Nadie recuerda cual es el origen de las piezas de barro que hasta no hace mucho tiempo se utilizaban en las labores del campo o en el hogar. Pero lo cierto es que han sido muchas las manos lanzaroteñas que se han dedicado a trabajar la arcilla para fabricar estos objetos de manera artesanal. Marcial de León Barrios es uno de los pocos artesanos ceramistas de la Isla que todavía mantiene esta forma de trabajo. Coincidiendo con la XVII Feria Insular de Artesanía en la tarde de ayer se celebró un acto en que el se reconoce su labor.
El acto consistió en la entrega de una placa a Marcial de León Barrios. En la misma se agradece su colaboración al mundo de la alfarería. "Yo estoy encantado y muy contento porque no lo esperaba, es lo máximo que puede esperar uno de estas cosas y estoy muy agradecido", comentó el ceramista.
Una larga historia
Marcial de León Barrios comenzó a trabajar la arcilla en 1973. Para ello tuvo a una de las mejores maestras, la conocida ceramista lanzaroteña Dorotea. "Estoy casado con una de sus nietas y fue ella la que me enseñó a hacer esto", explicó Marcial de León Barrios. Desde entonces este alfarero ha acudido a una gran cantidad de ferias, encuentros y muestras de artesanía. Esto le ha permitido acudir a varios puntos de la Isla y salir fuera de ella. En este sentido ha visitado las ferias de La Guancha y Arguayo en Tenerife, un encuentro en Barcelona e incluso ha ido a la isla de La Martinica, donde siempre ha acudido como invitado para mostrar la cerámica tradicional conejera. Durante estos años combinó este trabajo con el de taxista, por lo que la alfarería era más una afición que un oficio.
En la década de los 90 comenzó a trabajar en el Monumento del Campesino. Desde entonces sólo se dedica a la cerámica. Su pasión por este arte le lleva a hacer algunas figuras incluso en sus ratos libres. Sin embargo, él está encantado con poder dedicarse a este oficio.
