El primer lanzaroteño en subir los 8.000 metros del Manaslu: "Tengo en mente hacer dos ochomiles en 48 horas"

El alpinista Joel Delgado es el cuarto canario que consigue escalar uno de los 14 ochomiles del mundo en una expedición que costó más de 14.000 euros

11 de octubre de 2025 (08:32 WEST)
Joel Delgado en la cima
Joel Delgado en la cima

El alpinista y exsenador por Lanzarote y La Graciosa Joel Delgado puede presumir de ser el primer lanzaroteño en alcanzar la cima del Manaslu, la octava montaña más alta del mundo con 8.163 metros de altura y que se encuentra en Nepal.

En una entrevista en el espacio radiofónico Más de Uno de Radio Lanzarote-Onda Cero, Delgado explica que siempre fue un apasionado de la montaña. "Siempre había tenido esa espinita y cuando dejé la política de lado te sobra mucho más tiempo, por lo que pude continuar esa parte que tenía más pendiente", dice.

A la hora de prepararse para afrontar este reto, el alpinista cuenta que para aclimatarse e ir adaptándose a las extremas temperaturas del Manaslu acudió al Teide. "Afortunadamente, el Teide tiene unas condiciones que son similares en cierta manera y, además, una altura de más de 3.500 metros ya es considerable y empieza a faltar oxígeno", explica.

Sin embargo, señala que la aclimatación como tal del cuerpo se produce en la propia montaña de Nepal, lo que causa que los viajes sean tan largos, entre 35 y 40 días. "No puedes subir de golpe los 8.000 metros porque probablemente te quedes en el sitio", apunta.

Delgado ha escalado el primero de los catorce ochomiles que existen en el mundo, es decir, las montañas del planeta que superan los 8.000 metros de altura, pero ha hecho otros dos sietemil. Una de ellas, situada en el Himalaya, logró subirla en 2024, mientras que la otra en 2023 fue la cara sur del Everest.

El objetivo del alpinista es seguir cumpliendo retos y continuar subiendo las cimas más altas del planeta. "La idea es seguir, pero no puedo hacer los 14 ochomiles porque el presupuesto es el que es y me financio yo mismo el 80% de la expedición y es mucho dinero y tiempo", expone.

"Estás como 15 o 16 días sin cobertura sin dar señales de vida, es complicada la comunicación porque Nepal todavía es un país en vías de desarrollo, pero uno tiene esos retos y mientras sea joven y tenga tiempo, ¿por qué no hacerlo?", prosigue.

 

Entre 15 y 16 expediciones distintas

Durante el ascenso a los montes del Himalaya, se concentran muchas expediciones al mismo tiempo, hasta 15 o 16. "La gente dice que hay mucha gente en esta zona y en Nepal, pero hay que tener en cuenta que es la principal fuente de ingresos el país del que viven muchísimas personas y, además, esas montañas solo se pueden subir durante dos semanas al año, por lo que es normal que haya mucha gente", explica.

A la hora de organizar esta expedición, Delgado señala que comenzó investigando por internet. En este sentido, cuenta que hay varias agencias que te facilitan los trámites burocráticos, te facilitaban los accesos a los campamentos base o te pagaban el impuesto que cobra el Gobierno nepal que es casi el 50% del coste de la expedición, entre otras cosas. En concreto, esta expedición costó más de 14.000 euros

"Desde entonces llevo trabajando con la misma agencia y estoy muy contento porque ofrecen mucha seguridad y tranquilidad en el aspecto burocrático", declara.

En cuanto a Nepal, Delgado manifiesta que es un país que le encanta. "La cultura asiática es algo que me llama mucho la atención y si es un país montañoso, aún más", recalca.

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Joel Delgado junto al equipo de expedición

 

Experiencia durante el ascenso

A la hora de comenzar el ascenso, se debe aclimatar el cuerpo para adaptarlo a la falta de oxígeno. Para ello se hacen pequeños trekkings de aproximación a la montaña en lo que se va subiendo de forma paulatina. "Poco a poco te vas quedando en campamentos o pueblos de más altura durante una noche y luego vuelves a subir al campamento base para hacer la aclimatación de altura", explica.

De hecho, al ir subiendo, Delgado cuenta que al llegar a los 6.500 metros aproximadamente, se vuelve a bajar al campamento base para que el cuerpo se adapte a la falta de oxígeno. "Después de cuatro días de descanso y de alimentarse bien, ya haces la subida paulatina a la cumbre, que en esta ocasión tardamos cinco días, pero desde el último campamento hasta la cumbre fueron 25 horas seguidas sin parar", recuerda.

Al llegar a la cumbre, solo se puede estar muy poco tiempo porque hay más gente esperando para pisarla también, ya que "es muy estrecha y solo caben una o dos personas". En el momento de descender, Delgado hace hincapié en que es la parte más peligrosa

En lo que respecta a la alimentación, desvela que se llevó desde Lanzarote tortillas de millo, jamón serrano, embutido ibérico y atún con los sobres de mayonesa para tener huevo y proteína. "La comida es mala, el año pasado perdí siete kilos y este año tres porque he ido aprendiendo", apunta.

Además, a tanta altitud, la higiene se complica, ya que es imposible ducharse. "Estás una semana sin ducharte, es lo que peor llevo y es lo primero que hice al bajar", dice entre risas. Sin embargo, asegura que "a pesar de que hay condiciones duras, una vez que te adaptas el resto es echarle cabeza y tirar para arriba".

El próximo objetivo que tiene en mente es el Everest, pero "con algo más, subir también el Lhotse, dos ochomiles en 48 horas". "Es un reto que tengo en la cabeza y sería un reto para el alpinismo canario", concluye.

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