Título: ¡Cuánto te quiero!
Autor: Conejero anonimus
"A Andrea se le había perdido su amado perrito estas vacaciones. Ella no se explicaba, como decía S.A.R.A. por la radio, que hubiesen personas que los maltrataran y abandonaran, muchos aduciendo a la crisis pero sin privarse de hamburguesas y caprichos. Se fue de vacaciones llorando y casi así volvió; hasta que 4 días después vio algo moviéndose entre la basura. ¡Era él, su amado cachorro! Estaba sucio, con bichos, pero ella lo cogió y no paraba de decirle ¡cuánto te quiero! Y él respondía con
grandes lametones. ¡Qué grande es el amor...!"
Título: Amor de verano
Autora: Idaira Hernández Betancort
"Parecía que iba a ser un verano igual, un verano como todos los demás,con la misma gente y en el mismo lugar, pero todo eso cambió desde el día en que te conocí. Fue en un viaje que sin esperarlo llegó. Fue en aquella mágica isla donde conocí el amor. Estabas frente a mí, los dos no parábamos de mirarnos y mientras una romántica música sonaba de aquella radio, sin quererlo nos fuimos enamorando. El amor surgió y el
verano concluyó y con él toda nuestra ilusión. Es por eso que siempre sueño con la llegada de cada verano, para poder verte y volver a recordar, aquellos hermosos días en los que los dos aprendimos lo que era amar".
Título: Bendita...¿inocencia?
Autora : Reyes María Concepción Betancor
"¡Mírala! ¡Por ahí va!
Mueve las nalgas y se contonea como si tal cosa. ¡Qué desparpajo!
Su biquini rosa apenas la cubre por debajo del ombligo, mientras el sol
tuesta su torso desnudo.
Sonríe con los "cachetes" colorados y el pelo enredado, sonríe con la
"alevosía y premeditación" de sus dos añitos.
Tambaleándose sobre sus pies gordezuelos, avanza por la arenilla
caliente. Coge la palita de playa, la levanta y la deja caer con fuerza
sobre la espalda de Antoñito.
-¡Ay!, grita Antoñito.
-¡Malo!, contesta ella en "justa" venganza. El le pegó antes.
Ella me mira, disimulando subo la música..."
Título: La Mirona
Autora: Reyes María Concepción Betancor
"Este verano traigo mi silla, mis cascos y...de aquí no me meneo.
¡Ah...!. Sentadita al sol, aire puro, oteando el horizonte, sin perderme
un detalle...
Como aquellos dos. ¡Míralos! Haciendo tonterías encima de la colchoneta.
¡Se van a caer! ¡Se van a...! ¿No te lo dije? ¡Ya se cayeron al agua!
No...y encima agitan los brazos saludándome.
¡Ay Dios! ¡Me han descubierto vigilándolos!
¡Ni en la playa puedo curiosear a gusto!
Se hunden...
Llevan mucho rato bajo el agua.
¡Se van a ahogar!
¡Ya salen! Son más tontos.
Son más... ¡caramba! ¡Si son mi marido y mi hijo!"
Título: Isla, verano y radio
Autor: Fefo García
"ISLA: ¡Cómo te siento prisionera de la libertad de la mar!
Tu hermosura engendra infinita esperanza que cada día perpetúa tu
nacimiento, fecundo de acogida cautiva del mar y de las que irrumpen en ti, isla mía tierra de todos.
VERANO: Atrayente cómplice de ilusiones bronceadas. Exhuberancias ávidas de salitres amorosos, llenos de éxtasis soleados. Fuente de infinita belleza y de ensoñación exterior que la playa, el viento, el sol y la tierra nos ofrece sin contrapartidas: la libertad.
LA RADIO: Intrépido comunicador, glamuroso guerrero mediático, como un jolgorio adormecedor que en volandas nos hace soñar despiertos? si conectas".
