El Ayuntamiento comprueba in situ que muchas obras de Arrecife levantan polvaredas sin control

Al que no quiere sopa se le dan dos tazas. Los ciudadanos de Arrecife además de soportar los días de densa calima también tienen que tragarse literalmente las polvaredas incontroladas que desprenden una gran cantidad de obras que se ...

9 de agosto de 2005 (03:01 CET)

Al que no quiere sopa se le dan dos tazas. Los ciudadanos de Arrecife además de soportar los días de densa calima también tienen que tragarse literalmente las polvaredas incontroladas que desprenden una gran cantidad de obras que se ejecutan en la capital. Como en el caso del polvo en suspensión que viene del Sáhara, los empresarios de la construcción no pueden responsabilizar a la divina naturaleza de las nubes de polvo que los vecinos encuentran a su paso. Está claro que los responsables de las obras no están tomando las previsiones necesarias como regar la tierra antes de removerla con las palas mecánicas.

Las quejas ciudadanas llegaron a Radio Lanzarote y a través de ella a los responsables políticos del Ayuntamiento. Ayer, la alcaldesa en funciones y concejal de Urbanismo del Consistorio, Nuria Cabrera, al escuchar una de las tantas denuncias hecha pública en el programa Buenos Días Lanzarote, se desplazó al sitio señalado por una vecina del barrio Los Geranios y comprobó in situ que no faltaba a la verdad.

Lo de menos es que la tierra llegue a las terrazas de las casas, se ensucie el coche o la ropa, el problema mayúsculo son los problemas en la salud que puede causar o acentuar la polvareda sobre todo en personas con antecedentes de enfermedades respiratorias. La concejal prometió que en el acto enviaría a la Policía de Disciplina Urbanística y que en adelante habría más control y sanciones para aquellos que no cumplen con la normativa. Asimismo, el concejal de Obras, Luis Morales, no obstante que el problema no es de su competencia, comunicó que el Ayuntamiento siempre está dispuesto a escuchar las denuncia para tomar las medidas correctoras.

Aunque no parezca, afecta

Los vientos fuertes acompañados por polvaredas, cambios bruscos de temperatura y el mal manejo del agua potable junto a la falta de higiene personal, hacen que enfermedades como la neumonía, bronquitis, amigdalitis e incluso la diarrea se propaguen, para desgracia de muchos, con una sorprendente rapidez.

La neumonía, bronquitis y amigdalitis son aglutinadas dentro del grupo denominado infecciones respiratorias agudas. Sin embargo, es la primera enfermedad la que mayor daño puede causar a quien la padezca. La neumonía es una infección de las vías respiratorias inferiores (pulmones) causada por diferentes microbios o gérmenes, y puede desencadenarse también por una gripe o catarro mal tratado. Esos microbios perfectamente pueden ser transportados al organismo humano por las polvaredas en mención. Los síntomas son fiebre, cansancio, dolor en el costado derecho principalmente, tos seca y secreciones.

Por su parte, la bronquitis también es una infección de las vías respiratorias inferiores, pero en este caso son los bronquios los afectados. Es causada por microbios similares a la neumonía. Y la amigdalitis se trata de una infección de las vías inferiores (amígdalas).Éstas se inflaman, producen una secreción blanquecina o purulenta. Y es producida por virus o bacterias. De tal forma, que en principio puede sonar exagerado que remover la tierra cause dichas enfermedades, pero está comprobado que las prácticas incontroladas afectan la salud humana.

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