todos los rincones de Lanzarote que ha inmortalizado para que los conejeros que quieran conocer su historia no la puedan olvidar.
Exposición 'Contra el Olvido' de Santiago Alemán. Fotos: José Luis Carrasco.