Título: El/la mar
Autor: Gloria Hernández Rodríguez
"El mar, la mar. Años 70, hija de marinero y penúltima de 7 hermanos, en casa casi siempre olía a verano. Cuando mi padre llegaba después de 5 ó 6 meses embarcado, cargado de sacos de pescado salado, de sal? y alguna que otra vez con tonina; esos días en la radio ya no se escuchaba la emisora de La Costera, única para comunicarse con los marineros, (mi madre hablaba y luego decía: cambio y corto), mi hermana mayor ponía música a todo volumen y los vecinos sabían que mi padre ya estaba en casa. La mar, siempre la mar?".
Título: "Un pequeño paso?"
Autor: Alexis de la Cruz Otero
"Escucho por la radio que ha muerto Neil Armstrong y evoco aquel mágico y remoto verano del 69, cuando, siendo niño, alunicé en la isla de los volcanes. Recuerdo que en Lanzarote me sentí como el principito en su asteroide. Durante algunas semanas cumplí el sueño prohibido de todo chinijo, ser astronauta como mi ídolo. Exploré cuevas, recogí muestras, descubrí vida escondida entre las gerias. Cuando llegó la hora de partir, no quería irme de aquella tierra. Otros hombres pisaron la Luna más tarde, pero yo, ¡ay!, no he vuelto a poner los pies en Lanzarote".
Título: "Sueño de una noche de verano"
Autor: Nikita
"Ella corría descalza por la playa, sandalias en mano y el viento en el
cabello. El percibió un aroma distinto entre el familiar aroma de
salitre, giró la cabeza y entonces sus miradas tropezaron. Sus ojos
color cielo se enredaron en los de ella y se perdieron en la profundidad
de ese océano para siempre. Fueron solo 3 segundos pero fueron
suficientes para que sus corazones sintonizaran la misma emisora. La
canción de verano de aquel año se convirtió en la banda sonora de su
historia y sonaba cuando menos se la esperaban en el viejo radiocasete del todo-terreno. Siempre los hacía callar y escuchar, aunque estuvieran en mitad de una riña".
Título: "Paramnesia"
Autor: Nikita
"Se encontraron de nuevo después de mil años en otro planeta. Apenas habían cambiado, hasta llevaban la misma ropa, los mismos zapatos, el mismo peinado. El la miró como si la viese por vez primera. Ella le miró como si jamás le hubiera perdido. Apenas era un susurro: "Tú y yo ya nos hemos olvidado antes". El le susurró algo al oído, era una vieja melodía transportada por las ondas sonoras a lomos de tiempos remotos. Procedía del esqueleto desarmado de una vieja radio enterrada bajo un manto de lava en una isla perdida de un lugar lejano llamado tierra. Cuando la reconoció, una lágrima de felicidad brotó en sus ojos. Y entonces todo volvió a empezar en el minuto 0:00".
Título: "De sirenas, náufragos y otros espejismos"
Autor: Nikita
"Era una tarde de verano cualquiera. Recorríamos la carretera polvorienta que bajaba hasta el mar y por la radio sonaba esa canción que tú y yo sabemos. Hoy, 7 veranos después he de confesarte algo? te engañé, solo me hice la dormida? sentí tu caricia sobre mi mejilla y vi tu sonrisa. Esa sonrisa no era de alguien que se lleva a una chica a algún lugar para que le haga feliz durante un rato. Esa sonrisa era de alguien que se lleva a la chica de sus sueños a cualquier parte del mundo donde pueda hacerla feliz durante el resto de su vida. En ocasiones cuando oigo la misma canción cierro los ojos y tu mano sigue allí, sobre mi mejilla. Entonces las sirenas, los náufragos y los espejismos vuelven a cobrar vida en la bahía de La Caleta y vuelvo a sumergirme en esa laguna azul donde aprendí a nadar contigo".
