El sol aún no había salido cuando el atunero en el que viajaban cuatro adultos jóvenes y un menor chocó contra las rocas de La Condesa, en el pueblo de Órzola, hace dos días. Entre los supervivientes, el menor de 17 años y nacionalidad marroquí arribó a isla. Este menor y sus compañeros declararon haber pasado cuatro días sin comer ni beber.
Mientras los adultos pasaron a un Centro de Atención Temporal de Extranjeros, como ocurre con las llegadas en patera, el menor pasó a ser acogido por la Dirección General de Infancia del Gobierno de Canarias y será derivado antes del 25 de septiembre a la España peninsular.
Este joven será el primer menor migrante no acompañado que protagonizará un traslado exprés a la península. Según ha informado el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, a este menor se le aplicará el Real Decreto aprobado en marzo, que establece un traslado a la península en un plazo de 15 días si ha llegado a un territorio declarado en contingencia migratoria, como es el caso de Canarias.
Torres ha indicado que estas reubicaciones se tienen que realizar con la máxima seguridad, porque prevalece por encima de todo el derecho de los menores, cuya tutela cambia con respecto al lugar al que llegó.
Una llegada inusual
El barco quedó encallado, en medio de las alarmas y los gritos, los tripulantes se deslizaron por una cuerda de la proa del barco y tocaron tierra, ayudados por los bomberos del Consorcio de Emergencias de Lanzarote.
Aquella estampa, con un barco de grandes dimensiones encallado y cinco migrantes, no es la habitual en una isla como Lanzarote, acostumbrada a rescatar a personas migrantes que se juegan la vida en embarcaciones mucho más pequeñas y precarias.
El atunero había salido de la ciudad marroquí de Agadir y sus tripulantes no llevaban un GPS que les guiara en la travesía por lo que terminaron encallando en Órzola, donde en 2020 y 2021 hubo dos trágicos naufragios que acabó con la vida de decenas de personas.
Los indicios que barajan la Policía Nacional y la Guardia Civil parecen indicar que este atunero, que se incendió y acabó destruido por las olas el mismo día de su llegada y provocó la activación del plan marítimo nacional por contaminación medioambiental, era en realidad un barco patera.









