"No se puede crecer ilimitadamente en un planeta finito". Esta es la conclusión a la que llegaron, en 1972, la biofísica y científica Donella Meadows y 17 profesionales más del Instituto Técnico de Massachussets, a través del estudio Los límites del crecimiento. Y hoy, medio centenario después, esta idea está se ha puesto más de relevancia que nunca, ya que "estamos en el peor de todos los escenarios que dibujó el estudio".
Así lo ha afirmado la biotecnóloga Gabriela Vázquez en Radio Laznarote-Onda Cero, que participará en el seminario Los límites del planeta - Lanzarote y sus límites que acogerá el Cabildo insular durante este jueves y viernes.
Nuestra forma de vivir nos lleva por el peor camino
El estudio encabezado por Meadows determinó que hay límites más allá de la orilla del mar, y, más allá de eso, "los problemas ambientales que tenemos no solo vienen porque determinados parámetros estén donde no deban -como que tengamos más residuos de los que podamos gestionar-, sino porque estamos inmersos en una dinámica donde gastamos más de lo que tenemos", explica Vázquez.
Por ello, 50 años después del estudio, se evidencia que nuestro futuro depende de cuestiones físicas y técnicas, pero también sociopolíticas: "Hay cosas que podemos hacer ahora mismo que nos permitirían adaptarnos a esa situación preocupante, pero por el modelo de desarrollo que hemos adoptado sobre cómo queremos construir, relacionarnos y consumir, y que seguimos perpetuando, vamos directos hacia el peor de los puertos".
"Cada vez que revisamos el tipo de medidas que proponía el informe, vemos que las decisiones que tomamos nos llevan por el peor camino", detalla la científica.
Necesidad de un enfoque global
Y es que, aunque si bien es cierto que temas como los límites del territorio o el decrecimiento están más en boca de todos, "las medidas que se aprueban son insuficientes, porque no aportan una visión sistémica".
La biotecnóloga expone que no podemos solucionar el problema yendo al final del mismo, sino que se debe actuar sobre las causas, "y estas tienen que ver con dinámicas muy asentadas".
"Por ejemplo, hemos decidido tomar el crecimiento de la población como una realidad buena, que lucha contra el envejecimiento y da signos de vitalidad. Pero en realidad nos está llevando al precipicio", aclara.
Asimismo, en este cambio de visión, la profesional también reseña la importancia de poner en el foco del debate la globalización, porque "todo cada vez está más relacionado, y lo que hagamos aquí tiene consecuencias en otros sitios del planeta".
"Hay que enfocar la cuestión de una forma global, analizando cuánto producimos y contaminamos y con qué recursos contamos en conjunto", defiende Vázquez.
Las islas, más conscientes de las limitaciones
Respecto a estas cuestiones, hay territorios más avanzados, por lo menos, sobre la conciencia de que existen límites. Y uno de ellos es Lanzarote.
Tal y como explica la científica, las islas tienen una mayor percepción sobre la necesidad de autolimitación, entre otras cosas, porque estas "barreras" son más visibles.
"El hecho de estar literalmente aislados, ayuda a espacios como Lanzarote a enfocar la isla como un sistema en sí mismo, donde estudiar todo desde un punto de vista conjunto", en línea con lo reseñado por Vázquez sobre la necesidad de adoptar una mirada global.
Estar bien no es sinónimo de tener más
Debido a este sistema en el que nos hallamos inmersos, la raza humana cuenta con dos soluciones distintas para una misma realidad.
"La realidad es que cada vez va a haber un mayor decrecimiento en la cantidad de energía y elementos que se pueden consumir", indica Vázquez, "por lo que hay dos soluciones: o que quien tenga mayor capacidad adquisitiva pueda llegar antes a los recursos o dar lugar a otro tipo de medidas, elegidas por todos, para repartir bajo criterios de justicia y equidad".
Por tanto, es posible escapar de ese futuro apocalíptico del que cada vez estamos más cerca, pero conseguirlo depende de un cambio de paradigma: "Hay soluciones técnicas para cubrir las necesidades de todas las personas, pero no los deseos ilimitados, por lo que debemos comenzar a pensar que estar bien no significa tener más cada año", concluye la profesional.