Título: Soledad
Autora: María Polentinos Fernández
"Llegué a la isla de madrugada, comenzaba mis vacaciones, que presumía serian inmensamente románticas al lado de mi novio ausente un año. Mi novio no estaba esperándome en el aeropuerto, después de una hora, me llamó y me dijo que llegaría tarde. Esperé otras cinco horas en la cafetería del aeropuerto escuchando la radio, con mi maleta roja al lado, creo que camareros y clientes sentían pena por mí.
Cuando llegó, yo ya no estaba para nadie, mi amor había muerto, pero mi amor propio no. Cogí un taxi, fui a un hotel y decidí pasar ese verano en compañía del mar y de la radio.... ¡Más romántico imposible!
Título: El viento
Autora: María Polentinos Fernández
"- ¡Por lo que más quieras, lávate bien esas manos antes de acostarte!, grité.
-¡Vale mamá, qué pesada eres, me lavaré las manos, los dientes, haré
pis y me iré a dormir!, gritó mi hijo, levantando la voz sobre el sonido de la radio retransmitiendo un partido de fútbol que escuchaba mi marido dentro de la habitación del hotel.
El mal humor era patente en la familia, el viento de la aparente isla paradisíaca, nos estaba volviendo locos. ¡Vaya vacaciones!, pensé, mientras me asomaba a la ventana para ver el mar".
Título: Alguien me sigue
Autora: Reyes María Concepción Betancor
"¿Dónde puedo ir que no me encuentre?
Me sigue hace rato. Me vuelvo y allí está. Me ha encontrado otra vez.
¿Qué hago? ¿Escapo?
Un día de verano agotador, siempre mirando atrás, porque atrás estaba él.
¡Ya no aguanto más!
Me detengo y le hago frente.
-¿Qué quieres? ¿Porqué me sigues?- Le espeto con impaciencia.
El extraño frunce el ceño y no dice nada.
¡No me sigas más!.-Le amenacé casi sin querer.
-No te sigo..., los dos llevamos el mismo camino.
Y sin más, me adelantó.
Aquella noche la radio notificó:
"Se busca hombre peligroso en la isla..."
Título: Distrae y no roba
Autor: Esteban Ramírez Viera
"La oyes sin tener que mirarla, en tu casa o en el coche, en el campo o en la playa. Apenas ocupa espacio, es muy poco exigente, un par de pilas y para de contar y qué gozada una vez cerrado el día llevársela a la cama y que nos siga contando cosas hasta que el sueño nos vence, y la abandonamos y cuando nos despertamos a veces no sabemos donde pero allí está ella sin parar de acompañarnos, unas veces bajo la almohada, otras debajo de la sábana y algunas veces en el suelo. Pero no se le oye un reproche. Sólo.......información".
Título: Cotidianeidad
Autor: José Luis Nogales Delgado
"Extraño es el día en que alguna nube no intenta colapsar el amanecer. El viento aquí es el encargado de darle cuerda al reloj de los días: si se detiene y no sopla, comienza el desvivir. El símbolo de la resistencia, sin duda, son las palmeras que pendulan su negativa a ceder, mientras en la radio se escucha un vals que pretende acompasar su ritmo al de estos desmelenados mástiles del entorno.
Perdí la prisa hace un mes, cuando comprendí que no puedo dirigir
siempre mi tiempo pues debo contar con que el viento sople en contra".
Título: "Hoy no"
Autor: Sindo Hernández
"Me levanto, pongo la radio y para desayunar tengo la nueva tasa de
desempleo, los recortes en sanidad y educación, el rescate a los bancos, la siempre disparada prima de riesgo, el déficit de las autonomías,... salgo a la calle ya en alerta naranja, cuarta ola de calor, Canarias se quema en verano y los hidroaviones vienen de Marruecos. Ya de regreso El Hierro erupciona y la marea de medusas da paso a la marea negra de las prospecciones. Me despierto... los ojos me arden y me cuesta respirar... hoy nada de radio, solo playa y más microrrelatos".
