Tobias Heeb: "Hay que dejar de concienciar sobre el cambio climático y empezar a enseñar que hay soluciones"

El cofundador de Lanzarote Limpia indica que la situación de la isla es "grave", sobre todo respecto a la suciedad en sus costas

24 de octubre de 2022 (09:26 CET)
Actualizado el 25 de octubre de 2022 (09:42 CET)
El cofundador de Lanzarote Limpia, Tobias Hebb (c), durante una de las limpiezas. Fuente: Canary Green/Monika Marija
El cofundador de Lanzarote Limpia, Tobias Hebb (c), durante una de las limpiezas. Fuente: Canary Green/Monika Marija

Cada 24 de octubre se celebra, a nivel mundial, el Día Internacional contra el Cambio Climático, para concienciar sobre los grandes daños naturales que se están produciendo en todo el planeta. En el caso de Lanzarote y La Graciosa, según un informe publicado por el Gobierno de Canarias el pasado mes de mayo, diez zonas costeras, que suman un total de 34,4 kilómetros, se encuentran en "riesgo alto" por la amenaza de esta situación.

Tobbias Heeb es el cofundador, junto a Aduén Morales y Stephan Cerf, de Lanzarote Limpia, una de las organizaciones que se dedica a intentar revertir este efecto negativo sobre el medio. 

Respecto a la realidad actual del territorio conejero y graciosero, en base a las cifras expuestas, Hebb apunta que "recogen hasta poca cantidad de kilómetros, ya que el problema es de todo el planeta, en todos sus lugares", por lo que tilda de "grave" el estado general.

 

200 toneladas recogidas en la costa

Desde 2010, los tres presidentes de la organización junto a los numerosos voluntarios que se han unido a la causa se dedican a recoger basura de diversos enclaves costeros de la isla. Aunque es difícil calcular el dato exacto de residuos que han conseguido recolectar en estos años, está cerca de las 200 toneladas.

"Encontramos desde piche a microplásticos, por lo que el peso es muy variable, pero durante los primeros 5 años, según nuestras evaluaciones, llegábamos a más de 100 toneladas. Ahora, serán unas 200, todo ello perteneciente en su mayoría al litoral", explica Heeb.

El representante detalla que el 100% de esta basura procede de la acción humana, ya que "aunque esté en el mar, ha sido creada por nosotros en la costa": "Por ejemplo, desde el vertedero de Zonzamas el viento la arrastra hasta el agua, las inundaciones que se producen en Arrecife también llevan residuos al mar. Estos llegan a otras islas del archipiélago y también los salidos desde ellas acaban en Lanzarote... Es un ciclo en el que todos tenemos culpa y todos nos vemos afectados", explica.

Sin embargo, aunque todos los territorios se vean perjudicados, hay algunos peores que otros. El activista indica que la Playa del Cochino, perteneciente al Parque Nacional de Timanfaya o la Playa de Atrás de Órzola han conseguido impactarle debido a su suciedad, "porque por su orientación y dificultad de acceso han acumulado muchos residuos". 

 

Acciones de limpieza

Pero no fueron Timanfaya ni Órzola los espacios que dieron origen a esta iniciativa de acción social, sino Famara: "En 2010 comenzamos a trabajar en esta playa con el objetivo de limpiarla, bajo el nombre de Famara Limpia, y poco a poco nos fuimos extendiendo a otras cercanas, hasta que nos dimos cuenta de que era el planeta entero el que necesitaba ayuda", recuerda Heeb.

"Y como es imposible estar en todas partes, decidimos hacer de Lanzarote, que es donde residimos, un lugar más limpio", añade.

A partir de esa decisión, la organización sin ánimo de lucro ha establecido la puesta en marcha de 12 acciones de limpieza al año, realizadas el primer domingo de cada mes. Aunque depende del ánimo de la "familia" - así llaman a los usuarios que colaboran en estas actividades-, pueden hacer más. En lo que va de año, ya han alcanzado las 20.

De esta forma, sobre las 10 de la mañana da comienzo la jornada de limpieza con grupos de voluntarios que, en muchas ocasiones, también se componen por los jóvenes migrantes que han llegado a Lanzarote en busca de asilo, con lo que "fomentamos la interacción entre culturas", explica el presidente.

La recogida dura dos horas, pero Heeb cuenta que en muchas ocasiones, algunos se quedan incluso más tiempo. "Lo importante es generar impacto en los demás. En mi caso, siempre que voy a un sitio de playa o campo, aunque sé que no puedo con todo, intento recoger algo, para que otros me vean y quieran hacer lo mismo".

 

Un problema que supera los límites políticos

Todos estos años de trabajo han sido reconocidos por el International Ocean Film Festival, que ha dividido la recaudación obtenida entre Lanzarote Limpia y el Club de Buceo Pastinaca en homenaje a sus acciones por el bien del entorno.

Este apoyo representa la primera vez que el proyecto coencabezado por Heeb recibe dinero, ya que hasta el momento se ha autofinanciado, y piensan dedicar el premio hacer realidad el sueño de sacar una línea de camisetas solidarias que les permitan "pagar los viajes que a los voluntarios cuando vamos a otras islas, como Fuerteventura, a colaborar con asociaciones de limpieza locales".

Pese a nunca haber contado con empuje institucional, el activista no pone el foco de acción en la política: "Socialmente tendríamos que luchar mucho más fuerte a todos los niveles. Tenemos que actuar todos juntos y hacerlo ya, aprendiendo a cooperar de una vez, porque si no vamos a una, va a ser muy difícil cambiar algo".

 

"No podemos seguir limpiando toda la vida, pero sí podemos ensuciar menos"

Sin embargo, pese a las obvias complicaciones, los ánimos no decaen dentro del equipo de Lanzarote Limpia. Aunque Heeb reconozca que existen las ocasiones en que están a punto de tirar la toalla, "pensar un poco más lejos, en generaciones futuras como las de nuestros hijos o nietos, nos ayuda a no hacerlo".

En esta línea, el presidente indica que hay que cambiar la mentalidad, ya que "no podemos seguir limpiando toda la vida, pero sí podemos ensuciar menos". Por ello, no titubea al afirmar que aún hay posibilidades de cambio, siempre y cuando la gente "deje de pensar que todo reside en la concienciación".

"Siempre recuerdo que durante un taller que hicimos en un colegio, un chico me dijo: "Señor, ya estamos concienciados, esta es la sexta charla que nos dan este año sobre medioambiente". Eso me hizo darme cuenta de que este no era el camino", cuenta.

Hebb recoge que el cambio solo surgirá si enfocamos la situación más positivamente: "Hay que dejar de concienciar sobre el cambio climático y empezar a enseñar que hay soluciones, y que debemos y podemos cuidarnos. Los problemas ya los conocemos de sobra, no hay que seguir instalados en la idea de que cuesta mucho. Porque el dinero no nos lo podemos comer, el pescado del mar que cada vez contaminamos más sí", concluye.

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