Título: Sin Título
Autor: Ignacio Pacheco Cabrera
"De pronto, se quebró la tierra y de su interior surgió un verano que
partió la isla en dos. Transcurría desde Famara hasta Playa Honda. Me
quedé sorprendido. Nunca había visto uno así. Infinidad de surferos
pasaron delante de mí aprovechando la ola que se había formado. Era
perfecta y recta y de tonalidades oscuras, no como las que estamos
acostumbrados a ver. El caso es que cuando ocurrió esto se me quedó la radio al otro lado. Era extraño, la había dejado a todo volumen, pero no escuchaba nada. Cuando intenté pasar a por ella quedé atrapado. Y ahí sigo".
Título: Sin título
Autora: Cristina Dolores Hernández Cabrera
"La luz del atardecer nos envolvía y la música de la radio acompañaba
nuestros pensamientos. Siempre mirando el horizonte me contabas tus historias de la vida y yo, con un refresco en la mano, miraba expectante. Casi todos los días del verano los pasábamos frente al muelle de Arrieta y mientras admirábamos el mar, nos deleitábamos de nuestra compañía y nuestras conversaciones.
¡Qué grandes recuerdos!
Aun cuando paseo por el pueblo imagino un cuadro. En él se ve un
precioso atardecer, una mesa en una terraza y dos siluetas conversando: tú y yo. A ti. Mi abuelo".
Título: Isla Dorada
Autor: Eliezer Navarro Ramírez
"Desde el cielo el sol se compadeció de nosotros, y transformado en un
hermoso niño de piel y cabellos dorados, se apareció en la costa tras un pequeño rastro de luz anaranjada que se reflejaba en la orilla. El joven dorado, extendió sus brazos a la luna y desapareció en medio de un fugaz resplandor. Nadie sabía lo que había sucedido. La mañana siguiente, los primeros rayos de sol después de 100 años de oscuridad, iluminaron nuestros campos. Desde ese día, el sol nunca ha dejado de brillar en Isla Dorada, alegrando así nuestros espíritus y corazones".
Título: Durmiendo junto al mar
Autor: Eliezer Navarro Ramírez
"Cuando desperté, todo había cambiado a mi alrededor. La radio, había
dejado de sonar y en aquel lugar no quedaba nadie para darse cuenta.
Grano a grano, nuevas dunas adornaron el paisaje que se mecía suavemente con el viento. Los castillos de arena construidos en la orilla ya no estaban allí, tan solo quedaba la marca húmeda del agua, que dibujaba nuevas siluetas. Y mi piel, pálida a la llegada, lucía ahora un poco colorada, quemada y dolorida por el sol, del que ya pocos rayos se aprecian en el horizonte. Despiertan las estrellas".
Título: No desistas
Autora: María Pintor
"En la isla de Lanzarote corre la tinta de la vida,
se congela el ánimo y tiembla la esperanza.
En este atardecer sé que hoy tampoco dormiré,
En este silencio transfigurado, inerte, se congela mi ilusión
mientras suena de fondo la radio.
Lejos muy lejos, vuelo hacia el océano.
Supe ya que siempre existirías en mí.
Cansada reposé mi mejilla en tu mano,
soplaste aire fresco en mi aturdimiento.
Mi existencia se ha llenado y vaciado
con la misma rapidez que te fuiste.
Mi deseo se vuelve polvo, mi intensidad estalla viva
¡LA VIDA AÚN NO ESTÁ VENCIDA!"
Título: Jardines de sal
Autora: Tere Perera
"Armiche se alejó del rincón donde habían instalado la caseta. Olía el
verano mientras saltaba sobre las rocas que parecían cuchillos guanches.
Al volver la vista atrás, vio a la abuela a lo lejos. Llegó a las
salinas de la isla. Observó el color rosa de los cocederos y la blancura
misteriosa. Exploró los molinos convertidos en castillos del lugar.
Corrió, saltó, jugó... Desapareció entre la nieve salina.
Cuando escuchó voces que parecían de una radio cercana, con los ojos
enrojecidos, asomó la cabeza de uno de los montones. Era la voz del
poeta salinero".
Título: Malvasía
Autora: Tere Perera
"Mientras escuchaba la radio, la observaba con ojos golosos. Acaricié su cuerpo, como lo haría un ciego, con las manos encallecidas. La acosté sobre la mesa. Sentía pasión por lo que guardaba en su interior. Casi saboreaba sus secretos. A pesar de los años, no lo podía remediar. Fui a por una copa de la vitrina que tenía enfrente. Con delicadeza, volví a tocarla. Estuve a punto de abrirla cuando leí: Cosecha, verano de 1992. El año oscuro de César Manrique.
Al retirar el tapón de corcho, la esencia volcánica que desprendía
acompañó al recuerdo".
Título: Dibujando estaciones
Autora: Felicitis (Nombre: Carmen Ascensión)
"La estación más bella del año me llevó de tu lado por siempre. Mi anhelo insistente de dejar la isla y marcharme a otro lugar, fue tu argumento para destruir un amor que floreció en esa estación que a todos nos envuelve con su diversión y color. Quise regresar, pero mi dolor pudo más. Sentí que me faltaba algo por vivir?pero aguanté todo el invierno sin ti; viendo incluso las hojas caer y volver a florecer. El verano llegó y la radio me lo recordó, y fue cuando intuí, que la vida en sí era un lindo vivir".
Título: Espejismo
Autor: Roque Mejías Barroso
"La luna más grande me saludó al salir del bar. En frente
una hermosa playa, de las que abundan en mi isla, me
llamaba y acudí. Sentado sobre su fina arena, sentía la
brisa del mar, suavizando el ardiente verano...
¡y apareció ella!
Pequeña, pelirroja, de ojos claros, sonriendo y acercándose
lentamente: una sirena.
Sin palabras, me hundí en sus abrazos y en sus jugosos labios;
en la radio de algún coche sonaba
"...te comería con pan y mantequilla..."
Al despertar, mi amada sirena había desaparecido; también
desaparecieron mi reloj, mi cartera y mi blackberry, pero no
una tremenda resaca".
Título: Noticiero de los días no vividos
Autor: Perenquén
"El primer sol de julio dibujó en la pared una silueta perfecta de
barrotes de seguridad. En cuanto soltó el hilo que le ataba al último
sueño recordó que esa mañana saldría a limpiar la playa de Famara.
La jornada le pareció tan larga como un parpadeo...
En el camino de regreso al Centro Penitenciario y pegada a su oído
derecho, viajaba una radio destartalada que el mar había varado en la
arena. Sonriendo como un niño, ignoró las burlas que le tomaban por loco.
Tenía demasiadas cosas de las que ponerse al día".
Título: El poril
Autor: Saúl Rojas
"El dulce alisio le acariciaba su cuerpo fibroso; el mar, el océano, se
deslizaba por sus pies adobándolos con sal y minúsculas piedras porosas, el sol lanzaba sus rayos haciendo llorar a los poros de su piel y el lejano susurro de alguna pieza de música clásica que surgía de una radio que descansaba entre dos piedras le hacían cerrar con lentitud sus párpados. Y él, allí acostado sobre los callaos de aquella playa de arena negra que le masajeaban la espalda, seguía el compás del tiempo, escuchaba los sonidos del silencio".
Título: Verano y tú
Autor: El doctor Valky (Ángel Valiente)
"Cansado, agotado. Hastiado de alisios, olas de calor y calimas. De
crisis, rescates y primas de riesgo. De incendios, políticos y mentiras.
La radio, la tele, todo igual. Todo va mal. Todo está mal. Recuerdo
aquellos veranos en los que la única prima que me interesaba era mi
prima Nuria. Aquellos veranos soñando con que tú aparecieras.
Recordaré para siempre el mejor verano de mi vida. El verano en que
llegaste. Este verano de alisios, crisis, calimas y primas de riesgo. El
verano en que tú redimiste todo y lo volviste oro. Y te tenías que
llamar como mi prima...".
Título: La magia de un momento
Autora: Pilar Batista
"Recuerdo tus palabras, sentados como estábamos bajo el porche, la mesa puesta, el mantel manchado de vino...
¡Dios! ¡Parece que te estoy oyendo!
Pero hoy he salido de nuevo al porche y me he sentado a la mesa, el
mantel limpio, las copas esperando... pero no viniste.
La isla te atrapó en su sueño. Lo sé.
Y sin embargo, yo he puesto la radio haciendo como que no lo sé, y
¿sabes? La música me ha traído tu imagen, y en mi memoria, he vuelto a oír tu historia, ha vuelto a ser verano, y he brindado por ti, aunque ya no estés aquí".
Título: Sin Título
Autor: Rafael Santana Aguilera
"Parece mentira que hayan pasado ya 20 años desde la última vez que le vi.
Siempre con su pequeño transistor a todas partes; muchas veces ni si
quiera escuchaba lo que la radio le decía, pero el simple hecho de oír
su murmullo de fondo, ya era motivo suficiente para que se estuviera
calmado y concentrado en sus quehaceres diarios.
Como cada verano, bajo el sol de su isla y escuchando su pequeña y vieja radio. Así lo recuerdo. Y así lo contemplo hoy, 2 décadas después,
mientras sujeto una fotografía ya desgastada por el paso de los años".
Título: Pisa tradicional
Autora: Tere Perera
"Las parras guardan silencio acurrucadas en los brazos de piedra. Huele a verano, es momento de vendimiar.
Mahey puso en la cesta, junto a los racimos dorados, los versos que
escuchaba en la radio al tiempo que dejaba la arena volcánica a su
espalda, mientras las nubes se distraían con los alcaravanes.
En el lagar, apretujaba, con los pies desnudos, los racimos que saltaban al aire aromas volcánicos. Las uvas soltaban un jugoso mosto que le producía un agradable cosquilleo.
Sonrió emocionado cuando, al cerrar los ojos, le llegó la imagen de su
abuelo con los pantalones remangados".
Título: Náufragos
Autor: Francesc Barberá Pascual
"Desde que llegamos a esta isla desierta estamos más unidos que nunca. Se puede decir que el naufragio ha consolidado nuestra relación. Ahora pasamos todo el día juntos, sin embargo ya no discutimos. Él ha vuelto a ser el hombre cariñoso del que me enamoré, y yo estoy encantada. De momento está siendo el mejor verano de mi vida. Pero parece que esta felicidad va a durar poco. Ayer encontramos un transmisor de radio y conseguimos enviar una señal de socorro. Solo espero que tarden mucho tiempo en rescatarnos".
Título: Isla, verano y radio
Autor: Edel Santana
"Isla, verano y radio, disfruta del calor y del color de no tener presión,
Tumbarme bajo el sol, quedarme sin saliva, escribir cartas de amor.
Imaginarme un mundo sin problemas, sin guerras y sin hambre, con la paz por bandera.
Isla, verano y radio, ¿hay algo mejor?
¿Hay algo mejor, que tumbarse bajo el sol, dejar la mente en blanco y
sentir este calor?"
Título: Esperando
Autor: Ignacio Pacheco Cabrera
"Se fue antes de que acabara el verano, como el viento que desaparece en septiembre. Se envolvió en su piel morena, y con su sonrisa distraída, y sus largos rizos cayendo sobre sus hombros descubiertos, intentó decirme adiós. Pero las palabras no salieron de su boca sino que brotaron de sus ojos, como lágrimas de amor olvidado. Caían como islas sin mar. Las recogí una por una, con mi lengua, y las guardé en mi corazón, para cuando volviera a verla llorarlas de alegría. En su ausencia y en su espera, escribo breves historias, como esta, para la radio".
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